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El grito silencioso de Messi

El delantero, decisivo con los tres goles para la clasificación de Argentina, convierte las críticas en elogios

Lionel Messi, Leandro Paredes y Gabriel Mercado celebran la victoria en primer plano.Vídeo: REUTERS
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“¡Gracias Lionel Messi! ¡Dios existe!”. Hasta Bono, cantante de la banda irlandesa U2, permaneció congelado frente al televisor el martes por la noche en Argentina. Antes, había demorado una hora el inicio de su concierto en Buenos Aires para que los aficionados pudieran ver la agónica clasificación albiceleste para el Mundial, un 1-3 en Quito que se vivió como una hazaña porque Ecuador marcó a los 40 segundos y obligó a Messi a un nuevo milagro.

Tres goles que supusieron el billete para Rusia de manera directa y que hicieron llover una catarata de elogios hacia un futbolista que en Argentina siempre está en la diana. Tres goles, además, que engordan una estadística reveladora. Desde hace un año no marca un jugador argentino que no sea Messi: los cinco últimos goles de la selección son cuatro del azulgrana y uno en propia puerta, de Venezuela.

La comparación con Maradona sigue sobre Messi como un martillo condenatorio. Aunque el triplete en los 2.850 metros de altitud de Quito le absolvió como si fuera el penúltimo capítulo de una serie de amor y odio que mezcla loas con reproches. “¡No me importa lo que digan esos putos periodistas!”. El grito de guerra que sonó en el vestuario visitante del estadio Atahualpa fue un desahogo para los futbolistas argentinos, que en noviembre de 2016 decidieron un veto a la prensa después de que se acusara a Ezequiel Lavezzi de fumar porros en la concentración.

Ese silencio se cortó en la noche del martes, con las lágrimas de Enzo Pérez, primero, y con un anuncio oficial del otro capitán, Javier Mascherano, tras los festejos: “Volvemos a hablar porque nadie salió favorecido de esto. No somos rencorosos”. La decisión no deja de ser una respuesta a los detractores. Algo más diplomática que aquella del Maradona entrenador en 2009, cuando tras clasificarse en Montevideo para el Mundial de 2010 les dijo a los periodistas que le criticaban: “La tienen adentro”.

Las portadas de la prensa argentina.
Las portadas de la prensa argentina.EFE

Todo ayer en el día después en Buenos Aires fue euforia. Los titulares de prensa se llenaban con leyendas de tímidas disculpas, santificaban la hazaña o reafirmaban esa exigente figuración de Messi como proveedor de alegrías. “El genio de Messi nos puso en el Mundial”, publicó Clarín; “Messi es argentino”, recordó Olé; “El Messias”, para Página 12.

“Hay un exitismo de un sector de la prensa que quiere hacerse famosos hablando mal de Messi”, opina a EL PAÍS César Menotti, entrenador de Argentina en el Mundial de 1978. “Cuestionar a Messi tiene repercusión, pero no se dan cuenta que dura poco, porque Messi al final va a ser Messi”, sintetiza. Para Menotti, “lo importante es que se clasificó y que Messi se reencontró con su público. Con estos goles, los periodistas van a tener que dejar de decir pavadas”. Consultado sobre la consideración del crack en Argentina, el entrenador afirma: “El maltrato a Messi se lo da un sector de la prensa que creen que inventaron el fútbol. Discutir a Messi es prácticamente una imbecilidad”.

“En Chile y ni hablar luego en Estados Unidos, Messi era la peor basura para muchos argentinos, periodistas deportivos y no deportivos, cuando era admirado por el mundo entero. Hoy espero que salgan con carteles y le perdonen la vida”, analizó el conocido relator Mariano Closs en Radio Continental. “Cuando se lo critica a Messi es depositar las frustraciones de uno mismo en el jugador. Tanto periodista que dijo que este chico era un amargo, respétenlo. Es lo mas extraordinario que ha dado Argentina. Espero que se lo valore en Argentina porque es el único lugar que le falta. Hay que ser irrespetuoso para discutir a Messi. Argentina va al mundial sólo por Messi”, sentenció.

“¿Están preparados para el momento en el que Messi deje de jugar?”, preguntó el periodista Juan Pablo Varsky a sus oyentes de No somos nadie, en Radio Metro, “Pongamos una fecha, 10 de octubre de 2026, siendo exagerados. A los 39 años anuncia su retiro, después de haberlo visto desde 2004. Estamos hablando de un tipo que es noticia sólo cuando juega mal. Es la rutina de lo extraordinario y cuando uno cree que ya hizo todo, tiene algo más. La ejecución bajo presión, la respuesta cuando mas se lo necesita, hacer mejor a los compañeros. Todo empieza y termina en Messi”.

Mientras, los hinchas viven un reverdecer de su pendulante amor por el ídolo. Similar al de junio de 2016, cuando el 10 del Barcelona anunció su dimisión en la selección y todos se unieron bajo la consigna “No te vayas Lío”. Hasta el presidente del país, Mauricio Macri, llamó al futbolista para pedirle que no renunciara. Ayer lo volvió a hacer: “Te felicito, Lio, y te agradezco por lo que hiciste”, le dijo.

El propio Lionel rompió el silencio en Quito: “Todo este tiempo alejados de la prensa y la gente nos sirvió para unirnos. Fue injusto lo que pasó en el Mundial de Brasil y en las dos Copas América. Perdimos las tres finales y terminamos sufriendo para entrar en este Mundial”. “Todos queremos lo mismo, que a la selección le vaya bien, que nos unamos. Si todos vamos de la mano es mucho más fácil”, expresó el único que parece capaz de cerrar una grieta en Argentina. Con goles, claro.

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