El arca futurista de George Lucas desvela sus primeros misterios
El creador de ‘Star Wars’ e Indiana Jones abre las puertas a la obra del museo que construye en Los Ángeles
Al sur de Los Ángeles se levanta desde hace cinco años una de las construcciones más imponentes de la ciudad. El edificio se construye justo frente al Museo de Historia Natural, una de las paradas imprescindibles para los visitantes. En ese mismo sitio, el parque Exposition, puede apreciarse el transbordador espacial Endeavour. La gran atracción de la zona promete ser, a partir de 2025, el Museo Lucas de Arte Narrativo.
Es quizá después de oír el nombre de George Lucas, el creador de Star Wars e Indiana Jones que se ha convertido en patrono del arte junto a su esposa, la financiera Mellody Hobson, que uno comienza a encontrar forma a la obra. Esta está conformada por una esfera achatada que se une por un puente a un enorme óvalo que se asoma a la Universidad del Sur de California, que está al otro lado de la calle y donde se formó el cineasta de American Graffiti. El área del museo ocupa casi cuatro hectáreas y media. Y parece que en medio del lugar aterrizó una nave espacial.
El equipo del museo se apresura a desmentir la impresión popular. “Es el follaje de un árbol”, aseguró hace unos días Sandra Jackson-Dumont, directora y presidenta de la institución, a un grupo de periodistas que visitaron la obra, entre estos EL PAÍS. Ma Yansong, el arquitecto responsable del diseño, supuestamente se inspiró en los altos árboles del parque Exposición. Así que su despacho, MAD Architects, propuso un enorme pabellón que sirve de bienvenida a lo que es un espacio pensado para unir a la comunidad en una zona residencial de clase media baja donde el 70% de los habitantes es negra o latina. Para subrayar el guiño botánico, el proyecto prevé la plantación de 200 árboles en todo el terreno.
Esta semana, los obreros estaban colocando los paneles, que darán al edificio un aspecto futurista. Son más de 1.500 de color claro y curvos. Han sido fabricados especialmente al norte de California con fibra de vidrio por robots. El 15% de la fachada es también ocupada por paneles solares, que ayudarán a reducir el impacto ambiental del centro. Jackson-Dumont, quien trabajó cinco años en el Met de Nueva York antes de llegar a la costa oeste, dice con orgullo que no existe una sola línea recta dentro del Museo Lucas. Lo presume durante un recorrido en el cuarto piso, donde se encuentra el vasto espacio principal de exhibición, de 7.600 metros cuadrados.
La ideal del museo nació en 2014, cuando Lucas y Hobson lanzaron un concurso para diseñar un centro que iba a estar ubicado en Chicago, una ciudad donde Hobson tiene gran poder gracias al fondo de inversión que preside, Ariel, que tiene un presupuesto de 16.000 millones de dólares. Pero un problema con el terreno obligó a la pareja, que se casó en 2013, a buscar una nueva sede. La encontraron a escasos metros del Coliseo, que ha sido la casa de dos Juegos olímpicos y dos Superbowls.
Después de un lustro en construcción y una inversión de 1.000 millones de dólares, el centro ha comenzado una agresiva campaña de relaciones públicas para recordar que el proyecto no se apagó con la pandemia, sino solo se ha retrasado una vez más. La fecha de apertura se ha aplazado de 2022 a 2023 y ahora de 2023 a 2025. El equipo ha celebrado esta semana eventos con prensa y conferencias en Nueva York con gente del arte para elevar las expectativas. La junta directiva de la institución la conforman, además de los fundadores: Henry Bienen, presidente emérito de la Universidad Northwestern; el sociólogo Arne Duncan, quien fue secretario de Educación durante la Administración Obama; Michael Govan, el director del museo del condado de Los Ángeles (LACMA); Andrea Wishom, la presidenta de Skywalker Holdings, la compañía de bienes raíces de Lucas. Además, esta incluye los cineastas Steven Spielberg y Guillermo del Toro.
Recientemente, han desvelado algunas de las obras que se han sumado al catálogo. Entre las que se encuentra una pintura de Robert Colescott, un pintor considerado subversivo con una obra llena de sarcasmo e irreverencia. El lienzo comprado por Lucas y Hobson muestra a un George Washington negro cruzando el Delaware. Todos los que aparecen en la pintura son afroamericanos, un comentario de Colescott sobre la ausencia de la raza negra en los hitos históricos de Estados Unidos.
La directora del museo cree que no habrá colección permanente una vez que el museo abra sus puertas. Su idea, confiaba mientras mostraba los avances en los espacios de exhibición, es que las obras se roten dentro del museo. Antes de casarse, Lucas y Hobson ya eran coleccionistas de arte. Ella se interesaba principalmente por obras de artistas afroamericanos como Norman Lewis o Kara Walker. El fuerte de Lucas era el arte estadounidense, la gráfica, el cómic y las ilustraciones. Después de su unión han buscado piezas que interesen a ambos, como lienzos del fenómeno neoyorquino de los 80 y 90, Jean-Michel Basquiat o las obras fotorrealistas de Chuck Close.
Un espacio dedicado al arte narrativo puede sonar confuso. Y lo es. Los tesoros de la pinacoteca incluyen objetos tan dispares como piezas hechas hace 2.200 años en Egipto, mosaicos del imperio romano, las obras de la posguerra de Normal Rockwell, arte africano, una réplica de Las meninas hechas 200 años después de Velásquez por John Singer Sargent, el fotoperiodismo de Dorothea Lange, un autorretrato de Frida Kahlo, un mural de Judith Baca, diseños de arte de las películas de Star Wars hechos por Ralph McQuarrie y comics de Marvel y por Robert Crumb, estrella de la historieta underground estadounidense.
“Nuestra intención es borrar las fronteras entre el arte culto y el popular”, señala la directora. El Museo tendrá también dos salas de exhibición con capacidad para 300 personas. “¿Se imaginan ver una película con George Lucas? Tiene tal obsesión por el sonido que debe escucharse cómo cae un alfiler al piso”, dijo Jackson-Dumont en uno de los teatros. La acústica era ya impresionante y ni siquiera se han colocado los paneles para aislar el sonido. En uno de los extremos del edificio habrá una biblioteca abierta al público con todo el archivo de Lucasfilm, la productora que el cineasta vendió a Disney en 2012 por 4.000 millones de dólares. Lucas y Hobson compraron hace dos años el archivo Separate Cinema, que incluye 37.000 objetos vinculados a la historia del cine negro que van desde 1904 hasta 2019.
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