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Sin Ojo de halcón, pero con Verdasco

Falla la máquina, que le costó 50.000 euros a España, pero el madrileño gana a Malisse

Puño contra palma, las manos de Albert Costa, el seleccionador, le dicen a Fernando Verdasco lo mismo que los gestos de su cara, porque a sus palabras les cuesta superar el estruendo de la charanga: "Duro, duro, Fernando, duro". Duro juega el madrileño contra Xavier Malisse el primer partido de la primera ronda de la Copa Davis, que enfrenta a Bélgica con España. Dura es la propuesta del belga, que arranca ganando seis de los siete primeros puntos (0-1 y triple bola de break contra el español). Y dura, fuerte, es la respuesta del número nueve del mundo, que vuela 6-4, 6-3 y 6-1 sobre la pista del Spiroudome agitado por las palabras de Costa, las palmas de Jaime Lissavetzky, el Secretario de estado para el deporte, y los gritos de David Ferrer ("¡Grande Fer!"), al que finalmente debió sustituir en el partido: el alicantino sufre una inflamación en el hombro derivada de una contractura cervical.

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Un tenista entre dos mundos

Antes de que Rafael Nadal dispute el segundo punto contra Ruben Bemelmans, el número 144, Verdasco se encuentra protagonizando dos curiosos episodios. Los tenistas españoles lograron que la Federación gastara 50.000 euros, a propuesta del seleccionador, para instalar la máquina del Ojo de halcón, que resuelve las pelotas dudosas. Cuando el español quiso estrenarlo, no funcionó. Hubo que repetir el punto. Fue el juego definitivo: rompió Verdasco y se puso por delante en la tercera y definitiva manga (3-1). Llegaría entonces el fallo del juez de silla, el francés Pascal Maria, que cantó 5-1 un 15-40 y se llevó la pitada del público.

Para llegar hasta allí, el madrileño se movió por la pista acompañado de un mar de consejos. La voz dominante correspondió a Costa, que es quien se sienta junto a él en el banquillo. La labor de análisis y el proceso de decisiones, sin embargo, tuvo algo de gremial, de hacer grupo. Ante los saques más ajustados de Malisse, el seleccionador pidió la opinión de Toni Nadal, el técnico más cercano a la línea. Frente a las dificultades propuestas por el número 51, Verdasco también tuvo ojos y oídos para quienes le acompañan siempre en el banquillo ("Venga, con nervio, que puedes", le decía Vicente Calvo, su fiel compañero de viajes, además de preparador físico, con 2-1, 30-30). Y a cada punto ganado o perdido reaccionó por igual la larga cadena de miembros del equipo, más de una decena de cuerpos que actúan como un único ente, como un colectivo rugido.

Con el primer punto en el bolsillo y Nadal enfrentado a un desconocido, los españoles empiezan a mirar de reojo al resto de partidos. Chile recibe a Estados Unidos. De esa eliminatoria saldría el rival de la selección si antes consigue superar a Bélgica.

Verdasco, durante el encuentro
Verdasco, durante el encuentroYVES LOGGHE (AP)

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