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Las exclusiones de otros países en la historia de los Juegos Olímpicos

La del atletismo ruso es la primera expulsión masiva por un caso de dopaje

La sede del Comité Olímpico de Rusia (COR) en Moscú, Rusia.
La sede del Comité Olímpico de Rusia (COR) en Moscú, Rusia.Y. KOCHETKOV (EFE)

Tras el escándalo del dopaje de Estado, el atletismo es el primer deporte del que queda excluido Rusia. Aún resta por saber si otras disciplinas serán sancionadas por el Comité Olímpico Internacional (COI), que incluso podría expulsar al país entero de Río 2016. Desde Amberes (Bélgica) 1920 hasta hoy, otras naciones han sido rechazadas por el COI, pero todas por cuestiones políticas o de discriminación racial.

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En un clima de posguerra, en 1920, por razones políticas, la Unión Soviética fue excluida de los Juegos Olímpicos de Amberes, en Bélgica. Austria, Alemania, Polonia, Hungría, Bulgaria y Turquía ni habían sido invitados. Eran los perdedores de la Primera Guerra Mundial.

Algo similar sucedió con Alemania y Japón en Londres 1948: sus deportistas estaban prohibidos tras la Segunda Guerra. Ese mismo año, los soviéticos, que sí fueron invitados, se autoexcluyeron de los Juegos por los daños ocasionados en su país durante el conflicto. De hecho, desde la revolución de 1917 los soviéticos se habían mantenido al margen del movimiento olímpico. Incluso tenían dos competiciones paralelas: las Olimpiadas Obreras y las Espartaquiadas.

Después de la II Guerra Mundial, la URSS admitió entrar en el COI: “A partir de ese momento se convierte en una política de Estado: quedar en los JJOO a poder ser por encima de EE. UU. Es un capítulo más de la guerra fría”, analiza Fernando Arrechea, historiador y autor de los libros 1900. La Primera Aventura Olímpica Española y Olímpicos Españoles I. De los Orígenes a 1936. “Es un elemento de propaganda de la URSS y para todos los países comunistas”, añade. Arrechea, además, observa en lo que ha pasado ahora ciertos vestigios de aquella política soviética: “Tanto para la Rusia actual como para la URSS en su día, el deporte es una cuestión de Estado y los JJOO son muy importantes para ellos”, reflexiona. De la misma manera que los soviéticos se obsesionaron con superar a los capitalistas en los Juegos, los malos resultados de la delegación Rusia en Vancouver 2010 espoleó a las altas esferas rusas para que no sucediera lo mismo en Sochi.

La vuelta de los soviéticos a lo Juegos en Helsinki 1952 coincidió con el inicio una de las grandes ausencias. “Volvieron todos los países menos la China comunista, porque su lugar en el comité olímpico nacional lo ocupó la China nacionalista, que solo controlaba Taiwán”, explica Arrechea. China no volvió a unos Juegos hasta Los Ángeles 1984.

En 1964, el COI no permitió a Sudáfrica participar de los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. La razón fue el régimen segregacionista del apartheid. Los Juegos Olímpicos prohíben la discriminación de cualquier tipo a la hora de seleccionar los representantes de un país. En México 1968, cuatro años más tarde, Sudáfrica presentó una delegación que incluía deportistas negros y fue aceptada por el COI, que luego debió excluirla nuevamente tras un boicot de 30 países que amenazaron con no ir a los Juegos. Fue la sanción más dura para un país en la historia de los Juegos. Sudáfrica no regresaría hasta Barcelona 1992.

Antes de Montreal 1976, la selección de rugby de Nueva Zelanda jugó contra Sudáfrica y 29 Estados africanos pidieron que el país de Oceanía fuera también expulsado. Esta vez, el COI no sancionó a Nueza Zelanda y 28 de esos 29 países no participaron de aquellos Juegos. Fueron Argelia, Alto Volta, Camerún, Chad, China, Congo, Egipto, Etiopía, Gabón, Gambia, Ghana, Guyana, Irak, Kenia, Lesoto, Libia, Madagascar, Malaui, Mali, Marruecos, Níger, Nigeria, República Centroafricana, Suazilandia, Sudán, Taiwán, Tanzania, Togo, Túnez, Uganda y Zambia.

La República de China, que incluía al actual Taiwan, tampoco participó en esos juegos porque el COI y Canadá habían reconocido diplomáticamente a la República Popular de China (en aquel entonces estaban separadas).

Dos de los mayores escándalos se produjeron en Moscú 1980 y Los Ángeles 1984. En pleno desenlace de la Guerra Fría, Estados Unidos se bajó de los Juegos en Rusia en protesta por la invasión soviética de Afganistán y arrastró consigo a al menos 45 países, entre ellos, algunos de sus aliados principales como Alemania Occidental, Canadá, Argentina, Chile, Japón, Turquía y Noruega. Aunque sí lo hicieron Inglaterra, Australia e incluso España.

En los siguientes Juegos, en Estados Unidos, la Unión Soviética tuvo su revancha. Todo el denominado Bloque del Este (entre ellos, Alemania Oriental, Cuba, Corea del Norte, Irán y Polonia) se ausentó de Los Ángeles, excepto Rumanía y China, que marcaría su regreso a una competición olímpica. Cuatro años más tarde, en Seúl 1988 algunos países como Cuba o Etiopía estuvieron ausentes en solidaridad con Corea del Norte, que boicoteó la cita olímpica. "Aun así entramos en una época de normalización", apunta Arrechea, "en Barcelona 92 ya está todo el mundo, incluida Sudáfrica".

En 2012, varios países presionaron a Arabia Saudí, Qatar y Brunéi y hubo rumores de exclusión porque no llevaban mujeres a los Juegos de Londres. Finalmente, estos países cedieron y participaron en los Juegos con, muy pocas, deportistas femeninas.

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