Martina Hingis, el adiós definitivo

El pasado miércoles, una expedición de periodistas suizos desembarcó a media tarde en el área de prensa del Singapore Indoor Stadium, cuando la Copa de Maestras ya había alcanzado su ecuador. Traían sigilosamente desde allí una exclusiva que para entonces, mientras ellos volaban por los cielos asiáticos, ya había trascendido. Su tenista, su heroína, la genuina y precoz Martina Hingis (Košice, Eslovaquia; 37 años), aquella niña que enamoró a todo el mundo cuando comenzó a triunfar siendo todavía una adolescente, con un juego cerebral y golpes delicados, ha decidido dar el paso que a muchos tenistas tanto asusta: este, el de Singapur, será el último torneo de su carrera.

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“Creo que es el momento perfecto. Creo que el mejor momento es dejarlo cuando estás arriba y no cuando estás retrocediendo, así que no podía imaginar un final mejor que este”, expresó la jugadora ante los periodistas. “Pero, ¡eh! Esto todavía no ha acabado… No quiero perder, terminar así…”, agregó la pentacampeona de Grand Slam, poseedora de otros 43 trofeos individuales (de 1996 a 2007) y hasta hoy una reputadísima doblista, modalidad que comenzó a domin­­­­­­ar después de dos retiradas previas: la primera, en 2003, con 22 años, debido a las lesiones en los tobillos; y la segunda, en 2007, a los 26, cuando un análisis interceptó en Wimbledon un rastro de cocaína.

La de Hingis quedará siempre como una de las irrupciones más espectaculares. Debutó en la élite hace 23 años, en 1994, cuando tenía solo 14 y escenificó en Zúrich su puesta de largo; al año siguiente disputó su primera final, contra Conchita Martínez en Hamburgo, y al siguiente logró su primer premio en Filderstadt. Luego vino el alud de la fama y los días de gloria: Melbourne (1997, 1998 y 1999), Wimbledon (1997), Nueva York (1997); 209 semanas como número uno –las más joven, con 17– y el reconocimiento por su tenis seductor, atractivo porque mientras la corriente favorecía a las pegadoras y lo mecánico ella izó siempre la bandera del juego rumiado e inteligente.

“No ha habido muchas jugadoras de mi perfil. Ahora el tenis se basa por encima de todo en la potencia”, explicaba a este periódico hace dos años, en un pequeño club anexo al All England Tennis Club. “Yo siempre formaré parte del tenis, de algún modo siempre estaré conectada. Ahora necesito alejarme un tiempo, pero luego tal vez pueda ayudar a mi madre con su academia. He hecho coaching. Es un camino diferente y creo que es lo que debo hacer ahora. Tengo 37, el mundo ha cambiado…”, expuso en Singapur, donde pretende cerrar, de la mano de su compañera Yung Jan-Chan, una trayectoria esplendorosa también en el dobles: 20 grandes (13 femeninos y siete mixtos), nueve trofeos esta temporada, 64 en total.

“Definitivamente no voy a echar de menos el día a día, levantarme a entrenar; quizá lo eche en falta dentro de un tiempo, pero de otra manera. Y luego están todos los viajes, que de ningún modo echaré de menos”, prosiguió la suiza, que a partir de ahora apostará por un modelo de vida más estable, sin el vaivén anual que ha vivido desde pequeña. “Personal y profesionalmente han sido los años más enriquecedores de mi vida, pero ha llegado la hora de la retirada”, sentenció en un comunicado Hingis, quien a lo largo del recorrido lidió con toda clase de estrellas, de Steffi Graf a Serena Williams.

“Graff era muy atlética, pero probablemente la más complicada de todas fue Serena. Cuando creías que tenías una oportunidad y que ella se había dejado llevar, ¡zas! En realidad, lo tenía todo bajo control y te decías: ¡oh no, otra vez no! Pulsaba el botón y le daba la vuelta a todo: winner-ace-winner-ace…Nadie ha tenido su poder mental”, precisaba a EL PAÍS aquella mañana en Londres.

“Hingis está en paz con su decisión y eso es maravilloso”, comentó Roger Federer desde Basilea; “Martina fue en parte la que me mostró cómo se hacía todo. Fue fantástica para Suiza tener una jugadora así, tuvimos mucha suerte. Siempre fui su fan y siempre lo seré”, admitió el de Basilea, que conquistó la Copa Hopman en 2015 de la mano de su compatriota, a la que ayer, a primera hora del día, se la veía relajada en la azotea del hotel más emblemático de Singapur. Paseaba por allí después de darse un baño, antes de ir a entrenarse, meditando probablemente sobre las que serán sus últimas horas oficiales sobre una pista. Ahora sí, parece que el adiós definitivo.

UNA CARRERA DE ÉXITOS

PREMIOS:
- 43 títulos individuales. 5 grandes.
- 64 títulos en dobles. 20 grandes.
- Plata en los Juegos Olímpicos de 2016.

OTROS MÉRITOS:
- Campeona más joven en un Grand Slam: 16 años y 3 meses, Australia (1997).
- Campeona más joven en Wimbledon: 16 años y 9 meses (1997).
- 209 semanas como número uno individual.
- 67 semanas como número uno en dobles.
- Siete grandes en dobles mixtos.
- Entre 1997 y 2001 fue la deportista mejor pagada del mundo.