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México - Estados Unidos, más que una rivalidad

El Tri pretende recuperar en casa del campeón una Copa Oro que magnifica el choque entre los dos equipos

Luis Pablo Beauregard
Fernando Arce y Jermaine Jones, en un partido de 2013.
Fernando Arce y Jermaine Jones, en un partido de 2013.Jaime Sabau (AFP)

La selección de México comenzó la Copa Oro con aplomo. La goleada 6-0 a Cuba la noche del jueves fue el trámite inicial para el objetivo final de los mexicanos: arrebatar a Estados Unidos el título del torneo. La competencia, que se juega cada dos años en territorio estadounidense, ha agudizado en la última década la rivalidad entre ambos equipos. El equipo de Miguel Herrera ha pisado el suelo de su vecino del norte para reclamar algo que cree que le pertenece.

La Copa Oro es el resultado de una serie de transformaciones de torneos entre países del norte, Centroamérica y el Caribe que se originan en la época de la posguerra. En 1947 se disputó la primera Copa de Naciones Norteamericana (NAFC) con solo tres equipos. México quedó en primer lugar y Cuba, los anfitriones, en segundo. Estados Unidos fue el tercero. Para la segunda edición, en 1949, los estadounidenses disputaron la final con los aztecas, pero fueron derrotados 6-0.

En 1961 comenzó la Copa Concacaf, con la unión de las confederaciones de Norteamérica y Centroamérica y el Caribe. A partir de 1973 la competencia fue usada para calificar a los mundiales. Durante todo este tiempo Estados Unidos quedó hundido en su época más oscura. Tardó más de 35 años en regresar a un Mundial. Desde Suiza 1954 hasta Italia 1990.

Pero cuando volvió nada fue lo mismo para la zona. La primera Copa Oro, en 1991, ha sido olvidada por los mexicanos porque significó una humillación. John Doyle y Peter Vermes anotaron en el segundo tiempo de la semifinal eliminando a México en el Memorial Coliseum de Los Ángeles. Ese fue el inicio de una rivalidad moderna que trasciende los campos de juego.

México tiene seis títulos de la Copa Oro, le siguen los estadounidenses con cinco. Canadá logró el campeonato en 2000. El Tricolor es también el equipo que más marca en la competencia. Lleva 139 goles, 15 más que Estados Unidos. Pero los años de abultados resultados que los mexicanos conseguían frente a débiles escuadras como Martinica, Guadalupe o Haití han quedado a la distancia. En los últimos ocho torneos México solo tiene dos títulos de goleo, el más reciente de Javier Chicharito Hernández, en 2011, que ha quedado fuera de esta Copa tras romperse la clavícula. El estadounidense Landon Donovan, que se convirtió en el archienemigo de México, ha sido campeón goleador en tres ocasiones.

México sigue aventajando a Estados Unidos tras 65 partidos. Ha ganado 33 de ellos, frente a las 18 victorias del equipo de las barras y las estrellas. Pero hay que consultar la hemeroteca para recordar las épocas de amplio dominio del que alguna vez fue llamado el gigante de Concacaf. A México cada vez le cuesta mantener más esa reputación.

Estados Unidos no ha perdido ninguno de los seis partidos que ha disputado con México desde agosto de 2011, un mes después de que Jurgen Klinsmann tomara el timón de la selección. El alemán le ha tomado la medida a los mexicanos. Ha conseguido tres empates y tres victorias, una de ellas en 2012 el mítico Estadio Azteca de la capital mexicana, el primer triunfo americano en territorio mexicano en 75 años.

La última victoria mexicana fue la final de la Copa Oro, en junio de 2011. Este juego disputado en Pasadena (California) ha sido uno de los más memorables entre las dos selecciones. Michael Bradley y Landon Donovan habían marcado y tenían a México contra las cuerdas con un 2-0 al minuto 23. Pablo Barrera y Andrés Guardado empataron antes del descanso. El segundo tiempo fue un epílogo apoteósico con un segundo gol de Barrera y una genialidad de Giovani dos Santos, que se escapó del portero Tim Howard en el área chica para alejarse y sacar un tiro elevado entre tres defensas desde el fondo del área.

Todo está listo para que ambos se vuelvan a ver la cara en esta Copa Oro, donde Estados Unidos juega como anfitrión, pero los mexicanos inmigrantes son quienes llenan los estadios (52.000 asistieron a verlos jugar frente a los cubanos).

El escenario ideal es que las selecciones se encuentren hasta la final del 26 de julio. Para ello, México debe pasar sobre Guatemala, el día de mañana, y Trinidad y Tobago, el 15 de julio. A Estados Unidos le resta Panamá, el día 13, antes de continuar a la ronda de cuartos.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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