El Hummer deja tirado a Al-Attiyah

El Hummer vuela, pero es poco fiable. Un día fue un problema con la presión del aceite, otro una rueda mal fijada, a las pocas jornadas el alternador y al día siguiente, otra vez el mismo problema. Hasta que a Nasser Al-Attiyah se le agotó la paciencia y a Lucas Cruz, el copiloto del catarí, las ganas de ejercer de mecánico, profesión que conoce bien. Hoy han dejado el rally. Su abandono resta espectacularidad a este Dakar, liderado por Stéphane Peterhansel (Mini).

Terminaron la última etapa, la del lunes, tras dos paradas obligadas para arreglar sus problemas mecánicos, en quinto lugar y a solo ocho minutos del primero, Nani Roma. Pero este martes ya no hubo manera de enderezar el rumbo de un coche que no ha provocado más que sofoco tras otro desde el primer día, amparado a duras penas por un equipo no oficial, falto de la infraestructura necesaria para ganar un Dakar.

El campeón de 2011 abandona el rally por los múltiples tropezones con la mecánica de su Hummer. Lo hizo en el kilómetro 174 después de haber tenido que parar en medio de la especial hasta en tres ocasiones para tratar de enmendar el rumbo de su coche.

Pese a todos los inconvenientes y la falta de fiabilidad del Hummer, Al-Attiyah y Cruz han ganado dos etapas: la segunda, de Santa Rosa de la Pampa a San Rafael, y la séptima, la del bucle en Copiapó, donde demostraron ser los reyes de las dunas, exprimiendo al máximo las condiciones de su coche, velocísimo y que ofrece unas prestaciones en terreno roto, con muchas subidas y bajadas, incomparables con las de los Mini, que, sin embargo, rompen con menos facilidad, factor clave en una carrera de fondo como esta.