La fuerza centrípeta de Madrid
Algunos tics localistas en la jerarquía de la web de EL PAÍS minan el esfuerzo por mirar más allá de la M-30 de la capital
El bloque de Educación de la portada digital de EL PAÍS destacaba el pasado jueves esta noticia: “Abierto el plazo de escolarización de alumnos para el próximo curso en la Comunidad de Madrid”. Una información de indudable servicio público, pero que no se repite para las otras 16 comunidades autónomas. Solo unos días antes, el domingo 9 de abril, abría la franja de Actualidad esta otra: “Maestre cierra la lista con un fichaje para solucionar Bicimad y cambiar el transporte”. Es una información dedicada al número cinco de la candidatura de Más Madrid, que lidera la oposición en el Ayuntamiento de la capital. Mientras el periódico apenas ha informado de quiénes serán los cabezas de lista de las principales ciudades españolas, se amplifica en portada cada detalle de la batalla electoral madrileña, como el minuto a minuto de Begoña Villacís al frente de Ciudadanos. Son ejemplos recientes del tratamiento privilegiado que a veces reciben las noticias de la sección de Madrid en la portada de la web y que incomoda a algunos lectores.
“A mí me gustaría que mi periódico evitara enfocar las noticias principalmente desde la perspectiva centralista”, se quejaba en un correo electrónico el lector Raúl Sangros, de Valencia. “Me aporta mucho más este periódico en muchos aspectos como para suscribirme a algún periódico de mi entorno geográfico y asumo soportar este tipo de sesgos”. Su crítica iba destinada a una información meteorológica destacada en la portada: “El tiempo del puente del Día del Padre”. Madrid fue la única comunidad que celebró un festivo el lunes posterior a San José (19 de marzo). Ni siquiera Valencia, donde se celebraban las Fallas. “El titular, una vez más, colocaba a Madrid como el centro del mundo”, afirma este lector.
¿Es de verdad EL PAÍS madridcentrista?
“Desgraciadamente, el periódico adelgazó en el pasado su estructura en delegaciones y colaboraciones en el territorio por razones estratégicas”, explica el director adjunto, Claudi Pérez. “La actual dirección ha revertido esa decisión y hay una apuesta firme por esa información, tanto en recursos como en espacio: el diario tiene una tupida red de corresponsales en el mundo y esa es una de sus señas de identidad, de la misma manera que aspira a fortalecer una red parecida para contar historias en toda España y evitar la inevitable tendencia centrípeta que ofrece, por ejemplo, la política nacional”. Por eso, recalca, esta misma semana ha habido varias historias de todo el país muy destacadas en la portada, tanto en la edición web como en la de papel, empezando por la cobertura de Doñana.
Pérez detalla que “hay 45 periodistas y fotoperiodistas radicados básicamente en Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía, Galicia y País Vasco. Y una extensa red de colaboradores, en un diario que tradicionalmente ha echado mano de la enorme capilaridad de la Cadena SER”.
Luis Gómez, redactor jefe de Reportajes y de la información local de las comunidades (salvo Cataluña), aclara también que desde el pasado febrero el periódico ha incorporado reporteros en autonomías donde en los últimos años no había presencia: Aragón, Asturias, Cantabria, Extremadura y La Rioja.
“EL PAÍS ha apostado siempre por tener presencia en Cataluña”, recuerda Ana Pantaleoni, redactora jefa en Barcelona, donde se abrió una edición en 1982. “Esto le permite al diario tener músculo con la información local y poder explicar en la edición global los temas claves catalanes”.
“No se trata de hacer información local de servicio a la manera tradicional”, puntualiza Gómez, sino de buscar historias diferentes, únicas, “que sucediendo en una parte del territorio, puedan interesar globalmente, igual que sucede con la mirada de un corresponsal internacional, capaz de que un reportaje en Chiapas (México) interese a un lector de Albacete o de otro lugar”.
El peso de los lectores
Sin embargo, hay algunos tics que minan este esfuerzo por ir más allá de la M-30. El grueso de la plantilla de la Redacción trabaja en la capital, donde está la sede del periódico. Por tanto, a la hora de decidir qué informaciones se destacan en la portada pesa mucho la cercanía: es más fácil que un suceso en un barrio madrileño alcance los puestos más altos a que lo haga otro parecido en otra capital de provincia. A la vez, el peso de los lectores de Madrid es muy importante en la web. Y eso influye en que las noticias de esta comunidad tengan mejores porcentajes de audiencia, factor que también interviene en el rango que se da a las informaciones.
Esta defensora opina que la pretensión de diversificar las noticias de todo el territorio se cumple en términos generales. Valora, por ejemplo, que en las primeras semanas de vida de EL PAÍS Gastro la variedad de temas tratados, con reportajes desde Málaga, Navarra, Pontevedra o Valencia, por citar algunos, ya cumple el propósito prometido por su responsable, Almudena Ávalos, en la presentación del formato: “Queremos descentralizar la gastronomía”.
“La dimensión territorial va a ser clave en los próximos tiempos y esa sensibilidad ha sido y va a seguir siendo una de las señas de identidad de EL PAÍS, con los condicionantes lógicos que afectan a la industria periodística”, promete el director adjunto.
Es deseable que además no se baje la guardia al jerarquizar los contenidos: las noticias de Madrid solo deben aspirar a estar en la portada si tienen relevancia para el conjunto de los lectores. Solo así escaparemos a la fuerza centrípeta capitalina.
Para contactar con la defensora puede escribir un correo electrónico a defensora@elpais.es o enviar por WhatsApp un audio de hasta un minuto de duración al número +34 649 362 138 (este teléfono no atiende llamadas).
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