Dos 'partidos' clave

Estos peculiares acontecimientos ocurren mientras la nieve cubre Charleroi con su aliento huracanado y España elimina a Bélgica (0-3) y pasa a los cuartos de final de la Copa Davis, en los que jugará como visitante ante el ganador del duelo entre Chile-Estados Unidos (ayer, 1-2).

Fernando Verdasco y Feliciano López ganan el punto definitivo por 7-6 (0), 6-4 y 6-3 a Steve Darcis y Olivier Rochus después de que las luces del pabellón Spiroudome se apaguen y obliguen a suspender el encuentro casi 10 minutos (4-5 y 15-30). "¿Se han recalentado los focos?", pregunta el supervisor. En mitad del partido, con el público desollándose las manos ("Allez les belges!", se escucha entre las palmas), un mastodóntico agente requiere a Rafael Nadal, que debe abandonar el banquillo y someterse a un control antidopaje. Y, con la discusión ya muriendo, los federativos empiezan a pensar en julio, en los cuartos, en cómo asegurarse que el número uno del tenis mundial abandere la expedición tras su ausencia hace un año en idéntica circunstancia (5-0 para Francia cuando él se trataba las rodillas).

Mientras la federación internacional (ITF) pide una reunión en el torneo de Miami para debatir los cambios que pidió el mallorquín antes de que arrancara la eliminatoria, la española utiliza una cena para allanar el camino hacia la próxima ronda. Sucede todo alrededor de un plato. Los jugadores despiden a Juan José Almagro, la cabeza visible de uno de sus patrocinadores y muy querido, entregándole una escudilla con un grabado de la canción con la que se animan en el vestuario. Luego, son convocados a una reunión. Albert Costa maneja argumentos emocionales y técnicos y habla "desde la complicidad", según quienes conocen los detalles. Se celebra que la federación haya instalado el Ojo de Halcón y se califica de "lamentable" que no lo haya hecho la ITF. Se dice que la próxima eliminatoria, con Estados Unidos si se impone la lógica, "es la final" y merece "hacer lo indecible" porque las semifinales y el cruce definitivo serían, sobre el papel, favorables. "Faltan cuatro meses", dijo Nadal, que jugará hoy con Rochus y lo haría la semana después de Wimbledon si lo hiciera en los cuartos. "No sé si habré jugado 100 o 10 partidos; si me habrá ido bien y llegaré cansado o mal y como una rosa. Ya se verá. Mi intención es estar. Como siempre".