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Federer pierde su corona

Diez años después de su primer título, el suizo, que defendía el trofeo, se inclina ante el ucraniano Stakhovsky, 116 del mundo

Juan José Mateo
Federer, durante el duelo ante Stakhovsky.
Federer, durante el duelo ante Stakhovsky.CARL COURT (AFP)

Colgado de la red, atacando siempre, el ucraniano Sergei Stakhovsky rompió 6-7, 7-6, 7-5 y 7-6 una racha increíble: la serie de 36 cuartos de final seguidos en los torneos del Grand Slam de Roger Federer quedó destruida en segunda ronda de Wimbledon y en la pista central que hace 10 años celebró el primero de los siete trofeos que ha alzado el suizo en la catedral de la hierba. Fue un monumento al tenis sobre césped, un tributo al tenis de ataque y una obra de orfebrería que el número 116 construyó apoyándose en su saque y jugando con la valentía del que lo tiene todo por ganar cuando salta a la pista. Ante eso, Federer se quedó mudo. Él, que domina como nadie los momentos decisivos, se despidió cediendo dos desempates, el terreno que normalmente distingue a los buenos de los elegidos. Fue su derrota más temprana en cualquier grande desde 2003.

Este Federer, temible siempre, brillante a ratos, no es el gran Federer

“Cuando uno juega contra Roger Federer en Wimbledon es como enfrentarse a dos personas: a Federer y a su ego en la central, que es histórico”, resumió nada más dejar la pista el ucraniano, que se tomó su tiempo firmando autógrafos para disfrutar de la mejor jornada de su vida, la primera victoria sobre un top-10. "Competir contra él aquí es como jugar un dos contra uno”, añadió mientras se mesaba los cabellos, sorprendido por lo ocurrido en una tarde de inspiración sublime. “Mi plan era que no se separara de mí al principio del partido, mantener un marcador apretado. Fue difícil sacarlo adelante. Ha sido magia. No pude jugar mejor. Todo lo que necesité, pasó; todo lo que quise hacer, entró. Saqué muy bien. Voleé muy bien. Fantástico. No lo puedo creer. Jugué mi mejor tenis y casi no fue suficiente. Es increíble”, se despidió Stakhovsky.

A los 27 años, el ucraniano no se dejó intimidar por la central de Wimbledon ni por la heráldica de su contrario. Este Federer, temible siempre, brillante a ratos, no es el gran Federer. Aún preparado para morder sobre el tapete de Londres, el suizo compitió sin la movilidad que distinguió sus mejores tiempos y naufragó allí donde construyó su leyenda. Todos sus problemas quedaron retratados en un punto de break al resto que le daba la cuarta manga tras recuperar un break de desventaja en ese parcial: olfateando el quinto set, y la posibilidad de la remontada, el campeón de 17 grandes cedió el protagonismo en el peloteo a su oponente, que tomó el mando del intercambio y lo hizo suyo.

La hierba propició siete retiradas, el récord en un grande en la Era Abierta

El ucraniano le quitó ritmo al partido y dejó un clínic de sutilezas. Aquí escribió una línea con el revés cortado; allí dejó una volea para el recuerdo; y, finalmente, cerró su poema amparándose en un servicio contundente que sirvió de catapulta a sus subidas a la red. Fue Stakhovsky contra el mundo, Stakhovsky contra el rey de Wimbledon, Stakhovsky dispuesto a morir matando en una tarde fría y ventosa. El ucraniano se lanzó a degüello, impulsado por su convencimiento y la mala tarde de Federer.

Los méritos de su contrario quedaron resumidos en el primer punto de partido. Stakhosky se lanzó a la red, a pecho descubierto, sin miedos. Federer logró el pasante, pero ya no pudo superar el segundo duelo. A la segunda bola de partido, el ucraniano alzó los brazos. Habían pasado tres horas, y Federer, el rey, había perdido su corona.

Dos récords en un día

J.J.M.

En una mañana veraniega, con el sol calentando la hierba de Wimbledon, se sucedieron las marcas para el recuerdo, los récords para los libros, las historias a pie de página que llenan los almanaques.

Primero, la japonesa Kimiko Date superó a Virginia Wade como la tenista de más edad en haber llegado a la tercera ronda del torneo en la Era Abierta (desde 1968): con 42 años y 281 días, superó 6-4 y 7-5 a Cadantu y añadió esa marca a la conseguida a principios de curso en Melbourne, cuando se la felicitó como la competidora con más años en ganar un partido en el Abierto de Australia.

Date no protagonizó el único dato para el recuerdo de la jornada. Tras ver cómo Seppi le remontaba en la primera manga, el francés Llodra decidió retirarse, y no debió ser por una cosa terrible, porque al poco se le vio alegremente en el restaurante, contando chistes con los amigos, y más tarde, jugando el dobles, igual que Stepanek, otro retirado revivido. Un poco más tarde, Feliciano López, llegó a tercera ronda porque Mathieu tampoco terminó su partido (6-3 y 5-1). El doble abandono francés disparó hasta nueve los ocurridos en segunda ronda y a 12 en el conjunto de lo que va de torneo. La cifra rompe el récord de retiradas en Wimbledon en una sola ronda e iguala el récord absoluto, nueve en la primera ronda del Abierto de Estados Unidos 2011.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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