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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Sorprender

Por desgaste y con la idea de cuidarse, los tenistas buenos de hoy en día han dejado de participar en los torneos de dobles. Es un gran error. Cuando de niño agarré la raqueta, los mejores jugadores disputaban los partidos de dobles, además del individual. Y Pato, entonces mi entrenador, me exigió que me aplicara en esta modalidad porque no solo mejoras aspectos del juego, sino que tienes la posibilidad de estirar la carrera otros cuatro años. Al final, los dobles me han dado 14 años en la Copa Davis, una medalla olímpica de plata en Seúl, dos grandes y tantas alegrías.

Lo mejor en una pareja de dobles es que exista sintonía, amistad. Que se compensen en juego y en carácter, con un líder que lleve el peso del duelo y otro que repare las debilidades. A mí me bastaba con ver la cara de Emilio [Sánchez-Vicario] para saber cómo estaba de ánimos, por dónde iba a golpear la siguiente bola. Y como en la Davis no siempre se apuesta por una pareja, a veces lo mejor es enganchar a los dos mejores. O a los que mejor se conocen, como Feliciano y Verdasco, acostumbrados a jugar de la mano en las grandes citas. Su ventaja, en cualquier caso, es que ambos realizan tiros muy fuertes al iniciar la jugada. Pero la clave está en cometer pocos fallos y, sobre todo, en sorprender al adversario.

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Todo empieza en el saque. Cuando es cruzado, hace daño porque limitas el hueco para poner el resto. Pero hay que variar mucho y conseguir un porcentaje muy alto de primeros. Variar, variar. Sorprender. Porque si siempre repites la dirección, el jugador que está al otro lado de la red se anticipa y acomoda el golpe. Pierdes la capacidad de sorpresa. Del mismo modo, hay grandes sacadores que consiguen muchos puntos gratis, sin jugarlo. Pero prefiero tener un porcentaje alto de primeros, que te da el gobierno del punto y permite el golpe definitivo de red. Con los dos tenistas arriba, si tomas la red y en posición ofensiva, tienes casi todas las posibilidades de ganar. Pero influye mucho la colocación, algo que se aprende con partidos.

El resto es igual o más de importante porque un break en dobles es media vida. Cuando la cruzas, tienes más espacio para poner en juego la pelota. Aunque insistir en ese golpe es reconocer tu miedo a tirar los paralelos. Hay una regla no escrita que, al menos una vez en el juego, tienes que probar al de la red. Eso significa sorprender. Y es necesario en pista dura como la que propone Bélgica -nada que ver, por otra parte, con el parquet que ponía Uruguay a principios de los años 80 ni con la moqueta que nos incrustaban a nosotros, cuando apenas había reglas sobre la superficie a jugar- porque un ataque en el resto te permite tomar la red. De ahí que el revés cortado sea un arma un tanto estéril, más útil para romper el ritmo que para coger cualquier tipo de iniciativa. El que usualmente juega al revés, por otra parte y suponiendo que los dos de la pareja sean diestros, es el líder de la pareja porque se cobra las ventajas, los puntos decisivos, donde se sorprende al rival.

Eso, curiosamente, no se daba en nosotros porque mi revés era más fuerte que el de Emilio y su drive nos proporcionaba muchas situaciones favorables. Por eso es tan importante la conexión de la pareja. Si uno juega por su lado, se pierde. Y si los dos son muy buenos pero se llevan mal, quizá ganen un partido pero en el siguiente se tiren los trastos a la cabeza. La buena sintonía se aclara a cada punto, cuando los jugadores se sisean dos o tres palabras. No más. Pero son tan pocas como necesarias y efectivas. "No pasa nada". "Tranquilo, a la siguiente". "Mete el primero". "Te doy este punto y tú me das el próximo". "Si pones el primero, me cruzo". Por eso es importante que haya afecto y respeto, para soportar las cagadas del otro. En el fondo y al igual que en el individual, el partido de dobles es una montaña rusa donde en el bajón, encuentras el hombro de tu compañero.

España es favorita ante Bélgica porque es mejor y porque con la mentalidad correcta, como la que aplica Nadal, la de jugar siempre al máximo sea contra quien sea y dispuesto a sufrir, puede ganar a cualquiera en cualquier superficie. No sé si el partido de dobles será decisivo. Pero la capacidad de compenetración y sorpresa, marcará el resultado final.

Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal durante el partido de dobles de la eliminatoria de la Copa Davis contra México en 1995.
Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal durante el partido de dobles de la eliminatoria de la Copa Davis contra México en 1995.REUTERS

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