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‘Entre dos aguas’: la historia de disputas y manipulaciones por la icónica canción de Paco de Lucía

Después de 13 años de lucha judicial, una sentencia da la razón a los herederos del músico en su demanda contra el compositor que se atribuyó la coautoría del tema y abre la vía para otras reclamaciones

Paco de Lucía durante un concierto en la Puerta del Ángel de Madrid, en 2010, el año en el que se enteró de que 'Entre dos aguas' solo estaba firmada por él al 50%.
Paco de Lucía durante un concierto en la Puerta del Ángel de Madrid, en 2010, el año en el que se enteró de que 'Entre dos aguas' solo estaba firmada por él al 50%.Santi Burgos
Carlos Marcos

Entre dos aguas nació como una canción de relleno. El álbum Fuente y caudal estaba completo, pero se quedaba corto, unos 29 minutos de música. La compañía de discos que editó el álbum en 1973, Philips, informó a Paco de Lucía de que necesitaba al menos una pieza más. Uno de los productores era José Torregrosa, de la plantilla de la disquera. De Lucía cogió su guitarra y con sus ágiles manos comenzó a acariciarla inventando ritmos. Por ahí comenzó a crear Entre dos aguas, una rumba improvisada de seis minutos que acabaría abriendo el disco e iba a convertirse en la canción más popular del guitarrista gaditano y una de las más escuchadas de la música española: estuvo 22 semanas en los puestos de los más vendidos en España. Desde ayer, Entre dos aguas pertenece exclusivamente a Paco de Lucía. Llevaba justo 50 años firmada a dúo, por De Lucía (fallecido en 2014) y José Torregrosa (fallecido en 2005), en un contencioso que alumbra luz sobre unas prácticas habituales en aquellos años y que puede funcionar como salvoconducto para otros damnificados.

Una sentencia de un juzgado mercantil de Madrid obliga a los descendientes del compositor y productor José Torregrosa a devolver a los familiares del maestro flamenco el 100% de los ingresos recibidos en concepto de derechos de autor de Entre dos aguas y 36 canciones más de Paco de Lucía, entre ellas Canastera, De madrugá, Farolillo de feria o Farruca de Lucía. El fallo reconoce a De Lucía su única autoría. La demanda fue presentada por los hijos del guitarrista y su viuda. Las canciones estaban firmadas al 50% por De Lucía y Torregrosa. La labor de Torregrosa, según los consultados, se centraba en transcribir al pentagrama las composiciones de De Lucía, que no tenía, como buena parte de los músicos de aquella época, formación académica.

Lucía Sánchez, 43 años, abogada e hija de Paco de Lucía, es clave en este proceso. En 2010, cuando terminó Derecho, Lucía se sumergió en las composiciones de su padre, “para organizar su obra”. “Entonces me doy cuenta de que muchas constan en la SGAE al 50% en la composición, incluida Entre dos aguas”, cuenta por teléfono. Se lo dice a su padre en 2010 y él se altera: “Pero ¿qué dices, hija? Voy a llamar ahora mismo a Teddy Bautista”. El contacto se produjo y el por entonces presidente de la SGAE se lo confirmó. “Se quedó blanco, no daba crédito”, informa Lucía sobre la reacción del guitarrista. Desde ese momento, ella comenzó una lucha en los juzgados que ha durado 13 años. “No me lo creo. Estoy todavía en shock”, decía el miércoles por la tarde. “Ha sido muy complicado, porque las leyes de propiedad intelectual admiten abundantes matices y son complejas. Mucha gente me decía que abandonase, pero yo he seguido”.

Camarón de la Isla (izquierda) y Paco de Lucía (con la guitarra), durante la grabación del disco 'Como el agua', en los estudios Universal en 1981.
Camarón de la Isla (izquierda) y Paco de Lucía (con la guitarra), durante la grabación del disco 'Como el agua', en los estudios Universal en 1981.Cedida por Universal

Para resolver el contencioso ha sido básico un informe de 36 páginas de Faustino Núñez (Vigo, 62 años), músico y musicólogo experto en flamenco. “No tiene sentido que Torregrosa cobrara por escribir la partitura, una práctica que fue muy común en la época. Y había que arreglar aquello. Es de cajón que, si el acto de la creación musical suele ser íntimo, no puede haber creación compartida a no ser que fuera de común acuerdo, que no es el caso, o que el otro músico fuera también un guitarrista flamenco, o al menos un guitarrista. El caso es que Torregrosa era pianista”. Núñez pone un ejemplo que sufrió él mismo: “Cuando compuse Fuenteovejuna para Antonio Gades fui a registrar la obra a la SGAE y Antonio me dijo: ‘No te olvides de darle un 15% a Freire’. Y yo le pregunté: ‘¿Y ese quién es?’. Gades me contestó: ‘El que nos hace las partituras para el registro’. Y respondí: ‘Esas te las hago yo y gratis’. Y me dijo: ‘Ah, pues vale’. Es decir: era una práctica que algunos tenían muy asumida”.

La abogada Patricia Martínez representa a los herederos de José Torregrosa, su viuda y sus dos hijas, que no han querido hacer declaraciones directamente. Martínez ejerce de portavoz: “Vamos a recurrir la sentencia porque no estamos conformes. Si bien cabe reseñar que la estimación de la demanda ha sido solo parcial. A nuestro juicio no han quedado acreditados los hechos de la demanda con la prueba practicada (toda ella de carácter indirecto, pues las dos partes, Paco de Lucía y José Torregrosa, han fallecido). Nosotros hemos acreditado con numerosas carátulas de discos y CD, folletos, etc… que en todos ellos aparecía la coautoría de las obras que constan en la demanda, reseñando expresamente como autores a los dos: Paco de Lucía y José Torregrosa. Por ello, resulta muy difícil de creer que, durante más de cuarenta años, Paco de Lucía no fuese consciente de que José Torregrosa aparecía junto a él como coautor de dichas obras. Existió pues un consentimiento tácito por parte del mismo. Máxime al percibir las liquidaciones de los derechos de autor durante tantos años al 50% cada uno de ellos”. Y añade: “Para la familia Torregrosa no se trata solo de una cuestión económica, sino también de una cuestión moral por la repercusión negativa que sobre el buen nombre y el derecho al honor de José Torregrosa tiene esta sentencia”. El fallo impone que se abonen 10.000 euros a la familia del guitarrista “como indemnización en concepto de daño moral”. Calderilla comparado con la cantidad que se tendría que pagar por 50 años de derechos de autor, cantidad que se decidirá en próximas fechas.

¿Cómo pudo Paco de Lucía desconocer desde 1973 hasta 2010 que todas esas obras eran compartidas? Responde la hija: “Él se dedicaba a crear, sin importarle el resto”. Sin embargo, en los discos (en Wikipedia todavía aparecía al cierre de este artículo Torregrosa compartiendo autoría) sí que constaban los dos nombres. “La sorpresa está en el tanto por cierto. Mi padre se creía que figuraba como arreglista, que suelen cobrar entre un 8% a un 16%”, afirma Lucía Sánchez. Entonces, si en lugar del 50% Torregrosa solo hubiese cobrado el 10%, por ejemplo, ¿habría puesto la demanda? “A lo mejor no”, asume la abogada. Y añade: “Pero en Entre dos aguas ni siquiera existen arreglos”. Dentro de las 37 obras en litigio existen cuatro o cinco orquestales, que Lucía asume que quizá “tuvieran arreglos de Torregrosa”. Pero en la mayoría de ellas, su labor, según la familia del guitarrista, se centraba en transcribir las partituras que se presentaban en la SGAE.

Hay otra derivada en este caso. Existe un informe caligráfico pericial en la sentencia, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, en el que aparecen modificados algunos porcentajes de las canciones. “El informe pericial permite tener por acreditado que, en los registros de las obras en que aparece la firma de Paco de Lucía, el porcentaje fue alterado con posterioridad, siendo fijado en el 50% para cada uno de los titulares registrales. Y como se aprecia directamente de los mismos, y se ha indicado más arriba, el porcentaje original era de 80% Paco de Lucía y 20% José Torregrosa”, dice la sentencia. La pregunta es: “¿Cómo pudo alguien acceder a esos papeles supuestamente depositados en la SGAE y manipularlos? “Eso no lo sé”, dice la hija del guitarrista. Desde la SGAE, responden: “No hemos sido parte del procedimiento judicial, no conocemos la sentencia y por tanto no podemos valorarla”.

Familia de Paco de Lucia
Lucía y Casilda (sentadas), hijas de Paco de Lucía, y su viuda (en el centro), Gabriela Canseco, en la Fundación Paco de Lucía, en Madrid, el 29 de junio de 2022.Samuel Sánchez

Para Juan José Téllez, biógrafo de Paco de Lucía, es una sentencia justa: “Torregrosa era un mero transcriptor. Es como si una editorial se quedase con los derechos de autor de un libro solo por poner la imprenta”. Y apunta: “Paco era muy personal en el proceso de grabación. Lo hacía todo él, incluso la producción ejecutiva”. Tanto Lucía Sánchez como Téllez afirman que el guitarrista le tenía un gran aprecio a Torregrosa. “Le estaba muy agradecido por su apoyo discográfico. Por eso le sentó tan mal cuando descubrió que figuraba como coautor”, señala Téllez. Respecto a Entre dos aguas y la publicitada historia de que De Lucía se inspiró en Te estoy amando locamente, de Las Grecas, el biógrafo la desmiente: “Es verdad que en esa época Paco era amigo de Felipe Campuzano, compositor de Te estoy amando locamente, pero no se inspiró en la canción. La inspiración de esa canción viene de mucho más atrás, de Fly Me to The Moon [tema popularizado por Frank Sinatra].

Lucía Sánchez está convencida de que el fallo va a sentar un precedente importante: “Mi voluntad no era sacar dinero, sino que quedara claro quién es el autor de esas canciones. De hecho, intenté un acuerdo para que no fuéramos a juicio, pero ellos no quisieron. Pero ahora, con la sentencia, creo los autores tienen un precedente importante para reclamar sus derechos”. Respecto a especular con el dinero que ha generado Entre dos aguas en medio siglo por derechos de autor, la hija del guitarrista habla de “millones de euros”. Faustino Núñez apostilla: “Paco tocó Entre dos aguas en todos sus conciertos. Si autores es el 10% de la taquilla y Entre dos aguas digamos que un 5% de un concierto... Un dineral”.

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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

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