Isco ya no se para

43 días después de que empezara la Liga, el Real Madrid todavía no ha conseguido vencer en casa. Fuera lo ha ganado todo; en el Bernabéu se ha dejado siete puntos de nueve en tres jornadas. “El pasado no lo podemos cambiar, el futuro sí, a partir de mañana. Vamos a hacer lo posible para sumar los tres puntos”, explicaba ayer Zinedine Zidane después del último entrenamiento. Esta noche (20.45, Movistar Partidazo), recibe al Espanyol sin Carvajal (baja de última hora por un proceso viral), Marcelo, Théo, Benzema, Kovacic y con la duda de Bale, que arrastra una sobrecarga desde el partido del martes en Dortmund y no se ha entrenado con el equipo estos últimos días.

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Sabe el Madrid que no puede permitirse más fallos. Los jugadores se marcharon del campo del Borussia diciendo que les hacía falta una victoria así. Para Zidane no hay puntos de inflexión porque todos los partidos tienen que serlo, pero ganar por primera vez en el Signal Iduna Park ha sido un plus de confianza para un equipo que en Liga está obligado a remontar desde el mes de septiembre.

De Alemania salió Isco con su partido número 201 con el Madrid. En Vitoria, pocos días antes, había celebrado el 200 cumpleaños con la camiseta blanca. El malagueño ha sido titular en nueve partidos de los 10 que ha disputado en lo que va de temporada. Son un tercio de los que disputó en toda la campaña anterior (salió de inicio en 27 de 42). Sólo se ha perdido la vuelta de la Supercopa contra el Barcelona. Con el 1-3 de la ida, Zidane optó por darle descanso. Isco entra en las rotaciones, pero para descansar, no para dar relevo.

Lleva 697 minutos en este mes y medio de competición por los 120 del año pasado a estas alturas de temporada (en la que se perdió un par de convocatorias por un problema de tobillo). “No me siento titular porque en este Madrid todos los somos y el míster sólo puede poner a once, pero sí muy importante para el equipo”, decía el mediapunta el día de su renovación hasta 2022. Importante necesitaba sentirse y por eso retrasó la firma de su ampliación de contrato hasta este verano.

Cuando el presidente, Florentino Pérez, le hizo la oferta en otoño del año pasado, Isco le dijo que quería esperar para ver cuánto de importante sería para el equipo a lo largo de la temporada. La lesión de Bale en los dos últimos meses de competición le abrió las puertas de la titularidad. Dio cuatro asistencias y marcó dos goles camino de Cardiff y de la Liga en Málaga. Lopetegui también le ha dado galones con España y cuando todos esperaban a Asensio en el partido clave contra Italia, Isco aplastó al rival con dos golazos y un partido muy completo.

Isco ha ido ganando peso a medida que se ha acercado a la portería. Pero también por su proceso de maduración futbolística. A los 25 años, se ha hecho más efectivo y menos intermitente en el juego. Así lo describió Lopetegui: “Su esfuerzo físico es cada vez más notorio. Ya no es el niño que se para y se queda mirando durante el partido. Su reacción a la pérdida del balón es inmediata. Su cuerpo y su mente han cambiado poco a poco”.

En Macedonia fue elegido mejor jugador de la final en la Supercopa de Europa contra el Manchester. Ha marcado un gol y dado dos asistencias en este arranque de temporada (Bale encabeza el ránking con cuatro y detrás están el malagueño, Marcelo y Carvajal). Su porcentaje de acierto en los regates ha aumentado considerablemente respecto a temporadas anteriores: 64% (por el 47%, 52% y 57%). Promedia un intento de regate cada 25 minutos mientras que las pasadas campañas lo hacía cada 14-15 minutos. Su fútbol es más directo. Es una de las cosas que le ha ido pidiendo Zidane.

“He crecido como futbolista, he mejorado, ahora tengo más gol porque juego más cerca del área y en eso ha sido muy importante Zizou. En cuanto a mí, he tenido la paciencia de saber esperar cuando no tenía las oportunidades que quería”, cuenta el malagueño, que esta temporada ha jugado de enganche en las dos Supercopas, en Riazor, contra el Apoel, el Betis y el Borussia. De volante ha jugado todos los demás partidos en los que Zidane ha optado por el 4-3-3.

“Estoy jugando un poco más adelantado, donde he jugado toda mi vida y donde estoy más cerca del gol y puedo dar asistencias. Zidane me conoce desde hace muchos años y sabe sacar lo mejor de mí”, dice el malagueño, que se ha convertido en el ejemplo de los recién llegados, como Ceballos, por su paciencia. “He trabajado muy duro en los momentos en lo que no he contado mucho para enseñarle al mundo de lo que soy capaz, y estoy orgulloso de la paciencia que he tenido. Ahora me estoy viendo recompensado y saboreo más los momentos más bonitos”, contaba Isco el día que estampó su firma en la ampliación de contrato.