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Cuarenta y siete millones de lágrimas colombianas

Pese a la derrota, la actuación de los cafeteros en tierras brasileñas dejó un aire de orgullo inédito en Colombia

Colombianos miran el partido contra Brasil en Bogotá.
Colombianos miran el partido contra Brasil en Bogotá. G. L. (AFP)

Se derrumbó el sueño colombiano a pesar de que la selección cafetera avanzó en un mundial como nunca antes lo había hecho en su historia. No le alcanzó a James Rodríguez, el héroe de la selección cafetera, la fe a la que acudió bien temprano este vienes cuando escribió en su cuenta de Twitter, “de la mano de Dios” y que se replicó como un mantra por las redes sociales y su llanto, el de este muchachito de 22 años, goleador del mundial, al final del partido, fue el de  los casi 47 millones de colombianos que habitan este país. “Dejamos todo adentro, el árbitro tampoco ayudó mucho, dejamos todo y por eso estamos tranquilos…”, le dijo al canal de cable Directv con la voz entrecortada. Luego vino el seleccionador José Pékerman, que también con la voz quebrada dijo al canal de cable: “Se nos fue una ilusión”, pero añadió que Colombia tiene que estar orgullosa.

Le pesó a James y a su equipo enfrentar al local, a la hinchada y a cinco títulos mundiales a pesar de que la selección tricolor se lució en la primera fase y en octavos de final. No obstante, Colombia nunca había llegado tan alto en una copa del mundo y luego de haber estado ausente por 16 años, por eso esta derrota es agria pero también dulce. “Todos los colombianos nos sentimos muy orgullosos de nuestra Selección. Hicieron historia, ¡gracias por tantas alegrías!”, escribió el presidente Juan Manuel Santos, que viajó a Fortaleza para ver el partido.

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En las calles bogotanas el sentimiento era similar. En el parque de Lourdes, en el norte, donde hace unos días estalló un petardo, miles de hinchas se reunieron para ver el partido y al final uno de ellos gritó: “Gracias Colombia por dejar el sudor en la cancha, los hinchas les damos las gracias”. Otro dijo emocionado: “Uno llora pero es de ver la tristeza de los jugadores, merecíamos llegar más lejos”.

Lo cierto es que la actuación de los cafeteros en tierras brasileñas dejó un aire de alegría que no se había vivido nunca en Colombia. Por 22 días el mundial opacó temas como el proceso de paz con la guerrilla de las FARC. Las horas previas al partido habían sido de enorme expectativa para los colombianos. Literalmente el país se paralizó y muchos salieron temprano de sus oficinas para ver el encuentro con sus amigos y familiares. Esta selección hizo que muchos se reunieran en torno a un televisor y olvidaran la crispada contienda presidencial que dejó una polarización sin precedentes en la historia política del país.

Las calles de la capital se inundaron desde el mediodía, luego de que se decretara tarde cívica y un monumental trancón fue el abrebocas de la fiesta que los colombianos pensaban armar, sin licor, hasta las diez de la noche, hora en la que termina la ley seca. La emblemática Plaza de Bolívar, centro del poder nacional y también de los indignados, se llenó como los otros 17 parques y coliseos donde fueron habilitadas pantallas gigantes. La ciudad se volcó a apoyar a su selección a pesar de la lluvia que cayó en algunos sectores y solo pudo tomar aliento en el minuto 79 cuando alcanzó a descontar con un penal sancionado a Carlos Bacca y convertido por el goleador del mundial, James Rodríguez, que llegó a seis. Ese tanto alcanzó a ilusionar a los aficionador colombianos que seguían el partido y que asustó a los locales en Fortaleza que terminaron pidiendo tiempo.

Así Colombia estuvo muy cerca de hacer historia y para eso se había preparado. ¡Qué siga el baile!, tituló este viernes el diario capitalino El Espectador que imprimió su portada en el amarillo de la bandera tricolor y El Tiempo, el periódico más importante del país, sacó en Fortaleza una edición especial de 12 páginas, una iniciativa que fue calificada por O Globo como inédita.

Pero al final no se cumplieron los pronósticos del Pibe Valderrama, el legendario ex capitán de la selección Colombia, quien emocionado había escrito en la mañana del viernes: “Faltan 3 partidos para llegar a la cima, viva Colombia, todo bien todo bien”. Aun así, los mensajes de orgullo se empezaron a replicar como arroz en las redes sociales. “Te quiero mi selección, me siento muy orgullosa, nos vamos con la frente en alto y con juego limpio”, escribió @PilucheGarcia. “James… se fuerte… jugaste como un triunfador! Y eso es lo que nadie te quitara! Animo campeón valió la pena tu esfuerzo!”, escribió @lola_glez43 bajo la etiqueta #ColombiaTeAmo, que rápidamente se volvió tendencia en Colombia, así como la de #ArbitroComprado.

Hasta cuartos de final llegó la ilusión de un país que se había preparado para ver este partido con tarde cívica en todas las ciudades del país y que había impuesto la ley seca para evitar desórdenes ante una eventual celebración. Después de la derrota, los aficionados terminaron alegres por la actuación de su selección, llorando al lado de James, agradecidos por esa alegría que pareció infinita, por esta fiesta donde celebraron como nunca antes cuatro victorias en una cita orbital, y que mostró una nueva generación de futbolistas que ya tienen estrella como James Rodríguez, David Ospina y Juan Guillermo Cuadrado, quienes sin duda seguirán entregándole nuevos triunfos a los fanáticos colombianos.

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