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Bravo, un tipo con carácter

Aunque obtuvo la titularidad por accidente, sus paradas sustentan al equipo

Nadia Tronchoni
Claudio Bravo.
Claudio Bravo.Jean-Christophe Bot (EFE)

Con 14 años Claudio Bravo medía 170cm. Era muy delgado. Y en un partido de Colo-Colo, su equipo, contra La U no alcanzó a atajar un balón tras un saque de esquina. “Hay que echarle, necesitamos arqueros altos”, le dijeron aquel día a Julio Rodríguez, su formador. “Primero me tendrá que echar a mí. Se desarrollará. Tiene cualidades”, respondió. A Bravo, que hoy tiene 31 y mide 184cm, aquel episodio le hizo más fuerte. “Algún día le voy a lavar la boca”, decía en referencia a aquel directivo que le enseñó la puerta.

Y así creció, ganándose los minutos y la confianza poco a poco. Como ha hecho en el Barcelona, donde se convirtió en el portero titular casi por accidente —Ter Stegen se lesionó en agosto y estuvo tres semanas de baja—; formó en el estreno de la Liga y, como nunca desentona, se ha hecho imprescindible. Poco importa que el portero alemán, de 22 años, sea el niño bonito —alguno ve en él una copia de Oliver Kahn—; tampoco que muchos en el club crean que en cuanto el chileno cometa un error, Ter Stegen reclamará su sitio. A Bravo, cuyo fichaje avaló Unzué, no le tiembla el pulso. Y cuando lo hace, se repone, como hizo tras el fallo en su debut en un amistoso contra el Nápoles: “Sé lo que valgo y de lo que soy capaz”.

Es el portero titular menos goleado de la Liga, con 15 goles

Tampoco le tiembla la voz, ni dentro ni fuera de la cancha. En el Barcelona lo hace, sobre todo, bajo los palos, pero en Chile saben que carácter no le falta. Hace poco salió a defender a sus compañeros en la selección de las burlas del humorista Stefan Kramer, que imita a las estrellas de La Roja (la chilena, no la española): “No hace gracia cuando tratan de dejar de vulgar a alguien, cuando se ríen de cómo habla uno”, dijo. Aunque de familia humilde, nació en Viluco y vivía en Buín, pueblos rurales del área metropolitana de Santiago. “Sabe ejercer de capitán. Se le nota la educación cuando habla”, apuntan desde Chile.

En el campo, donde se gana el jornal y los minutos, tampoco duda. Es el meta menos goleado de la Liga, con 15 goles (de entre los porteros con un mínimo de 15 encuentros), y cuenta 48 paradas por 64 de Diego Alves, el segundo portero titular menos goleado (con 18 tantos). No hay partido en el que no levante al equipo con sus intervenciones, como hizo este sábado, cuando con 0-1 salvó al Barça del empate con una estirada imposible que desvió un zurdazo de Javi Márquez. Tanto le dan las rotaciones de Luis Enrique —más presentes en la Liga que en la Champions, competición que juega Ter Stegen, titular también en la Copa—, pues se entiende igual de bien con cualquier pareja de centrales. Rodríguez ya lo entrenó hace años para ocupar la portería del Camp Nou. Trabajó con él todo lo que había aprendido en Holanda con Franz Hoek, tomó ejemplo de Van der Sar y convenció a un joven Bravo de que los porteros debían jugar también con los pies, como hacían dos jóvenes de La Masia, Valdés y Reina. Entonces todavía no sabía que sería el sustituto del primero.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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