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Maradona y América, historia de desencuentros

El astro jugó la competición en 1979, 1987 y 1989, pero no logró ganarla, opción que ahora tiene Messi

Maradona, ante Dunga en la Copa América de 1989.
Maradona, ante Dunga en la Copa América de 1989.ANTONIO SCORZA (AFP)

La historia del fútbol argentino puede resumirse en una antinomia representada en dos nombres propios: César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo. El primero, promotor de una filosofía que busca llegar a la victoria a través del toque y el juego vistoso; el otro, un cultor del postulado que impone ganar a cualquier precio. Ambos salieron campeones del mundo con la selección argentina y tuvieron la oportunidad de dirigir a Diego Maradona, pero ni los entrenadores ni el astro lograron conquistar alguna vez la Copa América.

“La Copa América es importante pero si le ganas a Uruguay y Brasil”, asegura Carlos Bilardo a EL PAÍS. “Yo la tomaba como un campeonato importante pero no más que el Mundial. En Argentina me castigaban porque yo decía: ‘Déjame la Copa del mundo’. Incluso a mis jugadores les decía: ‘Si perdés la Copa del mundo está todo mal pero si perdés la Copa América no pasa nada”.

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Fueron tres las oportunidades que tuvo Maradona para quedarse con el trofeo. La primera sirvió para debutar formalmente en la selección mayor después de haber ganado el Mundial sub-20 jugado en Japón. El torneo de 1979 fue tan atípico que Diego jugó con el dorsal número 6. No tuvo una sede fija y duró desde el 18 de julio hasta el 11 de diciembre. Se dividió a los equipos en tres zonas con tres integrantes cada una. Los conjuntos tuvieron que disputar partidos de ida y vuelta para definir el pase a semifinales, donde esperaba Perú, el campeón anterior.

El ganador fue Paraguay tras jugar tres partidos con Chile: ida, vuelta y desempate. Se consagró campeón en el estadio Monumental de Buenos Aires y levantó el trofeo por tener mejor diferencia de goles en la serie. Argentina, por su parte, quedó eliminada en primera rueda y salió última. Ganó un solo partido, ante Bolivia, por 3-0, y Diego metió un gol. El entrenador, Menotti, usó el torneo para dar rodaje a nuevos jugadores. De los mayores, sólo jugó Daniel Passarella. Ambos participarían tres años más tarde del Mundial de España.

“Era una Copa medio rara”, recuerda el exjugador Ricardo Bochini. “Yo jugué en cancha de River un partido con Brasil que empatamos 2-2. Argentina había viajado a una gira y acá no estuvieron todos los titulares. Diego no jugó. Ese Maradona lo que quería jugar era un Mundial, no una Copa América”.

El Bocha fue uno de los mejores de la historia, al punto que el propio Maradona reconoció tenerlo de ídolo. “Para mí es un orgullo que él haya dicho eso, porque Maradona es reconocido en todo el mundo. A mí me llena de satisfacción porque uno siempre piensa que lo que uno jugó en el fútbol fue algo que le gustó a todos los hinchas y no sólo a los de Independiente [camiseta que defendió toda su carrera]”, dice.

Con Bilardo

La segunda oportunidad parecía ser la indicada: fue un año después de que la Albiceleste se consagrara en México 1986 y el torneo se realizó en Argentina. Maradona ya era una estrella internacional y brillaba en el Nápoles. Argentina completó una buena primera fase, en la que Maradona metió tres goles. Sin embargo, en la siguiente ronda perdió con Uruguay en semifinales y ante la Colombia de René Higuita y Carlos Valderrama en el duelo por el tercer puesto.

La última oportunidad la tuvo en 1989, un año antes del Mundial de Italia. Argentina, dirigida por Bilardo, viajó con muchas estrellas a Brasil, país anfitrión. Ruggeri, Cannigia, Burruchaga, Sensini, Basualdo, Troglio y Balbo eran algunas de las figuras. La Albiceleste completó una buena primera fase pero perdió con Uruguay y Brasil en segunda ronda y quedó en la tercera posición. Para Diego, la tercera no fue la vencida en un certamen en el que no anotó goles.

Hace muy pocos días, un micrófono abierto le jugó una mala pasada a Maradona. Dijo que Messi “no tiene personalidad para ser líder”. Esa noche, el 10 del Barcelona se despachó con tres goles ante Panamá que clasificaron a la Albiceleste. Está en sus manos levantar la Copa que nunca ganó Maradona.

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