‘Oh, Canada’: Paul Schrader, Richard Gere y la masculinidad culpable
El cineasta y el actor de ‘American Gigolo’ se reencuentran en una película confesional que en su ajuste de cuentas con el pasado sabe a poco
Paul Schrader (Michigan, 1946) es uno de los grandes retratistas de los recovecos de la masculinidad contemporánea. Su filmografía (del guion de Taxi driver en adelante) está ligada a personajes marcados por la soledad y una identidad atormentada. También por la gestión de la culpa y la salvación, de las segundas oportunidades. En los últimos años, tanto El reverendo (2017), como El contador de cartas (2021) y El maestro jardinero (2022) exploraban este tipo de antihéroes que en Oh, Canada, su nueva película, ofrece un interesante giro, el de un hombre socialmente reverenciado que, ante el acecho de la muerte, decide desmontar su mito.
Para encarnar a ese héroe dispuesto a inmolarse, Schrader ha acudido al actor cuya exitosa carrera despegó bajo sus alas hace 44 años con American Gigoló. Richard Gere tenía 29 años cuando interpretó a Julian Kay, un escort de lujo con un envidiable armario de Armani y un apartamento de moqueta rosa que resultaba irresistible en su desamparo. American Gigoló, hoy un clásico del noir ochentero, mostraba el choque entre una masculinidad clásica y la que entonces estaba naciendo, más ambigua y consciente de su feminidad. Gere había despuntado dos años antes con Días del cielo, pero lo que catapultó su carrera fue la película de Schrader, Oficial y caballero (1982) y el remake americano de Al final de la escapada (1983), dirigido por Jim McBride.
La expectación ante el reencuentro entre intérprete y director era lógica y, aunque Oh Canadá acaba sabiendo a poco, tiene momentos de peso en su manera ruda de despojar de grandeza al héroe. La película está basada en la novela de Russell Banks Los abandonos. Shrader ya adaptó en 1997 otro libro suyo, Aflicción, y ahora dedica este filme a su amigo Banks. La historia es la de Leonard Fife, un prófugo y desertor que en 1968 abandonó Estados Unidos para no ir a la Guerra de Vietnam y que en Canadá acabó convertido en un famoso documentalista y activista. ¿Pero de qué huía Leonard Fife? ¿Cuál es su verdad?
Siguiendo el ritual intimista de una confesión desnuda y cruda, Gere interpreta de forma sobria y conmovedora a este hombre que in extremis decide ajustar cuentas consigo mismo. Fife (Gere) necesita expiar su pasado y desde su casa en Montreal relata su vida ante una cámara y un número reducido de personas, entre ellas, su esposa (Uma Thurman). El vehículo será una última entrevista concedida a un antiguo alumno (Michael Imperioli) marcada por el frágil estado de salud del maestro y el efecto en su cabeza de los medicamentos, que nublan su consciencia y convierten sus viajes al pasado en dolorosos y confusos fogonazos de memoria. Schrader convierte esa entrevista en una confesión sin filtro llena de culpa y remordimientos, traiciones y abandonos.
Schrader plantea el zigzag entre presente y pasado con una serie de flashbacks en los que el Gere de juventud lo interpreta Jacob Elordi, aunque a veces será el propio Gere quien suplante a su yo joven en sus recuerdos. Es precisamente en este doble relato donde la película pierde intensidad, el doble personaje no acaba de ser uno. La tensión dramática se resiente por lo deslavazados que resultan ciertos saltos temporales, algunos en color, otros en blanco y negro. Aún así, el nuevo antihéroe de Schrader de alguna manera cala en el espectador, quizá porque añade una nueva pieza al puzle de su larga obsesión con la masculinidad y sus remordimientos.
'Oh, Canada'
Dirección: Paul Schrader.
Intérpretes: Richard Gere, Uma Thurman, Michael Imperioli, Caroline Dhavernas, Zach Shaffer, Jake Weary.
Género: drama. Estados Unidos, 2024.
Duración: 91 minutos.
Estreno: 25 de diciembre.
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