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Van Niekerk deja contra las vallas a EEUU

El récord de los 400m de Michael Johnson era el último que conservaba en carreras lisas la gran potencia mundial

Carlos Arribas
Van Miekerk posa junto al marcador que registra su récord del mundo en los 400 metros lisos.
Van Miekerk posa junto al marcador que registra su récord del mundo en los 400 metros lisos.Cameron Spencer (Getty Images)

En una tabla de récords mundiales masculinos en la que el fondo es africano y la velocidad casi totalmente jamaicana, los 43,18s de Michael Johnson en los 400m eran desde hace años una llama del poder de Estados Unidos, la gran potencia cada vez más acosada. La llama la extinguió la noche del domingo con su soplo velocísimo, un chaval sudafricano de 24 años que, con 43,03s en la calle ocho, llevó al mundo a pensar que la barrera de los 43s era superable. Ese logro estaría a la altura de bajar de 19s en los 200m o de 1m 40s en los 800m o de 9,50s en los 100m, fronteras que se ven cercanas pero que se consideran inabordables.

 En su carrera loca por la calle ocho, sin nada en el horizonte más que una superficie azul sintética, Van Niekerk, un verdadero bólido humano, llegó a alcanzar durante 200m una velocidad media superior a 35 kilómetros por hora. Johnson nunca llegó a 34.

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La prensa de Estados Unidos no se volvió loca con Van Niekerk, a quien relegaron muy lejos de Bolt y del atracado Lochte en el ranking de protagonistas de la noche. Trabajo le costará a Adidas, la marca del plusmarquista, construir una gran operación de marketing alrededor de su imagen, tímida y discreta, en el país que más consume.

Desde el domingo, sin Johnson ya en la tabla, Estados Unidos no posee ningún récord mundial en carreras lisas, El poder de la gran potencia que llegó a dominar todas las distancias de la velocidad se queda reducido a las vallas, donde Aries Merrit, ausente de Río, posee el récord mundial (12,80s) de 110m desde 2012 y Kevin Young el de 400m desde los Juegos de Barcelona 92, hace casi 25 años, con 46,78s. Ningún otro atleta ha sido capaz de bajar de los 47s. Fuera de las carreras, los hombres de Estados Unidos poseen otros tres récords mundiales, el de salto de longitud (Mike Powell, 8,95m, 1991), el de lanzamiento de peso (Randy Barnes, 23,12m, 1990) y el de decatlón (9.045), a cuyo dueño, Ashton Eaton se espera en Río.

En una muestra de la universalidad única del atletismo, la Jamaica de Bolt posee los de 100m y 200m. África domina el resto de las distancias olímpicas. La Sudáfrica de Van Niekerk, tiene el de 400m, y Marruecos (El Guerruj), Kenia (Rudisha, Shaheen y Kimetto) y Etiopía (Bekele) acaparan del 400m al maratón, incluidos los 3.000m obstáculos.

“Yo creía que era posible”, dijo el sudafricano que, entrenado por Anne Botha, corrió a ritmo de récord 300 de los 400 metros en la final que ganó del Mundial de Pekín hace un año. “Aún estoy asombrado, de todas maneras, de lo que hice. Me tengo que pellizcar para ver si estoy despierto”.

Por la calle ocho no le gusta correr a nadie carreras con curva, y quien no logra su objetivo suele culparla de su mala actuación. La calle ocho, sin embargo, tiene ventajas, recordó Van Niekerk, ya que permite correr como en un entrenamiento, sin pensar en los rivales, solo en ir lo más rápido posible.

“El cielo es el límite”

 Corrió como un front runner en una prueba de fondo, sin mirar atrás. Como el tanzano Filbert Bayi, que batió el récord de los 1.500m hace 40 años, hace décadas; como el David Rudisha del 1m 40,91s de la final de los 800m en Londres 2012.

¿La barrera de los 43s? Van Niekerk pierde la timidez cuando le preguntan hasta dónde puede llegar. “Después de lo que he hecho”, dijo, “solo el cielo es el límite. No habrá persona en el mundo que consiga que yo me fije un límite”.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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