Alan Brandi, el Messi español que sí se consagra con Argentina
La albiceleste se consagra por primera vez campeona del mundial de fútsal con un gran aporte del pivot
El pasado sábado una selección argentina que juega al fútbol salió campeona del mundo. Sin embargo, nadie fue a celebrar al Obelisco, no se vieron más camisetas por la calle que las acostumbradas y apenas un puñado de locos se despertó temprano el lunes para recibir al equipo en el aeropuerto de Ezeiza. Y eso que entre ellos hay un Messi, o mejor dicho, un jugador con una vida casi calcada a la del astro del FC Barcelona. Entonces, nos concentraremos en las escasas diferencias: Alán Brandi no tiene 29 sino 28 años. No nació en Argentina, aunque sí lo haya hecho toda su familia. Y la más importante: él sí se dio el lujo de levantar una copa del mundo… aunque de fútbol sala.
El padre de la criatura
A pesar de ser uno de los países que mayor pasión siente por el fútbol, el público argentino tardó en enamorarse del equipo dirigido por Giustozzi. El propio entrenador es quien más fe le tiene al deporte: “No tengo dudas de que el deporte más practicado de Argentina es el fútsal y sus disciplinas antecesoras, el baby fútbol y el papi fútbol. Lo que faltaba es mostrar que hay vida más allá del fútbol de campo y si nos referimos a un nivel de elite, tengo mis serias dudas de que un jugador de campo pueda jugar esta disciplina, así como creo que un jugador de fútsal no puede hacerlo en un campo de 11”. “La copa puede aportar mucho si lo sabemos aprovechar”, se esperanza Giustozzi, “Uno sueña con tener un buen coche, lindas chicas, ser famoso y trabajar de lo que le gusta, pero todo eso con el fútsal pasa porque yo lo viví en carne propia, el tema es que hasta ahora no lo sabíamos porque todo eso ocurre fuera del país. Ojalá que esto le otorgue más conocimiento a los chicos de Argentina y aprendan que pueden tener una forma de vida como la que sueñan pero jugando fútsal”.
A la edad de 18 años, el pivot del combinado que el sábado hizo historia al dar la primera vuelta olímpica para Argentina en esa disciplina, abandonó Las Palmas (donde nació) y se fue a Madrid a estudiar periodismo en la Universidad Complutense. En paralelo, comenzó a jugar para el equipo de fútbol sala de la casa de estudios sin saber que forjaba un futuro mundialista. Luego pasó a Colmenarejo, un equipo que estaba en tercera división, y logró el ascenso a segunda B y en el último año de estudios fichó para la filial de Inter Movistar en la categoría juvenil preferente. Pero llegó la graduación y con ella, el ofrecimiento de Santiago fútsal para una prueba de 15 días que se terminó alargando. “Mi prioridad era el periodismo pero como tenía la carrera acabada y ningún proyecto en vista me animé a probar”, le cuenta a EL PAÍS antes de brindar su primera conferencia de prensa como campeón del mundo, un lujo que el propio Messi estuvo muy cerca de concretar en 2014.
Mientras Messi y compañía jugaban el mundial de Brasil, Alan se veía obligado a tomar una decisión que cambiaría su vida. La misma disyuntiva que se le presentó a Lio en 2003 y con el mismo resultado. “Nací en Las Palmas pero mis padres son argentinos. Siempre dije que tengo mucho orgullo de haber nacido en España porque es el país que le dio un futuro a mi familia, pero el sentimiento es argentino; ya de pequeño mis abuelos, mis tíos y mis primos me inculcaron sin querer esa pasión por la celeste y blanca. Sobre todo por cómo se vive el futbol en Argentina que es una cosa de locos”, asume Brandi, quien luego de 3 temporadas en el Benfica jugará para el Acquae Sapone de Pescara, Italia. “Diego (por Giustozzi, el seleccionador argentino) habló con Venancio (DT de La Roja) por una cuestión de ética, pero nunca hubieron problemas porque la selección de España nunca se interesó por mí”, agrega.
“Había bastantes diferencias entre el fútbol sala en Europa y en Argentina; por ejemplo, en Portugal los partidos se transmiten por la TV Pública mientras que acá había gente que no sabía ni siquiera lo que era. Pero durante el mundial nos dimos cuenta que tuvo mucha dimensión en el país y creo que la medalla le va a hacer muy bien”, opina el jugador que ayudó a romper la hegemonía mundialista que tenían Brasil y España.
Alan Brandi usa el dorsal 11 y en el mundial que se jugó en Colombia ha participado en los 7 partidos, convirtiendo 4 goles -2 de ellos en la final contra Rusia-. “Todavía parece que estamos viviendo un sueño y cuesta creerlo”, reconoce, “No éramos favoritos, había varias selecciones por delante nuestro y aunque teníamos ese sueño y esa ambición sabíamos que era difícil. Ahora lo disfrutamos a cada minuto”, expresa. Consultado acerca de si en algún momento sintió que el título se podía escapar, el goleador dice: “No sabemos ganar de otra manera que no sea sufriendo. Pasó con Costa Rica (2 a 2), con Ucrania (1 a 0), con Egipto (5 a 0), que lo sufrimos por dentro y con Portugal (5 a 2, con un tanto anotado por él), que tienen a Ricardinho y Cardinal. La final con Rusia (5 a 4) fue la misma historia, sufriendo mucho porque sabíamos que individualmente ellos tenían mejores jugadores, pero confiamos en el colectivo y por eso ganamos el campeonato del mundo”. La incipiente fama alcanzada por Alan y sus compañeros ya le valió un encuentro de camaradería con el presidente del país que ha elegido defender, Mauricio Macri, y un posible viaje con la selección mayor en un partido de eliminatorias. Lo único que le falta es la felicitación de su alter ego, Lionel Messi, de quien ahora lo separa la diferencia más linda del mundo.
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