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FC BARCELONA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Una hermana es una hermana

En el escalafón de las ofensas prohibidas, una hermana en Argentina nunca tendrá la jerarquía hiriente de una madre

J. Ernesto Ayala-Dip
Mascherano se marcha del campo tras ser expulsado frente al Eibar.
Mascherano se marcha del campo tras ser expulsado frente al Eibar. Vicens Gimenez

El matiz es importante. No es lo mismo mandar a alguien a la concha de su madre que hacerlo al mismo sitio pero de su hermana. Mascherano fue expulsado del campo el domingo pasado por haber enviado al árbitro al sitio tabú de todo argentino que se precie. Informo un poco por si alguien no capta el matiz. En Argentina, y sobre todo en el imaginario de un porteño, es mucho más grave ser insultado con el argentinísimo “andá a la concha de tu madre” que hacerlo al más difundido y cosmopolita “hijo de puta”. A mí particularmente me ofendería infinitamente más escuchar cómo se hiere la honra de mi progenitora que escuchar cómo se me ordena que regrese al lugar de donde salí a este tan absurdo como hermoso mundo. Pero así son las cosas en Argentina.

La diferencia entre lo que dijo el central argentino del Barça y lo que el árbitro anotó que escuchó en su informe, crea un malentendido digno de reseñarse. Resulta que el señor Del Cerro Grande asegura que le fue encomendado de manera muy poco decorosa dirigirse a la madre de su linier. Mientras que Mascherano afirma que no fue a la madre sino a su hermana. En el escalafón de las ofensas prohibidas, una hermana en Argentina nunca tendrá la jerarquía hiriente de una madre. Falta saber si el hombre que dirigió el encuentro de marras, tiene hermana. Madre sí que tiene porque si no ahora no estaríamos hablando de él. Quedan entonces dos posibilidades. Que el central, una persona educada en líneas generales, haya apelado a un insulto más inocuo para desahogarse. O que, como afirma el juez en su escrito, Mascherano efectivamente haya ratificado su argentinidad innegociable con el clásico y siempre (para mí) enigmático y deshonrrante “andá a la concha de tu madre”. Lo extraño del caso es que el señor Del Cerro Grande haya intuido el matiz. Una madre es una madre. Pero una hermana también, sobre todo si la tienes.

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