El Manchester City de Guardiola conquista la Premier a ritmo de récord
La sorprendente derrota del United contra el West Brom (0-1) desencadena el alirón de sus vecinos, que supone la primera liga de un entrenador español en Inglaterra
Cuentan las crónicas mitológicas que sir Alex Ferguson estaba jugando al golf en Mottram Hall, en Cheshire, cuando el 2 de mayo de 1993 el Oldham derrotó al Aston Villa precipitando la conclusión de la Premier. El primer título de Liga de los 13 que ganó al frente del Manchester United consagró a Ferguson como un líder flemático, seguro de su poder, tan indiferente respecto al destino de los rivales que no dedicaba el tiempo libre a vigilar a ver qué hacían sino que prefería coger su bolsa de palos y perderse en la campiña.
La saga del United más prepotente de todos los tiempos no se inició en un estadio sino en un hoyo. Suficiente para que los cronistas británicos —los más sagaces en la detección de conexiones suprarracionales— se excitaran cuando Guardiola les anunció el sábado que pasaría la tarde del domingo jugando al golf. Deliberadamente alejado del televisor, no miraría el United-West Brom.
“Mañana, amigos míos”, avisó el técnico del Manchester City tras vencer al Tottenham en Wembley (1-3), “tengo golf con mi hijo. Bogey, double bogey, birdie”.
De modo que Pep Guardiola jugaba al golf ayer por la tarde cuando Jay Rodríguez —nieto de emigrantes coruñeses en Burnley— metió un gol en Old Trafford. El tanto adelantó al West Brom, que es el último clasificado del campeonato y está prácticamente descendido. Significó el 0-1 definitivo y provocó una reacción aritmética en cadena cuyo efecto inmediato consistió en revolver a Ferguson en su sillón del palco de autoridades y convertir al City en campeón de la Premier a falta de cinco partidos por disputar.
Los alirones en día de descanso saben como un té en un concierto de rock metálico. Pero la fecha se inscribirá en los libros de gestas. No solo se trata del primer campeonato inglés que conquista un entrenador español. Con 93 goles a favor, 25 en contra y 87 puntos en 33 jornadas, el brillo del recorrido no tiene precedentes. Si el City mantiene el ritmo puede acabar la campaña batiendo récords de victorias, puntos y goles. Nada imprevisible cuando sus rivales serán Swansea, West Ham, Huddersfield, Brighton y Southampton: 17º, 15º, 14º, 13º y 18º clasificado, respectivamente.
El quinto título de Liga en la historia del City alivia la penuria sufrida con la eliminación de la Champions a manos del Liverpool, la semana pasada. “Lo que sucedió fue injusto para estos jugadores”, dijo Guardiola el sábado, convencido de que la Premier estaba asegurada; “puedes ganar la Champions en siete partidos, pero si tienes un mal día estás fuera. En cambio, con la Liga es cada día. Esta ha sido una de las mejores temporadas que he vivido desde que estoy en el fútbol profesional, como entrenador o jugador. La cantidad de goles, oportunidades y puntos ha sido increíble. Esto sucede porque los jugadores son muy buenos”.
Más de 500 millones
“El club se ha gastado mucho dinero porque los jugadores buenos son caros”, dice Guardiola, cuando los críticos le preguntan por su verdadero mérito, dado el respaldo financiero. En total, más de 500 millones de euros desde 2016, coincidiendo con la llegada del técnico procedente del Bayern, que invirtió 200 millones durante sus tres años de estancia. “Soy un hombre con suerte”, ironiza el mánager.
El City es el club que más ha gastado en las dos últimas temporadas. El grueso de los titulares ya estaba antes de la llegada del español. De Bruyne, Silva, Agüero, Fernandinho, Sterling y Otamendi fueron contratados durante la etapa de Manuel Pellegrini. Ninguno, sin embargo, jugó tan bien antes de 2016. Lo indican las estadísticas individuales, señal de una transformación radical.
Los hinchas del City lo reconocieron el sábado en Wembley, cantando a coro al nuevo ídolo una letra adaptada de Glad All Over, el tema de los Dave Clark Five: “Cos we’ve got Guardiola / We’ve got Guardiola...”.
El aludido, que suma su octavo campeonato nacional como entrenador tras ganar cuatro Ligas y tres Bundesligas, estaba eufórico. “La Premier", dijo, "es la Liga más dura que conozco; por la exigencia física, por el clima, por la lluvia... Más dura que la Liga española y más dura que la Bundesliga”.
La Liga más extenuante y la más folklórica ya tiene nuevo mito, nueva liturgia, nueva leyenda.
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