Jugar sin comer ni beber
Argelia es la selección más afectada por el mes sagrado del ayuno que comenzó el sábado
En la selección de Argelia hay una veintena de buenos jugadores, ahora técnica y físicamente, el veterano entrenador y trotamundos Vahid Halilhodzic, sus ayudantes, un equipo médico con un experto doctor en dietas especiales para el ayuno y también un imán. El sábado comenzó el Ramadán, el mes sagrado durante el cual los creyentes musulmanes no pueden ni comer ni beber ni tener relaciones sexuales, desde el amanecer hasta la puesta del sol. Y en Brasil, en algunas sedes, pega fuerte y el cuerpo de los deportistas corre el peligro de deshidratarse. Hay más jugadores afectados (entre ellos los nigerianos), pero los argelinos son todos y tienen hoy en Porto Alegre una revancha más allá que histórica contra Alemania.
Argelia está batiendo récords durante este Mundial y en las calles del país las explosiones de alegría no se habían visto con tanto fragor casi desde el 5 de julio de 1962, la fecha clave de la independencia de Francia. Nunca ninguna selección africana había marcado cuatro goles en un campeonato de este tipo. En el de hace cuatro años, en Sudáfrica, los argelinos ni siquiera fueron capaces de meter uno. Y Argelia nunca se había clasificado para octavos de final. Hace 32 años, precisamente durante el mundial de España, estuvo a punto. Lo bordó contra Alemania en un primer partido de su grupo, venció 2-1, pero luego llegó El partido de la vergüenza en Gijón, el del empate entre los alemanes y los austriacos que les dejaron fuera de todo.
Estoy trabajando y este año será imposible seguir el Ramadán”, dice el alemán Özil
Los jugadores argelinos tienen calidad, ahora mejores condiciones físicas, algunos como Sofiane Feghouli o Yacine Brahimi juegan en clubes de primeras divisiones europeas como el Valencia y el Granada, respectivamente, y para rematar el plan la Federación Argelina de fútbol decidió contratar a un peculiar y conocido entrenador bosnio. Halilhodzic jugó aquel Mundial del Naranjito entonces con Yugoslavia y se acuerda como todo el mundo en Argelia de la afrenta. Hay sensación de revancha, de David contra Goliat, pero también un problema añadido: el Ramadán.
El sábado el mes del ayuno en muchos países árabes. Había más selecciones teóricamente perjudicadas por este pilar moral del islamismo en el que se proclaman los mejores deseos, como Irán, Bosnia o Costa de Marfil, pero ahora ya se han marchado para casa.
Hay jugadores musulmanes en otros equipos, pero algunos ya han avisado de que no seguirán las obediencias del Ramadán en estos momentos. Así lo dejó claro el exmadridista Mesut Özil, ahora en el Arsenal y rival hoy de Argelia como faro de la selección alemana: “Estoy trabajando y voy a continuar así por lo que este año será imposible seguir el Ramadán”.
El seleccionador francés, Didier Deschamps, ha tirado de veteranía para no meterse en problemas en un equipo que siempre se ha nutrido y presumido de su diversidad multiétnica: “No hay nada ordenado. Este es un asunto sensible y delicado. Siempre respetamos la religión de todos. No estoy inquieto porque esto no nos coge de nuevas. Cada uno se adaptará a la situación”. Otro entrenador francés, Claude Leroy, exseleccionador de Omán, ha sido más contundente: “Me parece complicado respetar estrictamente el Ramadán durante una Copa del Mundo, por los horarios de los partidos y por la deshidratación. Es imposible y peligroso”.
Me parece complicado respetar estrictamente el Ramadán durante una Copa del Mundo. Es imposible y peligroso” Claude Leroy, exseleccionador de Omán
La selección de Argelia ha viajado a Brasil con un experto, el doctor Hakin Chalabi, de la clínica Aspetar de Doha y Qatar, un referente mundial de la FIFA en el ayuno de los futbolistas. Chalabi admite la posibilidad de algunos problemas con el ayuno “al aumentar el riesgo de lesiones sobre todo en la zona lumbar, las articulaciones y los músculos”. Y especialmente por el factor de la deshidratación más que por la carencia de alimentos. Para eso lleva un tratamiento especial, con otro nivel y más calidad en la nutrición y una siesta más larga por la tarde para recuperar tiempo de sueño perdido por las noches. Chalabi, que fue médico del Paris Saint Germain, admite que ha constatado el caso de algún jugador que mejoró su rendimiento durante el Ramadán: “También hay un componente psicológico”.
“Lo más duro es la deshidratación”, admite Madjid Bougherrai, capitán de Argelia. Él todavía no se ha decido sobre qué hará desde con el ayuno: “Depende de mi estado físico”. También del calor. La temperatura es muy diferente en cada una de las 12 sedes del mundial brasileño. Hay de todo. La ventaja frente a otros acontecimientos deportivos en Ramadán es que en este caso las puesta de sol se produce sobre las 17.30 horas. Hay más margen para la recuperación. Pero el sol y la humedad serán determinantes. Un cuerpo adulto tiene un 60% de agua, lo que en un deportista de 70 kilos serían casi 40. Una persona normal consume al día 2,5 litros de agua casi sin hacer nada, solo con la sudoración, la orina o las heces. Un futbolista en estas condiciones mucho más.
Al debate deportivo y médico se suma el ideológico. Los grandes referentes no se ponen de acuerdo. El jeque Youssef Ayadi, presidente de la comisión de fatwas del Alto Consejo Islámico, entiende que en este caso puede romperse el ayuno. El jeque Mohamed Mekerkeb, miembro de la asociación de ulemas y respaldado por el presidente del sindicato de imanes, Djelloul Hadjimi, sostiene lo contrario: “No está permitido”.
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