La selección volará en avión pintado por los grafiteiros Os Gêmeos

Paredes, fachadas de edificios y murais quedaron pequeños para los gemelos Otávio y Gustavo Pandolfo (São Paulo, 1974), dos artistas del barrio de la zona sur paulistana Cambuci, que comenzaron en el mundo del grafito en 1986. Miraron para el cielo y pensaron: "Como sería ver nuestros personajes volando entre las nubes?" Y fue así, hay casi un año, que idealizaram la pintura de un avión. Propusieron a la compañía Gol, que aceptó el proyectado y decidió usar Boeing 737 ya decorado para transportar la selección brasileña entre las doce ciudad sede, durante los juegos de la Copa. Según los autores, la idea era más amplia e iba además de centrarse en el evento deportivo. "Queríamos que las personas volaran en una obra de arte. ES un avión para personas comunes, que hacen puente aéreo, para quebrar la rutina de viajar siempre en una aeronave normal", explica Gustavo por el teléfono.

La idea no es original, la pintura sí. Otras compañías ya innovaron con aviones coloridos, como Catar, la Air New Zeland y la compañía Japan Airlines, que ilustró su flota con personajes de dibujos animados de Disney en junio de 2013. El origen, tal vez, sea el arte hecho en las "narices" de los aviones militares durante la Segunda Guerra Mundial, llamada nose art (arte en la nariz). En 2012 un museo de aviación del Arizona, en los Estados Unidos, hizo una exposición con 30 aeronaves customizadas por artistas del mundo todo.

Incluso que los gemelos sean conocidos por el trabajado que hacen con grafito, insisten en explicar que el avión no fue grafitado, y sí pintado. "Usamos 1.200 latas de una tinta especial en spray", contó Gustavo, indicando que hicieron pruebas para saber si la pintura producida en Barcelona, Espanha, resistiría a la presión y todo tipo de condiciones climáticas. "El proyectado prevé que el avión vuele con la pintura como está ahora, durante dos años". El diseñado, de personas sentadas, que forman parte del cotidiano, es un reflejo del que ocurre dentro de una aeronave. "A veces se sientan personas una al lado de la otra que no tienen nada a ver entre ellas, son completamente extrañas", y fue eso lo que quisieron colocar también del lado externo del avión, aclaró Gustavo.

El trabajado fue ejecutado en un hangar en el aeropuerto de Confins, en Belo Horizonte, y duró "entre 10 y 15 días", con una jornada diaria de 12 horas "colgados en andamios, escaleras, plataformas...", ríe Gustavo. La gran dificultad fue la superficie, más curvada que las que ellos están acostumbrados a pintar. "Por la dimensión ya es difícil, imagina tener que hacer un lado igual al otro y ser proporcional. ES muy difícil", cuenta Gustavo, que dije que tuvieron toda la libertad para ejecutar el diseñado, "si no, ni haríamos", concluye. Por dentro, Boeing comercial es igual a cualquiera otro avión de vuelo doméstico de la compañía: posee 177 poltronas sin espacios personalizados.

Os Gêmeos, como son conocidos los artistas, irán a exponer entre 15 y 20 trabajos inéditos a partir de 1 de julio, en el Galpão Fortes Vilaça, en la Barra Funda. Sus obras están esparcidas por varias capitales del país, como São Paulo, Río de Janeiro, Recife y Curitiba, entre ellas vagones de tren, el mayor medio de transporte que habían pintado hasta el avión de la Gol.