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Fútbol
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La mirada del “apache”

Ayala-Dip descifra los orígenes y el carácter peculiar del delantero argentino Carlos Tévez

J. Ernesto Ayala-Dip
Carlos Tévez durante un partido con Boca Juniors el 23 de agosto.
Carlos Tévez durante un partido con Boca Juniors el 23 de agosto.A.PAGNI (AFP)

El corresponsal en Buenos Aires, Carlos E. Cué, nos informa que Carlos Tévez ha denunciado la pobreza en una provincia del noreste de Argentina, Formosa. Del texto de Cué me quedo con algunos datos: los orígenes paupérrimos del ex jugador de la Juventus, su infancia en las chabolas —Villas miserias— y su indeclinable fidelidad a los amigos del barrio. Pero, sobre todo, me quedo con una frase de Tévez: "Yo soy de mirar mucho".

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Los jugadores argentinos nos suelen sorprender no pocas veces con frases que te quedan en la memoria. Miren si no aquella de Saviola respecto a la situación lingüística en Cataluña: "En Barcelona si hablás en catalán sos Gardel". Ningún extranjero acertó tanto en el diagnóstico del uso social del catalán.

El Apache —mote que le viene por el nombre de la villa miseria en la que vivió— alguna vez confesó que él le debe todo al futbol. Le debe no solo su holgada situación económica en la actualidad sino no haber acabado acribillado a balazos por la policía de la provincia de Buenos Aires. Tal vez por eso El Apache es de mirar mucho.

Para sobrevivir en medio de la miseria y el delito inevitable hay que estar muy atento. El Apache fue a Formosa a jugar un partido. Y lo que vio lo escandalizó. Vio miseria y, sobre todo, mucha desigualdad. Gente que pasa hambre y otra ofensivamente que nada en la abundancia. El Apache conoció los dos territorios.

La vida de Carlos Tévez nunca fue fácil. Ni siquiera en los tiempos de bonanza. Me lo imagino observando lo que los gobernantes argentinos niegan. En la cancha, El Apache procede con la misma exigencia, casi diríamos moral. Por eso fuera de ella vio lo que vio. Pudo habérselo callado, pero no lo hizo. La desigualdad se nota mucho como para no verla. O hacer como si no existiera. Sobre todo si eres de mirar mucho.

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