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Louisville consagra a Pitino

Los Cardinalds ganan 82-76 a Michigan el título universitario y su técnico se convierte en el primero que lo logra con dos equipos distintos ● Homenaje al lesionado Ware

Pitino levanta el título rodeado por sus jugadores.
Pitino levanta el título rodeado por sus jugadores.STREETER LECKA (AFP)

Los Cardinals de Louisville vencieron por 82-76 a los Wolverines de Michigan en el partido por el título de la Final Four del baloncesto universitario de Estados Unidos y se proclamaron nuevos campeones nacionales de la NCAA. Igual que en semifinales, el equipo dirigido por Rick Pitino, que se convirtió en el primer técnico que gana el título con dos equipos (Kentucky), volvieron a decidir en la segunda parte tras irse al descanso con parcial perdedor de 37-38.

Los Cardinals ganaron su primer título nacional desde 1986 cuando fueron dirigidos en Dallas por el legendario Denny Crum. El alero reserva Luke Hancock volvió a ser la gran figura del equipo al anotar 22 puntos, incluidos los cinco tiros de triple que hizo, dio tres asistencias, recuperó dos balones y capturó un tapón. El base Peyton Silva también brilló en la dirección del juego al conseguir 18 puntos, seis rebotes, cinco asistencias y cuatro recuperaciones de balón. Pero fue el alero Chane Behanan el que hizo la diferencia en el juego bajo los aros al aportar un doble-doble de 15 puntos y 13 rebotes, ocho fueron ofensivos.

Hancock volvió a ser la gran figura del equipo al anotar 22 puntos, incluidos los cinco tiros de triple que hizo

La gran labor de estos tres jugadores hizo posible que los Cardinals consiguiesen el triunfo a pesar que el base Russ Smith no tuviese su mejor actuación y lograse solo nueve tantos al fallar 13 de 16 tiros de campo.

Pero fue Hancock, el gran amigo del base de segundo año Kevin Ware, que no pudo jugar al sufrir justo antes de la Final Four una grave lesión ante los Blue Devils de Duke, el que hizo la diferencia para los Cardinals y fue elegido como el Jugador Más Valioso (MVP) del partido. Ware estuvo sentado en el banquillo junto a sus compañeros, que al finalizar el partido le dedicaron el triunfo.

Pitino, a sus 60 años, fue el gran triunfador de una jornada inolvidable en su carrera al tener asegurado ya un puesto en el recinto sagrado de los mejores de todos los tiempos del baloncesto y dos títulos nacionales de la NCAA, que nadie antes había podido lograr con equipos diferentes

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