"¡Poco a poco Rafael!"

Mientras Rafael Nadal busca sensaciones en su victoria por 6-2, 6-4 y 6-2 contra Ruben Bemelmans, que le da a España una ventaja de 0-2 contra Bélgica en la primera ronda de la Copa Davis, Toni Nadal, tío y entrenador del número uno, observa su ejercicio desde la banda.

Nada escapa al ojo analítico del entrenador, que presta toda su atención a un partido cómodo en el marcador pero corto en las maneras, el que marca la vuelta a la competición de Nadal tras casi 40 días sin jugar, los vividos desde que perdió en cuartos de final del Abierto de Australia y sufrió un pinchazo en los isquios. El mallorquín es arrullado a cada peloteo por los ánimos y los consejos de Toni, que llega a preguntar a los técnicos de la Federación Internacional, sentados a su izquierda, cuántos aces lleva su sobrino en el partido.

"Va Rafael, ¡poco a poco!", anima el entrenador, en permanente diálogo con Francis Roig, el segundo de Albert Costa, el seleccionador. "Venga, venga, vale", le insiste, en un diálogo en el que dicen mucho más los gestos, el constante juego de miradas y movimientos. Sobre la pista, el número uno resopla ante alguna ocasión perdida y se mueve con la seguridad de quien cree que la victoria espera al otro lado del camino.

"Ha sido muy bueno empezar así la eliminatoria", dijo el mallorquín. "Ruben tiene mucho talento, puede producir tiros fantásticos. Estoy seguro de que si sigue aprendiendo tendrá oportunidades de estar en muy buen ránking y muy pronto".

Nadal jugó contra el número 144 del mundo. Bemelmans cumplió su sueño ("Rafael juega con una fuerza increíble"). Bélgica, sin embargo, se quedó a un punto de echar la persiana y despedirse del torneo hasta nuevo aviso.