La estatua de Messi en Buenos Aires, partida en dos
El acto de vandalismo sobre la escultura reaviva la división de los argentinos sobre el astro del Barcelona
Nadie es profeta en su tierra. Tampoco Lionel Messi, el máximo goleador de la selección argentina, uno de los mejores futbolistas del mundo y autor de jugadas imposibles que ponen de pie a sus fans en todo el mundo. La escultura del astro argentino en el Paseo de la Gloria de Buenos Aires ha aparecido hoy sin torso, cabeza ni brazos. Sólo siguen en el lugar las piernas y la pelota. La destrucción del monumento, que las autoridades de Buenos Aires atribuyen a un grupo de vándalos, se conoce horas después de que el portugués Cristiano Ronado se haya alzado con el galardón The Best de la FIFA, que lo reconoció como el mejor jugador del mundo. La gamberrada ha vuelto a reavivar la división de los argentinos sobre el '10' en las redes sociales. La mayoría lamenta el incidente, pero algunos lo aprovechan para burlarse del crack.
"A la estatua de Messi no la rompieron, con el calor que estuvo haciendo se le derritio el pecho, nada mas...", tuitea un usuario en referencia a uno de los insultos favoritos de los críticos de Messi, "pecho frío", equivalente a una persona sin sangre. "Le cortaron la cabeza a la estatua de Messi, después se va de la selección y lloran, esta lleno de cabezas de termo este país", lo defiende otro.
La histórica rivalidad de Messi con Cristiano Ronaldo pierde fuerza en su país natal, donde la comparación permanente es con Diego Armando Maradona. Los argentinos exigen al capitán de la selección que les haga campeones del mundo, gesta que consiguió Maradona en 1986. Pero a falta de títulos, también le recriminan que no tenga la fuerte personalidad y liderazgo del Pelusa.
La división de los argentinos sobre el capitán de la selección llegó a su punto máximo el pasado junio, cuando Messi erró en la tanda de penaltis y los argentinos perdieron su tercera final consecutiva, la segunda contra Chile en una Copa América. Esa misma noche, la Pulga anunció su retirada de la Albiceleste y lo que había empezado como un torrente de críticas mutó en en el grito colectivo #notevayaslio. Finalmente, el astro argentino cambió de opinión y regresó al equipo.
La estatua de Messi fue inaugurada ese mismo mes, pocos días después de la final perdida, en el Paseo de la Gloria de la Costanera Sur, donde se homenajea a grandes deportistas argentinos. Aunque la fotografía del delantero decapitado se ha viralizado en las redes, los actos de vandalismo sobre monumentos son frecuentes en Buenos Aires. Solo en 2016 se registraron cerca de 170, entre ellos el que se realizó sobre la escultura de la tenista Gabriela Sabatini, que un día apareció sin su raqueta. El Gobierno municipal ya ha anunciado que reparará la figura del astro del Barcelona. Distinto parece que consiga el aprecio unánime de todos sus compatriotas.
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