Brasil, en la diana de las barras bravas
Grupos de radicales argentinos viajarán al Mundial con o sin entradas: las de los tres primeros partidos de Argentina ya se han agotado y Kirchner ha prometido enviar a Rousseff la lista de hinchas registrados en el archivo de hechos violentos en estadios
Hacía calor aquel sábado por la noche en Paraná (a 372 kilómetros al norte de Buenos Aires) a principios de 2012 cuando Juan Manuel Alfieri, licenciado en comunicación de entonces 29 años, y nueve amigos se pusieron a organizar el viaje a Brasil 2014. Ya no tenían más tiempo que perder. Querían ir a ver su primer Mundial y esta era la oportunidad. La cercanía de Brasil hará que miles de argentinos viajen a la Copa del Mundo, con o sin entrada. Tres amigos de Juan Manuel propusieron comprar un autocar y convertirlo en una casa rodante para abaratar el transporte, el alojamiento y la comida. Uno comenzó a averiguar al lunes siguiente. En abril de 2013 encontraron un Mercedes-Benz de 1994 que funcionaba bien y la compraron por 9.475 euros. Desde entonces, dedican los sábados a montar la casa rodante. Son un grupo de treintañeros, abogados, contables o buscavidas, seis de ellos con novias que se quedarán en Paraná pero les apoyan en su sueño de ir a todo el Mundial.
En las últimas semanas ha habido agresiones contra dirigentes de clubes de categorías inferiores como El Porvenir, Los Andes y Chaco For Ever que la prensa atribuyó a las presiones de las barras para conseguir dinero y entradas para la Copa
La semana pasada se agotaron las entradas de los tres primeros partidos de Brasil, Chile, Colombia, México y Argentina. Hasta febrero pasado, los principales compradores de tiques eran los brasileños, seguidos por estadounidenses, colombianos y argentinos, que especulan en las redes sociales con que los organizadores de la Copa quieren restringirles el acceso para evitar que se sientan dueños los de la casa. Brasil-Argentina es el principal clásico latinoamericano y puede que las selecciones de Neymar y Lionel Messi se enfrenten en la final si ganan sus respectivos grupos. En Argentina, donde los partidos de la selección paralizan toda actividad, grupos de amigos, solteros o casados que dejarán por dos semanas o un mes a sus familias, están organizándose para el viaje. También lo hacen las barras bravas.
En las últimas semanas ha habido agresiones contra dirigentes de clubes de categorías inferiores como El Porvenir, Los Andes y Chaco For Ever que la prensa atribuyó a las presiones de las barras para conseguir dinero y entradas para la Copa. Presuntamente, por el mismo motivo fueron incendiadas las instalaciones de Independiente. También en el campo de Quilmes se enfrentaron hinchas del mismo club en una supuesta disputa por definir quiénes viajarían a Brasil. Además, se enfrentaron entre sí los de Gimnasia, pero la abogada del colectivo Hinchadas Unidas Argentinas, Débora Hambo, niega que este choque tuviese que ver con el Mundial, pues dice que la “barra” –ella no le añade el término brava- ya había designado quiénes viajarán. Hinchadas Unidas concentra a 38 barras que enviarán a 650 de sus integrantes en autocares a Porto Alegre, donde los ultras del Inter brasileño les alojarán en un predio. Ni ellos ni los de la casa rodante cuentan aún con entradas. Una alternativa es pedir a los dirigentes del fútbol que entreguen las de cortesía que suelen recibir, pero Juan Manuel, que está lejos de ser un barra brava, dice que ellos quieren pagar por ellas.
Hinchadas Unidas concentra a 38 barras que enviarán a 650 de sus integrantes en autocares a Porto Alegre, donde los ultras del Inter brasileño les alojarán en un predio.
En su bufete en el lujoso barrio porteño de Puerto Madero, la abogada Hambo cuenta que sus clientes recaudan dinero para viajar desde hace cuatro años organizando peñas (conciertos de folklore) y bailantas (bailes de cumbia) y pidiendo aportes a dirigentes y futbolistas. No menciona otras fuentes habituales de financiamiento de los ultras, como la extorsión a directivos, jugadores y políticos, la reventa de entradas, el control de los aparcamientos o el narcotráfico. Hambo les ha recomendado a los jefes de Hinchadas Unidas que no incluyeran entre los pasajeros a quienes tengan causas judiciales abiertas por las que requieran autorización de jueces para salir de Argentina. Representantes de los Gobiernos de Dilma Rousseff y Cristina Fernández de Kirchner acordaron el martes que Argentina enviará información a Brasil de los hinchas registrados en el archivo de hechos violentos en estadios. La abogada de Hinchadas Unidas presentará recursos de amparo judiciales por aquellos integrantes del colectivo que figuren en esa lista porque considera que la remisión de esos datos a otro país es ilegal. Hinchadas Unidas agrupa sobre todo a barras de clubes de Segunda y categorías inferiores, pero los ultras de Boca Juniors, River Plate o San Lorenzo irán por separado.
Otros hinchas, en cambio, deben negociar con sus esposas la partida. Sebastián Tarantini, contable de 39 años, casado y sin hijos, viajará con siete amigos, de los cuales seis tienen esposas y entre dos y cuatro pequeños cada uno. A diferencia de los de la casa rodante, Sebastián irá por dos semanas y gastó unos 2.850 euros entre unas entradas que ofrecía una tarjeta de crédito a clientes privilegiados, el avión y el hotel de dos estrellas. “Todas nuestras mujeres fueron conscientes de que es el viaje de nuestras vidas. Un Mundial con mis amigos era una prioridad antes de morir. Además, Brasil es el lugar de la fiesta. La fidelidad no cambia donde estés”, concluye el contable, que considera que si Argentina entrena mejor la defensa puede pelear el título con los dueños de casa, España y Alemania.
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