Buffon: “Hay un 85% de jugadores honestos”
El capitán de Italia dice que nunca pensó que “el ‘calcio’ llegaría a tanto”, pero advierte de que parar el campeonato penalizaría a los que tienen ética
Desilusionado y decepcionado. Con el sistema. Con la reflexión del primer ministro, Mario Monti. Con los medios de comunicación, que, según él, se enteran de las cosas mucho antes que los directamente interesados: los futbolistas investigados y detenidos por el escándalo de los amaños de partidos y las apuestas ilegales. Así se siente Gianluigi Buffon, portero y capitán de la selección italiana, que ayer dio la cara. Desde que estallara otra bomba en el calcio solo habían hablado Demetrio Albertini, vicepresidente de la federación y jefe de la expedición a la Eurocopa, y Cesare Prandelli, el técnico, en la víspera del partido preparatorio del martes contra Luxemburgo, que no llegó a disputarse por el terremoto sufrido en el norte de la península.
La mayoría, cuando cuelga las botas, se tiene que reinventar y trabajar.
“¿Parar el campeonato? Abete [Giancarlo, el presidente de la federación] ya ha contestado a Monti [dijo que los culpables tienen que pagar, pero que no serviría de nada suspender la Liga]. Parece que el problema principal de este país es el fútbol. Los jugadores que ganan una pasta son los de los grandes equipos, no los demás. La mayoría, cuando cuelga las botas, se tiene que reinventar y trabajar. Lo importante no es el dinero, sino los valores de cada uno. Yo no apostaría, ni jugando en el peor equipo, porque esos no son los que me han enseñado en casa”, declaró Buffon, que hace dos años bajó a la Segunda División con el Juventus por culpa del Moggigate; “ahora bien, el punto al que ha llegado el calcio me ha sorprendido. Nunca creí que se llegaría a tanto. Pero, si paramos el campeonato, se penalizaría al 80% o el 85% de los futbolistas honrados”.
En su enfado, Buffon criticó la filtración de las noticias. Entiende que eso es una falta de respeto. “Cuando hay operaciones judiciales, vosotros [los periodistas] os enteráis tres o cuatro meses antes. Uno habla con el fiscal y vosotros, a los diez minutos, ya sabéis el contenido de esa charlas: ¡Es una vergüenza! Fuera de Coverciano, el otro día, había cámaras desde las seis de la mañana [justamente antes de que llegaran los agentes a por Criscito, que estaba concentrado allí con la selección]”, se quejó. Estaba indignado porque, comentó, no comprende cómo se pueda montar un asunto nacional por cada frase que diga. En febrero, cuando anularon un gol legal a Muntari en el Milan-Juventus, declaró que, de haberse dado cuenta de que era gol, nunca se lo habría dicho al árbitro. Se lio la mundial. “Ese no es el ejemplo que tiene que dar el capitán de la selección”, le criticaron casi todos los medios. Hace un par de días, cuando salió la noticia de que su técnico, Antonio Conte, ha sido acusado por algunos de sus exjugadores de estar al tanto de empates pactados, soltó: “Mejor un muerto que dos heridos”. Su razonamiento es que, a veces, las igualadas vienen bien a los equipos, que son cálculos de final de temporada, que en eso no tiene por qué haber amaños.
“¿Qué me va a citar el juez por esa frase? Decídmelo vosotros, que sois los que lo sabéis. Yo, el interesado directo, soy el último en enterarme. Confío plenamente en los jueces, que deben hacer justicia porque no hay nada peor que jugar y especular con la vida de las personas”, espetó; “está confirmado que ya no puedo hablar con la cabeza y el corazón. La gente de bien, sin esqueletos en el armario, no puede decir lo que piensa. El mundo va como va y me parece que va mal, pero habría que respetar la libertad de pensamiento de los demás”.
Le preguntaron si todo lo que está pasando puede afectar al grupo en la Eurocopa. Él ya lo vivió en el Mundial de Alemania 2006, ganado. “El clima es bueno. No puede ser otro con Cassano y Balotelli de buen humor”, respondió.
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