Y los culés le cantan a Mourinho
Unas 12.000 personas llenan Canaletes y plaza Catalunya al grito de "¿Por qué? ¿por qué?"
El cántico más genuino lo inspiró Mourinho, entrenador del Madrid y azote del Barça de Pep Guardiola. "¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Por qué?", entonaban los aficionados afortunados que vivieron el triunfo de su equipo en Valencia, y también los miles de culés que se concentraron en el centro de la capital condal para celebrar el título de Liga. A las diez de la noche, con la tercera copa en el bolsillo, quienes habían salido a la calle ya por la tarde para disfrutar de la victoria en la plaza Catalunya, donde el Ayuntamiento había dispuesto una pantalla gigante, estallaron de júbilo. Una hora más tarde los seguidores del Barça, ataviados con sus camisetas, sus bufandas, sus banderas..., se contaban por miles. Unos 4.000 se quedaron en la plaza Catalunya. Y otros 8.000 llenaron Canaletes, punto de encuentro habitual donde brindar por los éxitos del equipo.
Allí triunfaba el "Boti, boti, boti, madridista qui no boti" o el clásico "Oh, le, le; oh, la, la, ser del Barça és el millor que hi ha". Con jóvenes ?alguno que otro colgado de las farolas?, adultos y hasta algún niño, grabando en la memoria tan magnánimo momento. Unos bailes, unos saltos, unas palmaditas, la sonrisa permanente en sus rostros, y un guiño al rival, con algo de mala leche: otra vez aquel "¿por qué?". En ésas, asomó a una de las ventanas del hotel Lloret un madridista con la camiseta de Cristiano Ronaldo, que sacó pecho, se señaló el dorsal, y vaciló... hasta que le dejaron. Recibió por todas partes.
La alegría parecía no tener fin. Y al cierre de esta edición no se habían registrado altercados relevantes. Pero con el paso de las horas la Rambla fue vaciándose. Algunos se resguardan las fuerzas para mañana viernes, día en que el club celebrará el típico paseo por las calles de la ciudad y, sobre todo, por el barrio de Les Corts, pues saldrá y culminará su gran fiesta en el Camp Nou. El equipo -que lucía camiseta conmemorativa, con un par de pimientos y el lema "el valor de tener valores"- regresó anoche a Barcelona en un avión en que reinó el buen rollo y rodó la cerveza -bronca incluida del capitán por algunas travesuras a bordo-, pero quiso evitar los grandes fastos a su llegada al aeropuerto de El Prat.
Se entrenará esta mañana en la ciudad deportiva, de modo que festejará la consecución del título en privado -ya avisó Guardiola: "hay que bailar mucho"-. Y el viernes, ya, por fín, día libre para la plantilla y jornada en que la mayoría de los seguidores podrá asistir a la fiesta, el equipo ofrecerá el título a su afición. "Al día siguiente los niños no tendrán colegio, que vengan con sus padres, porque son ellos los que deben tomar ejemplo de nuestros jugadores, que son modélicos", clamaba el presidente, Sandro Rosell. La fiesta arrancará, aproximadamente, a las 19.30 y será, previsiblemente, más corta que en años anteriores.
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