Argentina busca 90 minutos perfectos
Messi, Agüero y Mascherano se perderían la posible final si ven una tarjeta amarilla
Diecisiete días después de aquel sorprendente empate inicial, Argentina y Paraguay se vuelven a enfrentar por un puesto en la final de Santiago. El partido tiene un claro favorito, la selección de Gerardo Martino, pero en la concentración albiceleste sigue preocupando, a pesar de su eufórica victoria contra Colombia, el fantasma del bajón recurrente que ha sufrido en sus cuatro partidos tras 60 ó 70 minutos de superioridad incuestionable. En aquel encuentro disputado en La Serena, Argentina mostró una cara francamente positiva que después se disipó (si el partido duraba 100 minutos, se lo podía llevar Paraguay). Lo mismo pasó en todos los partidos siguientes. A pesar de que el Tata Martino insiste en el cansancio físico, la prensa argentina ha especulado durante el campeonato con diversos aspectos motivacionales y de relación con el entrenador y entre sí para explicar las acusadas oscilaciones en el rendimiento de los jugadores. Ayer el entrenador rosarino volvió a referirse al asunto: "Contra una Selección como la de Paraguay, hay que terminar los partidos cuando tenemos la posibilidad de hacerlo".
El profe Luis Bonini, mano derecha de Marcelo Bielsa cuando entrenó a Argentina y a Chile, afirma en conversación con este diario que el cambio de la selección en los segundos tiempos “procede de la época del entrenador Checho Batista, e incluso de Maradona: cuando se ponen por delante, por alguna razón se instala en los jugadores un mecanismo conservador, de levantar el pie del acelerador, de esperar a que termine el partido”. “Y luego, claro está la suerte”, concluye. Argentina tiene más talento en la cancha que ninguna selección rival y generó 16 ocasiones contra Colombia, pero está desconcertantemente negada ante la portería: lleva 4 goles en total (por 13 de Chile, con un partido más).
Un aspecto técnico que ha cuidado especialmente en la previa el Tata son los balones aéreos, tradicional especialidad guaraní (“está en su ADN”, ha afirmado Martino, exseleccionador paraguayo). Los albirrojos han cabeceado a puerta más veces que nadie en la Copa y han marcado un gol (Lucas Barrios) por alto. Curiosamente, Argentina es la segunda clasificada en ese capítulo, aunque no tiene especialistas de medio campo para arriba. El fútbol desplegado por Paraguay hasta ahora - fuerte presión en el centro de la cancha, contraataque y aprovechamiento constante de su potencia aérea y los rechaces – depende esencialmente de la capacidad de Santa Cruz, Valdez y Barrios para ganar por arriba centros largos y aguantar el balón hasta el despliegue de sus extremos González, Benítez o Bobadilla.
Aunque el equipo no estaba oficialmente definido al cierre de esta edición, es probable que Martino repita su alineación titular contra Colombia, quizá con la leve duda de Banega por Pastore en el medio campo: perdería algo de creatividad y movilidad, aparentemente, pero ganaría en equilibrio y recuperación. La defensa lleva tres partidos sin recibir un gol y el triplete ofensivo Messi-Agüero-Di María parece ya consagrado. Martino habló maravillas ayer de Ángel Di María, en su opinión “uno de los mejores cinco futbolistas del mundo”.
Precisamente Messi y Agüero (además de Mascherano) inquietan también a su preparador por el hecho de tener ya una partida amarilla y quedar excluidos de una posible final en caso de ver otra esta noche. Un ingrediente picante del encuentro será la presencia del árbitro brasileño Sandro Ricci, criticado por Martino tras su polémica actuación en el Chile-Uruguay que pasará a la historia por el dedo de Gonzalo Jara. Aunque la FIFA decidió antes del Mundial 2010 que las tarjetas acumuladas desaparecieran tras los cuartos de final para evitar que un futbolista se perdiese la final (como le pasó, por ejemplo al argentino Claudio Caniggia en 1990), la medida no se trasladó a la Copa América, donde las tarjetas se limpian después de la primera ronda. El preparador argentino aseguró incluso hace unos días estar “más preocupado por el árbitro que por lo que pueda hacer el rival”. Ayer, en la rueda de prensa oficial, aclaró que “nunca hablé puntualmente de ningún árbitro, sino en líneas generales”.
También destacó el “orgullo” de Paraguay. “Hubiera preferido no jugar con Paraguay. Hay muchas cosas en común, mucho sentimiento, mucho trabajo, mucho pasarla juntos, comenzar un proceso, terminarlo, mucho Mundial, Copa América, una relación entrañable con muchos de esos chicos”, expresó Martino, el entrenador con más partidos disputados al frente de la escuadra guaraní.
El vigente subcampeón de la competición afronta el partido con la confianza y serenidad que da haber superado cualquier expectativa en la primera prueba oficial de Ramón Díaz como seleccionador (siete meses en el cargo). Paraguay se ha enfrentado hasta ahora a los tres ‘grandes’ de Sudamérica y ninguno ha podido superarlo. Ya está entre los mejores cuatro del continente: Derlis González se ha convertido en el rostro visible de una joven generación encargada de tomar el relevo a los protagonistas del Mundial 2010 (cuartos de final) y la Copa América 2011, cuando eran dirigidos precisamente por Martino.
“Los momentos lindos duran muy poco. Ya estamos pensando en lo que viene”, aseguró tras vencer a Brasil el técnico multicampeón con River Plate. “Somos el único equipo que le marcó dos goles. El equipo está mentalizado para hacer un gran partido”, dijo ayer el entrenador riojano: “Argentina es la mejor selección del mundo, pero la conocemos y vamos a tratar de complicar la vida un poquito […] la enseñanza del primer partido es que no hay que meterse tan atrás. Hay que salir a jugar”. El ‘Pelado’ ha prometido una camioneta o todoterreno a sus jugadores si ganan el partido, una técnica de motivación que ya utilizó con River y San Lorenzo, clubes con los que sería campeón.
Paraguay ha colocado tres componentes (Derlis González, Iván Piris y el propio seleccionador) en el equipo ideal de los cuartos de final del torneo. Pese a la baja fundamental de Néstor Ortigoza, la albirroja quiere meter presión a Martino: con otros tres seleccionadores compatriotas en las semifinales del torneo, no conquistar el torneo que ansía Leo Messi le pondría en grave riesgo dentro del banquillo albiceleste. Ya dijo la ‘Pulga’ el otro día, después de su abrazo con Carlos Tévez: “Dios quiera que la pelota entre en el futuro”.
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