Detenido el velocista estadounidense Tim Montgomery acusado de fraude y estafa
El ex 'recordman' de los 100m ya fue sancionado por dopaje el año pasado
El velocista estadounidense Tim Montgomery ha sido detenido hoy bajo la acusación de formar parte de un importante fraude bancario y de blanqueo de dinero, según ha anunciado un gran jurado de Nueva York. La policía ha detenido a un total de once personas, entre las que también está su entrenador personal, Steven Riddick.
La fiscalía ha informado de que el grupo estaba bajo vigilancia desde hacía tiempo y que están acusados de participar en una conspiración para engañar a bancos al depositar unos cinco millones de dólares en cheques robados, alterados y falsificados.
El blanqueo de dinero se realizaba a través de un negocio, concretamente una cafetería y que pertenecía a una pareja de Nueva York, según la acusación. En concreto, Montgomery, que mantuvo la plusmarca mundial del hectómetro entre 2002 y 2005, está acusado de depositar tres cheques falsos por 775.000 dólares y cobrar 20.000 dólares por la transacción.
Una carrera arruinada
El ex recordman de los 100 metros lisos, marca que consiguió en septiembre de 2002 en los Mundiales de París, fue sancionado en 2005 por su implicación en el escándalo de dopaje de los laboratorios BALCO. Además, fue despojado de sus marcas, arruinando así su carrera de atleta.
La THG fue la sustancia estrella de todo el entramado puesto en marcha en los laboratorios con sede en la bahía de San Francisco. Era un anabolizante de diseño y, por lo tanto, indetectable, ya que no lo conocían los laboratorios antidopaje, que distribuyó Victor Conte entre algunos de los mejores atletas estadounidenses y europeos a partir de 2000 y que, combinado con otros productos prohibidos, como el estimulante Modafinil y EPO, los transformó en máquinas imbatibles. Tal cóctel ayudó a Montgomery a batir con impunidad el récord del mundo de su compatriota Maurice Greene. Todo empezó a cambiar para él, sin embargo, apenas un año después, tras cometer el error de abandonar, junto a su entonces compañera sentimental, Marion Jones, a Trevor Graham, su entrenador, a comienzos de 2003. Despechado, Graham envió una jeringuilla con restos de THG a la USADA. El producto mágico, invisible, pasaba a ser un vulgar anabolizante detectable en todos los laboratorios.
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