Márquez sin miedo: 22 caídas y el título a tiro
En el box del 93 no contemplan un final conservador: ganará quien sepa arriesgar y pocos lo hacen como el de Honda
Marc Márquez empezó a convencerse de que podía ganar el título en la novena carrera de la temporada, la de Alemania, justo antes del parón estival. Su ingeniero de pista, Santi Hernández, le había prometido meses atrás, cuando todo pintaba de color negro, que se marcharía líder de vacaciones. Y lo logró. Lo lograron. La clave, dice hoy el hombre que planifica las estrategias con el campeón, fue “tener a Marc mentalizado y con ilusión desde las primeras carreras. El campeonato empezó de forma que todo el mundo daba a otros pilotos como favoritos, parecía que iba a ser más fácil para otros. Sin embargo, resultó ser todo lo contrario. El campeonato ha cambiado de líder cuatro veces. Por eso no hay que perder nunca la motivación. Y saber hasta dónde podemos llegar. Hasta que matemáticamente hay números para pelear por el Mundial, hay que hacerlo, incluso después de tres ceros –dos caídas y otro cero reciente por la rotura del motor en Silverstone– como llevábamos. No es fácil, pero Marc y el equipo lo han sabido gestionar muy bien”.
Además de elevar la motivación, planificaron dos días de entrenamientos con la Honda en pleno julio, cuando sus rivales se relajaban probablemente en alguna playa. Y consiguieron volver más fuertes. Sin cambiar ninguna pieza de la moto, apenas algunos detalles en electrónica y cambios de geometrías en una máquina todavía algo tozuda que perfilaron una progresión que sigue cuajando carrera a carrera. “Otra de las claves del curso ha sido ese parón de verano. Entendimos dónde podíamos mejorar. Y trabajar en circuitos como Brno o Misano, que los teníamos marcados en rojo porque pensábamos que nos sería muy difícil, fue fundamental para poder entrenarnos antes de las carreras y prepararlas bien”, explica Hernández. Márquez las ganó las dos.
Porque a donde no llega la moto, ya trata de llegar él, un piloto sin reservas en la pista, que busca los límites como técnica de perfeccionamiento de su moto. “Se ha caído mucho este año y ahí, claro, también corre el riesgo de lesionarse, pero la mayoría de caídas que ha teniendo se han producido por intentar saber dónde está el límite para poder entender hasta dónde puede arriesgar en la carrera. Hay pilotos que eso lo hacen de otra manera, pero Marc siempre busca más y más. Y quiere salvar las caídas hasta el último momento. Eso le permite ganar carreras como la del último domingo en Misano, donde arriesgó mucho, pero sabía dónde podía arriesgar después de haberse caído el mismo domingo por la mañana”.
Ese Márquez sin miedo, el que se ha caído ya 22 veces este año –un récord personal desde que debutó en MotoGP en 2013, la última ayer cuando buscaba la pole: al final, terminó quinto, el mejor tiempo fue para Viñales–, el que se la jugó a todo o nada hace dos semanas en Misano para poder recortarle nueve puntos a Dovizioso en lugar de solo cuatro y así llegar a este circuito de Alcañiz (14.00, Movistar MotoGP) al frente de la general y empatado a puntos con el italiano –“Sabía que si fallaba tenía un pie fuera del mundial, pero tenía que arriesgar. Hay que saber convivir con esta presión”, decía–, sigue derrochando ambición como en sus primeros días en la categoría porque no sabe pilotar de otra manera.
“Cuando Marc dice que hay que arriesgar, como en Misano, que tocaba arriesgar, es porque estamos en un campeonato muy apretado y nunca sabes lo que puede pasar. Mañana puedes cometer un error, tus rivales sumar más que tú y quizá eches de menos aquellos puntos de más que no sumaste aquel día. Y por eso puedes perder un Mundial. Con Marc, por lo que se ha visto históricamente, la mentalidad conservadora es muy difícil. Creo que en este Mundial que tenemos ahora mismo, con tres pilotos tan apretados –Viñales, tercero, está a 16 puntos–, ganará el que sea capaz de gestionar la presión y cuándo arriesgar. Un piloto conservador podría ganar el título, pero dependería de lo que hicieran los demás. La mentalidad es la del fútbol: salgo a ganar, con mi planteamiento, y si gano todos los partidos de Liga, el campeonato es mío. Me da igual lo que hagan los demás. ¿Si pongo la defensa muy adelantada corro un riesgo? Sí, pero he jugado todo el año así, ¿por qué voy a tener miedo ahora?”, reflexiona el ingeniero en el box del 93.
Esa forma de vivir las carreras, que le hace especial a ojos del público, le dará su cuarto título de la categoría reina solo si logra medir bien sus fuerzas. Hasta ahora siempre lo ha logrado. Pero cuando se tensa tanto la cuerda, es fácil que se rompa. Él, en cualquier caso, quiere pilotar como le dictan las entrañas.
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