Culebrón, NBA y Raúl
Como todas las semanas, Juanma Iturriaga analiza la actualidad deportiva en una nueva entrega de su diario
27/10. Lunes
Hoy debería haber sido un día de relax después de una semana cargada de asuntos judiciales, tarjetas jetas y un clásico futbolístico seguido planetariamente. Lo pedían esta mañana algunas de las voces más seguidas de nuestro país, casi suplicando por un respiro. Como el ser humano propone y la justicia dispone, la tranquilidad ha durado menos que un caramelo a la puerta de un colegio, y la redada policial desencadenada bajo el nombre Operación Púnica (ay, qué tiempos aquellos en los que estudiábamos a romanos y cartagineses) ha dejado con el culo al aire a unos cuantos chorizos más (nuestra producción en este embutido es realmente destacable) entre ellos el ínclito Granados, hasta ayer mismo y según hemos podido ver gracias a esa cosa tan cruel que es la hemeroteca, un perseguidor incansable de la corrupción. Pero tampoco hay que echarse las manos a la cabeza, pues son solo “algunas cosas” Rajoy dixit veinticuatro horas antes.
Con toda la atención mediática en “algunas cosas”, otras lo tienen crudo para atraer el foco, y mira que hay algunas sabrosas, como el culebrón en el universo tenístico español, que se complica cada vez más. Recapitulemos. Gala León, secretaria técnica de la federación, es nombrada capitana del equipo de Copa Davis después del fracaso que nos ha llevado a segunda división contando con un montón de Top 100. Se monta un lío porque varios tenistas no la consideran preparada, y el lío se lía aún más con algunas declaraciones con cierto aroma machista, como la ya mítica de Toni Nadal y su incomodidad por no poder mear a gusto en un vestuario si hay una mujer dentro. Aprovechando el torneo de Valencia, hay una reunión entre la mayoría de los tenistas con Gala León (faltaban Nadal y Ferrer) donde al parecer le iban a decir a la cara lo que pensaban, que no era otra cosa que no la consideraban apta para el puesto, por lo que le pedían que buscase una sustituta para ella misma en el puesto de capitán. Gala León sale y dice que nadie le ha dicho a la cara nada de eso, pero no debió ser una reunión de amigos jugando a las películas porque el último eslabón de esta retorcida cadena es la petición de mediación que Gala ha hecho mediante carta al CSD, donde según se cuenta en este periódico, “sigue vigente el estupor por recibirla una vez que Gala anunció primero su intención en la prensa”. ¿Estamos o no estamos ante un buen culebrón?
Termina un día que pasará a engrosar la (amplia) lista de momentos avergonzantes de nuestro país con la gala de premios de la Liga de Fútbol Profesional, donde la presentadora, Eva Hache, se enfrenta a uno de los públicos más complicados con los que ha tenido que lidiar en su extensa carrera. En su monólogo inicial, sus chistes, algunos más afortunados que otros, son seguidos de planos de un público que parece que o bien que no los entiende, o que simplemente pasa del tema esperando que aquello vaya lo más rápidamente posible y se puedan ir a casa. El Madrid acapara premios de la misma forma que el Atlético de Madrid, campeón de Liga, se debe conformar con el galardón a partido a partido Simeone. Y es que parece que no sea posible que este tipo de ceremonias no traigan de la mano alguna polémica. Eso sí, nada comparado con el tema del Balón (tostón) de Oro, que poco a poco va ganando espacio. Madridismo y barcelonismo, que se personan año tras año en este asunto, salen a la palestra en cuanto se ven atacados o ninguneados. Blatter dice que Neuer, el portero alemán, debería ganarlo y aunque el presidente de la FIFA se refiere al del Mundial, Ancelotti no lo pilla y suelta eso de “es imposible que esté callado”. A Luis Suárez no le incluyen en los candidatos y en Barcelona protestan. Quedan dos meses para el desenlace y no me cabe duda que un año más terminaré hasta el gorro.
28/10. Martes
Asisto a la presentación de “El baloncesto y la vida” libro escrito por Juan Corbalán, donde disfruto con el encuentro con unos cuantos de mis antiguos compañeros y a la vez amigos. Muchos abrazos con los Llorente, Paniagua, Cristóbal, Ramos, Indio Díaz y demás, algún canapé para llegar cenado a casa y como siempre, un aprovechamiento de la ocasión para darle algún que otro cuchillazo al protagonista de la noche, por detrás y en su ausencia, por supuesto, que hay prácticas que se mantienen inalterables.
El base que solo te pasaba cuando habías hecho suficientes méritos anteriores, se ha cascado un libraco de 400 páginas donde además de pasar revista a su dilatada y exitosa carrera deportiva, reflexiona sobre muchas cuestiones que traspasan las barreras del universo deportivo para adentrarse en la filosofía vital, terreno donde Corbi disfruta templando y mandando, como ha hecho toda su vida. Ahora que en cuanto ganas un par de partidos o carreras ya te hacen una biografía de consumo rápido, es bienvenido un ejercicio de reflexión madura. Aunque en una de sus páginas diga que yo era un poco populista. Pero bueno, en unos días se publica uno mío, Ahora que me acuerdo, donde me tomo cumplida revancha.
Vuelvo a casa y la radio me recuerda que esta madrugada comienza una nueva temporada de la NBA, lo que supone una alegría, sobre todo para mis desayunos. Como soy un cobarde y aprovecho las noches para dormir, mi seguimiento de la liga hasta que llegan los playoffs (salvo algún partido de esos de nueve y media o diez de la noche del domingo) se limita a ver los resúmenes de los partidos mientras me atizo un zumo de naranja, un par de tostadas (una con salado y otra con dulce) y un café con leche para espabilarme. A partir de mañana el Candy Crush mañanero será sustituido por varias mini raciones de 2-3 minutos de baloncesto, empezando, por supuesto, con los partidos de nuestros chavales, cada uno con su historia. Calderón en el reino de Phil Jackson, Pau revitalizado en su nueva aventura con los Bulls, Marc en año de que cada punto y rebote se puede convertir en dólares la próxima temporada y Ricky peleándose con su muñeca mientras flitea con los triples dobles. Falta uno, Claver, pero, llamadme pesimista, creo que a Víctor no le van a dar ni bola. ¿Qué tiene Portland contra los españoles? Nada, seguro, pero más que destino es tumba.
29/10. Miércoles
Se cumplen 20 años del debut de Raúl en la Romareda, donde por cierto falló un par de goles cantados que a otro con menos carácter quizás le hubiesen hundido y que este depredador tardó una semana en solucionar con un golazo ante el Atlético de Madrid en el Bernabéu, principio de una carrera espectacular. Esta efemérides me traslada un poco más atrás, creo que fue unos pocos meses, cuando presenté una entrega de premios deportivos en el ¡Parque de atracciones de Madrid! y Raúl, por aquel entonces desconocido menos para los que iban a pasar las mañanas a la Ciudad Deportiva del Real Madrid, fue reconocido como la mejor promesa. Debía tener 16 años o 17 recién cumplidos, su cuerpo era ligero y nada hacia presagiar lo que vino después.
El haber completado semejante carrera sin ningún destacable atributo físico confirma la teoría que lo más importante no es ni el músculo y si me apuras, ni el talento, sino lo que se cuece debajo del cráneo. El amueblamiento de la cabeza es, en mi opinión, la clave de todas las trayectorias. Buenas, regulares y fallidas. Sospecho que a Raúl, salvo aquella época donde se le fue la fama de las manos y terminó dando una inaudita rueda de prensa para pedir perdón por sus juergas, la cabeza le ha funcionado siempre bien. Como a otros grandes, su biografía no está exenta de leyendas que seguidores y detractores se afanan en divulgar o negar. Como saber lo cierto o falso que encierran cada una de ellas resulta imposible y además me interesa lo mismo que el reality de Adán y Eva, me quedó con lo que vi con mis propios ojos, que no fue otra cosa que un deportista que desafió a todos y a todo, su cuerpo incluido, hasta lograr unos registros impensables aquella noche en la que con un traje clásicamente futbolero, recogió aquel premio y hasta me sonrió al hacerlo.
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