El Joventut se da tres meses para evitar la quiebra

El Joventut tiene un plan estratégico para arreglar la situación de la entidad. Si se lleva a cabo, la transición será tranquila y el club seguirá adelante, pero en caso de no realizarse, el club entrará en proceso de liquidación. Así se afirma en la nota oficial tras la Junta General de Accionistas de la histórica entidad badalonesa celebrada ayer. La frase de Jordi Villacampa en su discurso ante los accionistas, fue concluyente: “Si el plan se sigue, la entidad tendrá viabilidad. Si no, yo mismo la llevaré a liquidación”.

Villacampa, que lleva 17 años en la presidencia, anunció que ha concluido su mandato y no se presentará a la reelección. Abandonará el cargo en marzo. Hasta entonces, la actual junta directiva, “por una cuestión de responsabilidad”, continuará al frente del club “para arreglar todos los asuntos acordados verbalmente para firmarlos y formalizarlos”.

Esos acuerdos son vitales para la supervivencia del club fundado en 1930, siempre en la élite del baloncesto español desde que dio inicio el Campeonato de Liga en 1955, ganador de una Euroliga en 1994, cuatro Ligas y ocho Copas del Rey, entre otros trofeos.

La entidad badalonesa, con una deuda de 11 millones, espera ingresar pronto tres por unos terrenos

Para evitar la quiebra dentro de dos meses y medio, deben concretarse los acuerdos verbales alcanzados con unos acreedores que deben activar un plan estratégico de futuro. Dos de esos acreedores principales son la Agencia Tributaria y Bankia.

Villacampa y su consejo de administración, que llegan al término de su mandato, obtuvieron en la Junta de este martes la reelección que por estatutos sólo puede ser por cinco años más, aunque se comprometieron ante los propietarios de la SAD a comparecer en dos meses y medio para concretar si las operaciones se llevan a cabo o se liquida la entidad. En cualquier caso, el consejo se compromete a dimitir en ese plazo para dar paso a una nueva junta.

“No dimitimos, se acaba el mandato. No arrojamos la toalla pero llevamos 17 años y ya estamos cansados por la situación. Hemos hecho de todo: centros comerciales, inversiones, operaciones que siempre han sido beneficiosas para la ciudad y para el club... Se nos dijo que nos limitáramos a jugar a basket y así el club es sostenible, pero no podemos batallar contra rivales financiados por el fútbol o por bancos”, afirmó Villacampa.

El último ejercicio se cerró con un déficit de 700.000 euros y el presupuesto previsto para la temporada es de cuatro millones

El dirigente del club anunció que la pasada semana se logró realizar la operación del barrio de Pomar con Mercadona que supone un ingreso de tres millones de euros, para sanear parte de la deuda. Este ingreso supondrá saldar directamente un compromiso con hacienda de casi un millón de euros, pero la deuda total con el fisco casi es de cuatro millones. La deuda a largo plazo de la entidad alcanza los 11 millones de euros.

Las cuentas anuales quedaron pendientes de aprobación por unos problemas técnicos que han impedido la auditoría. El consejo, sin embargo, explicó que la temporada 2015-16 se cerró con un déficit de 700.000 euros, atribuibles sobre todo a gastos financieros ya que el ejercicio de gestión del club de baloncesto concluyó con un beneficio de 200.000 euros. La junta también aprobó un presupuesto de 4 millones para esta temporada, para la que se prevén beneficios de 2,4 millones como consecuencia de la operación con Mercadona.

A pesar de todos los problemas económicos, Villacampa aseguró que los jugadores y los empleados del club están al corriente de pago y se mostró optimista con el futuro deportivo por considerar que el entrenador, Diego Ocampo, y el equipo “están trabajando bien”. El Divina Joventut ocupa la penúltima plaza de la Liga Endesa, con tres victorias y diez derrotas, y este miércoles (20.00) recibe al Zaragoza en el Olímpico de Badalona.