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Al Valencia le asusta la democracia

El presidente de la Fundación dimite tras no contar con apoyos para que los socios eligieran a los dirigentes Varona pierde la batalla de devolver el club a sus seguidores

Federico Varona.
Federico Varona.DAVID GONZALEZ (DIARIO AS)

Federico Varona, un asesor fiscal de 45 años, se sintió completamente solo. Apenas 13 días como presidente de la Fundación del Valencia en los que trató de convencer a unos y otros de la necesidad de democratizar el club. De que el próximo 29 de mayo, dos semanas antes del final de la Liga, los 35.000 socios de la entidad pudieran elegir a su candidato para presidirla tras la dimisión de Manuel Llorente el pasado día 6. La Fundación, con un 70% de las acciones, apoyaría al dirigente elegido. Pero no. Varona se despertó a las cinco de la mañana del pasado lunes y decidió marcharse. Su dimisión se superpone a la de Llorente, quien se había ido precisamente por la llegada cuatro días antes de Varona y otros nueve patronos nuevos con la intención de cambiar el modelo de gestión del club.

 Varona había sido avalado por el vicepresidente del Consell, José Ciscar, que le había dado “plena autonomía” para dirigir la sociedad. Un intervencionismo del Gobierno autonómico derivado de haber pagado 4,8 millones de los intereses del crédito de la Fundación con Bankia para cubrir la ampliación de capital de 92 millones de 2009.

Hasta el capitán del equipo, David Albelda, 15 cursos en Mestalla, confesó su rendición: “Es una pena. No sabes lo que va a pasar y es difícil comprender lo que sucede con tantas personas en un lío de estas dimensiones”. En esa confusión, no solo se ha frenado la renovación de Ernesto Valverde como entrenador sino también la planificación de la plantilla del próximo ejercicio: el director deportivo, Braulio Vázquez, tampoco sabe si va a seguir.

Albelda: “Es difícil entender con tantas personas en un lío de estas dimensiones”

El principal “lío” es el económico. El Valencia debe devolver a Bankia 300 millones en los próximos 15 meses, está pagando unos intereses anuales de 15 millones (un 20% del presupuesto) y tan solo en el mantenimiento del nuevo estadio, a medio construir desde hace cuatro años, se gasta 400.000 euros al año. En la hoja de ruta de la Fundación, que sigue por ahora, está abrir concursos públicos —inéditos en los cuatro años de Llorente al frente de la entidad— para, lo primero, acabar el nuevo estadio. Disponer de la futura casa por poder vender el viejo Mestalla, cuyos terrenos de uso residencial en una de las zonas nobles de la ciudad no han encontrado comprador en los últimos cinco años. En el apartado deportivo, la idea es reducir drásticamente el presupuesto y valencianizar el plantel. “No es posible que la tercera comunidad en número de licencias de futbolistas sea la 17ª en número de jugadores en Primera División”, se quejan desde la Fundación.

El Valencia ha perdido 12.000 socios en los últimos tres años. Llorente, que sigue gestionando la entidad hasta junio, lo atribuye a la crisis económica. Y su consejo ya interino ha abaratado los pases para la próxima campaña. El expresidente tacha los planes de los nuevos patronos de “Alicia en el país de las maravillas”.

Varona no ha hallado apoyos de nadie. Él los esperaba al menos de los posibles candidatos a presidir la sociedad: Fernando Gómez, por ejemplo, exjugador y exvicepresidente, quien asegura contar con un inversor extranjero para comprar la entidad, siendo él el presidente. En unas elecciones, Fernando habría tenido muchas opciones. Otro posible candidato habría sido el expresidente Jaume Ortí, muy popular por sus años de éxito con la conquista de dos Ligas (2002 y 2004) y una Copa de la UEFA (2004).

Varona tampoco se ha sentido respaldado por sus propios compañeros del patronato, que pedían más tiempo para la democratización y preveían trabas jurídicas. Entre ellos, Aurelio Martínez, exconsejero socialista de Economía de la Generalitat; y Amadeo Salvo, director general de Power Electrónics, una empresa de tecnología patrocinadora del equipo motociclista de Jorge Martínez Aspar. Salvo ambiciona ser presidente del Valencia y ahora tiene el camino despejado en la junta general de accionistas prevista para el 4 de junio. Allí, la Fundación, con el 70% de las acciones, elegirá al nuevo conjunto directivo.

Llorente también rechazó la propuesta de un socio, un voto de Varona. Este, que se confiesa de derechas, dice marcharse con la conciencia tranquila tras haber intentado desarrollar una idea “romántica y progresista”. Desde dinstintos sectores le llamaron despectivamente “demócrata”. Él entiende que se ha perdido una oportunidad histórica de devolver el club a sus seguidores.

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