Marc Márquez, acostumbrarse a caer para ganar
El de Honda suma su 26ª caída en Cheste, tres menos que Lowes, el peor piloto de la parrilla de MotoGP
“Este año va así”, resume Marc Márquez. “Así” significa que el año va de caídas y de victorias, de blancos y negros, de, como él mismo explica, “tirar al límite en los entrenamientos e intentar gestionarlo de forma diferente los domingos en carrera”. Y el “así” lo deja caer con cierto desdén porque esa necesidad de ir al límite para ser competitivo —en cada circuito y en cualquier circunstancia, como ha demostrado todo el curso, también en Valencia, pese al quinto mejor tiempo de ayer, excelente su ritmo— ha terminado con él en el suelo. Y la caída es la número 26 de esta temporada, que no solo es un récord personal (en su primer año se cayó en 15 ocasiones, muchas; 17 el curso pasado, el que más hasta ahora), sino que está muy cerca del piloto que más accidentes acumula: Sam Lowes, 25º clasificado, el peor piloto de la parrilla, 29 caídas.
Márquez quiere ganar su sexto título mundial y para lograrlo apenas tiene que hacer una cosa el domingo: no caerse. Una 11ª posición le daría el título incluso si su rival, Dovizioso, ganara el gran premio de la Comunitat Valenciana. Pero no caerse no es la empresa más fácil este 2017 en el que sumó dos ceros a principio de curso. Además, esa segunda curva en la que falló ayer es, casualidades, la misma en la que Rossi perdió el título a manos de Hayden en el 2006. Allí se cayó en la vuelta cinco. Y ya no pudo remontar.
Márquez se cae tanto por su mentalidad ganadora, por su estilo agresivo y porque este curso pilota una moto muy inestable, que se mueve mucho y que, en ocasiones, no permite prever un accidente.
Su carácter y su manera de llevar la moto le hicieron caer ayer en el Ricardo Tormo. Él mismo explicaba cómo sucedió: “La curva dos es de las que se me da mejor. Suele pasar. Cuando en un punto me veo fuerte y tengo mucha confianza, voy a buscar el tiempo. En el primer parcial tengo los mejores tiempos, me encuentro bien ahí y por eso he intentado apretar”, decía. Y añadía: “Me he dado cuenta de que ahí no hay más”. Así se explica su teoría de los límites, la que, de acuerdo con su experiencia de este año, certificaría que ese ya no sería un punto débil para el corredor de Cervera, que ya sabría hasta dónde puede llegar en esa zona del circuito. No le basta con sus sensaciones encima de la moto, como a la mayoría de sus contrincantes. Él bebe del empirismo. Porque, además, no le afectan las caídas, como a otros rivales. Ya de pequeño era de los que quería volver a la pista inmediatamente después de haber rodado por el asfalto.
“Puedes cambiar la mentalidad y ser más conformista, pero esa no es mi mentalidad, al menos en entrenos. Si veo que he hecho una vuelta buena, lo que me sale de dentro es apretar más, aunque ya vaya rápido. Ya dije el jueves que sería fiel a mi estilo hasta el entrenamiento matinal del domingo. Y lo estoy haciendo, cuando toca apretar tengo que asumir algunos riesgos”, declara el de Honda.
Si asume riesgos, especialmente este año, es también porque esta Honda, que ha estrenado una nueva configuración de motor en 2017, se mueve mucho. “Es muy inestable y como se mueve tanto hay veces en que las suspensiones no hacen tanta presión sobre los neumáticos. Cuando hay más estabilidad la presión es más constante y eso ayuda a evitar algunas caídas”, analiza su compañero, Dani Pedrosa. Claro que, añadía, siempre influye cómo lleva cada uno la moto y la configuración de la misma, que es diferente según el piloto. Él suma este curso apenas nueve caídas.
Lorenzo, el mejor tiempo, no el favorito
Lo tienen claro los pilotos de Ducati. Los tiempos dicen una cosa, pero ellos saben que la realidad es otra. El más rápido el viernes en Cheste fue Lorenzo. Y su compañero Dovizioso, con algunas dificultades al principio, terminó tercero a tres décimas. El líder del Mundial acabó por los suelos y en quinto lugar, a seis décimas. Pero tanto Márquez como su compañero Pedrosa (segundo, a una décima) tienen un ritmo fantástico y la constancia necesaria para ganar. Algo que todavía falta en Ducati, donde, sin embargo, andan sobrados de emociones y motivación: el box empapelado en mensajes de ánimo y un vídeo llegado expresamente de Italia para fortalecer la moral de Dovi.
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