FIFA: sin reformas no hay dinero

El sol radiante que luce en Zúrich abrillanta las siglas de la FIFA en su sede, un símbolo de opulencia situado en lo alto de una de las colinas boscosas que cercan la ciudad. Algunos empleados corretean por el perímetro del campo de fútbol colindante con el vanguardista y funcional edificio principal bautizado como la Casa de la FIFA. Otros, sudorosos y sonrientes, entran y salen del gimnasio. Todos parecen ajenos a la trascendencia del proceso reformador que debe aceptar entre hoy y mañana el comité ejecutivo y posteriormente aprobar el Congreso Extraordinario el próximo 26 de febrero, que también elegirá al nuevo presidente.

La batería de cambios que presentará el presidente del comité de reformas, François Carrard está siendo vigilada muy de cerca por tres de los patrocinadores más importantes con los que cuenta la FIFA. Unos 200 millones de euros procedentes de este trío de mecenas están solo pendientes de que las reformas sean tan profundas como exigen. Los contratos de estas compañías, que no han trascendido, están listos para la firma, pero solo se rubricarán si las medidas que más atacan al régimen actual, señalado por los casos de corrupción destapados, salen adelante. Será tarea de los miembros del Comité Ejecutivo convencer el 26 de febrero a las 209 asociaciones que conforman la FIFA de la aprobación de la nueva forma de gobierno y de administración transparente de los recursos que demandan los patrocinadores.

Si la presión de los patrocinadores ya fue decisiva para que Joseph Blatter anunciara que convocaba elecciones solo cuatro días después de haber sido reelegido, ahora su fuerza económica también está interviniendo en el proceso reformador iniciado desde su impacto directo en las cuentas de la FIFA. Que no se hayan firmado todavía esos contratos de patrocinio, el fuerte gasto que supuso las contratación del bufete de abogados Quinn Emanuel, cuya cabeza visible fue asesor de George Bush, más el desembolso hecho a la asesoría Teneos para gestionar la crisis del FIFAgate, pueden generar que la FIFA cierre el año 2015 en números rojos, con unas pérdidas de casi 100 millones de euros. Las pérdidas no han sido mayores porque por primera vez la venta de derechos de retransmisión del Mundial femenino han sido importantes. Para maquillar las cuentas de este período, la organización ha tenido que echar mano por primera vez en muchos años del fondo de emergencia.

“No piensen que la FIFA está muerta”, advirtió Michel D´hooghe, miembro del comité ejecutivo. “La crisis es profunda y hay que tratarla con humildad”, añadió en relación al proceso de reformas emprendido.

Los patrocinadores, conscientes de su fuerza, enviaron este miércoles una carta a la FIFA en la que expresaban su voluntad de que las reformas sean profundas y se apliquen en toda su extensión. “Transparencia, rendición de cuentas, el respeto a los derechos humanos, la integridad, el liderazgo y la igualdad de género son cruciales para el futuro de la FIFA. Las reformas pueden establecer el marco adecuado para estas características, pero también es necesario un cambio cultural”, reza la misiva.

Estas grandes compañías ya empezaron a mostrar con seriedad su descontento durante el Mundial de 2014. En el Congreso Extraordinario celebrado en São Paulo ya instaron a la FIFA a emprender el camino hacia las reformas ante el deterioro de su imagen por los escándalos que rodearon a la organización en los meses previos a la celebración de la cita. La estampa de un grupo de indígenas lanzando flechas contra el autobús de la selección brasileña durante un acto de la bebida refrescante más universal puso en guardia a los grandes mecenas, que advirtieron por primera vez en la historia de la necesidad de un cambio bajo la amenaza de dejar de patrocinar a la FIFA.

Ahora, además de seguir de cerca la limpieza y la depuración de las cabezas visibles de la dirigencia que ha manejado el fútbol mundial, también han mostrado su descontento por no haber contado con representantes dentro del Comité de Reformas, dividido en dos corrientes claras, los que pretenden un cambio drástico, encabezado por Gianni Infantino, y los que aun guardan fidelidad a Blatter y desean una transformación más lenta y suave. En dicho comité y en representación de la Conmebol figura Gorka Villar, hijo del actual presidente de la UEFA en funciones y vicepresidente de FIFA. Villar padre siempre se ha mostrado contrario a todo tipo de limitaciones como la de mandato de 12 años que será propuesta o la de edad, que finalmente no será sometida a voto. “Gorka no ha jugado un papel en la parte política de las reformas, ha estado más en la parte jurídica”, concluye un miembro del comité de reformas.