Ética, sabiduria y tranquilidad: Voro devuelve la fe al Valencia

Pocas victorias saben mejor en Mestalla que las que consigue su equipo ante el Madrid. Independientemente de lo que dicte la clasificación, el club blanco es considerado un rival histórico en la ciudad del Turia. Con más épica que lírica, con resistencia, el Valencia de Voro superó al Madrid de Zidane en el marcador al final de 94 minutos de pasión y esfuerzo, con el encomiable aliento de la afición valencianista que tuvo su noche más feliz en los últimos tiempos de penurias que está viviendo.

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Peter Lim se ha encontrado con la suerte sin buscarla. La fortuna la tenía en casa en la figura de Voro, de nuevo salvador del Valencia desde el banquillo de Mestalla. Cuando las críticas a la gestión del magnate de Singapur comenzaban a generalizarse entre el valencianismo, la ética, la sabiduría y la tranquilidad de Voro han devuelto la fe al vestuario che. Sus jugadores comienzan a reconocerse en el terreno de juego y su rendimiento se aproxima al precio que se pagó por ellos.

El Valencia es otro con Voro. Confía en sí mismo. La metamorfosis es total con el técnico de L’ Alcúdia. Nadie representa mejor tal cambio que Dani Parejo, tantas veces defenestrado por el club y criticado por Mestalla por su apariencia indolente y su inocencia fuera del terreno de juego. El pasado verano, tras una temporada para olvidar, Parejo solicitó al Valencia que atendiera la oferta que el Sevilla presentaba por él. El club che consideró insuficiente la propuesta del conjunto hispalense, que además era un rival que tenía las mismas metas.

La supuesta desgana de Parejo en la pretemporada le supuso estar apartado del equipo unos días mientras el director deportivo, García Pitarch, le señalaba públicamente y le echaba a los leones considerando poco profesional al madrileño, uno de los capitanes del equipo. El mal arranque de temporada con Pako Ayestarán en el banquillo del Valencia y la continuación nefasta por parte de Cesare Prandelli volvían a situar a Parejo fuera de Mestalla en el mercado invernal, cuestión planteada por el técnico italiano y su célebre y desafortunada expresión ¡fuori!, dirigida entre otros al centrocampista criado en La Fábrica. Con Voro, Parejo vuelve a recuperar las sensaciones y la alegría de ser futbolista, pidiendo el esférico y sin esconderse nunca, terminando exhausto y acalambrado el partido ante el Madrid, ejemplo de su compromiso con el Valencia.

Al igual que Parejo, su compañero en el centro del campo, Enzo Pérez, fue conminado el pasado verano, a través de García Pitarch, a que se buscase un nuevo equipo y dejase el Valencia que pagó al Benfica por el argentino 25 millones de euros en diciembre del 2014. En el mundo confuso que vive el Valencia, Enzo Pérez pasó de prescindible a capitán. El discontinuo rendimiento del internacional albiceleste le situaba en el disparadero. Prandelli tampoco lo quería en el Valencia. Voro ha sabido reconducir al taciturno centrocampista que ante el Madrid completó un ejercicio con gran esfuerzo y oficio.

Con Voro, Parejo y Enzo Pérez vuelven a dotar de personalidad al Valencia renovado en ataque con las llegadas de Zaza y Orellana, los goleadores ante el Madrid que han despertado del letargo al conjunto che. Todo es mejor en el equipo, también su defensa que resistió el asedio del Madrid, con Garay y Mangala, los defensas centrales, que parecían multiplicados. Con los últimos resultados conseguidos por el Valencia, Peter Lim, desde la lejana Singapur, escucha matizadas las críticas a su gestión. Gracias a la fortuna de tener en la casa a Voro.