Ganso homenajea a Puerta
Afortunado triunfo del Sevilla ante el Getafe cuando se cumplen este lunes 10 años del fallecimiento del canterano del club andaluz
Un taconazo genial de Ganso dio tres puntos de oro al Sevilla ante un competitivo Getafe. La fantástica acción del brasileño llega, además, justo cuando se cumplen 10 años de la muerte de Antonio Puerta, desplomado precisamente en un duelo ante el Getafe hace una década. La alegría fue sevillista, sin duda, en un día señalado, aunque bien haría Berizzo y su cuadro técnico en reflexionar acerca del flojo encuentro de su equipo, lastrado, eso sí, por las bajas de Nzonzi y Banega. El Getafe, todo corazón, fue mejor que el Sevilla durante muchas fases del encuentro, con una presión impresionante y un derroche físico encomiables, pero se marchó con una derrota por su falta de eficacia, las paradas de un gran Sergio Rico y el taconazo de un futbolista, Ganso, que resumió en esa acción su personalidad. Intrascendente durante todo el choque, se sacó un conejo de la chistera para dar al Sevilla el primer triunfo de la temporada. Una victoria afortunada porque el equipo andaluz es ahora una incógnita. La esperada propuesta de Berizzo, por el momento, se hace esperar. El Getafe se marchó muy frustrado. Mucho mejor que su rival, no se llevó ni siquiera un punto.
No hubo respiro para el Sevilla. Relajado tras conseguir el pase a la fase de grupos de la Liga de Campeones, el cuadro de Berizzo se presentó en Getafe con la intención de enderezar su situación en la Liga después del empate en el estreno ante el Espanyol. Se encontró un infierno. Mientras Berizzo se devana los sesos en busca de la mejor versión de su equipo, Bordalás lo tiene mucho más claro. La intensidad del Getafe bloqueó al Sevilla, en especial a ese trío de jugadores, Pizarro, Ganso y Krohn-Dehli, que circularon el balón con una lentitud desesperante. La pujanza del conjunto madrileño mareó al Sevilla. Se salvó el conjunto andaluz por la impericia de Amath y, como suele ocurrir casi siempre, por la oportuna intervención de su portero, Rico, que le tapó a Jorge Molina un remate picado que se colaba en su portería.
Mejor en todos los cruces, más intenso en cada una de las disputad, el Getafe le puso el partido imposible a gente como Navas y Nolito, desesperados por su falta de continuidad en el juego. Fundidas sus fuentes de creación, el Sevilla no tiró a puerta en un primer tiempo muy discreto. Eso sí, al menos tuvo la virtud de dejar su puerta a cero. Al equipo se le vio con ganas de tocar el balón, con el deseo de plasmar la filosofía de Berizzo, pero el músculo del Getafe le tapó todos los caminos.
El guion del encuentro no cambió un ápice en la segunda mitad. El conjunto andaluz alimentó su impotencia, perdiendo un balón tras otro ante la buena presión de los madrileños, intensa e incesante. Se acrecentó el dominio del Getafe y al Sevilla lo sostuvo Kjaer, un gigante danés que se llevó todos los balones aéreos. Al capitán de Dinamarca le ayudó Rico, quien hizo una parada tremenda a Jorge Molina un minuto después de la genialidad de Ganso. Curioso el caso del delantero del Getafe, que no ha podido meterle un gol al Sevilla después de cuatro partidos disputados cuando jugaba en el Betis. El tanto del brasileño supuso un mar de dudas en los jugadores del Getafe, incapaces de comprender cómo se les marchaba el encuentro en lo que fue el primer disparo a puerta del Sevilla en todo el choque. Fue en el minuto 84. En el 91 llegó el segundo, cuando Muriel se corrió todo el campo para que Guaita evitara el segundo tanto del Sevilla. No marcó el colombiano, pero mostró las cualidades que le pueden hacer un delantero temible en la Liga: velocidad y potencia.
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