“¡Olé, tú!”. El poderío de Mon Laferte se adueña del público madrileño
La artista chilena, muy comprometida con la política de su país, está de gira por España presentando una recopilación de sus canciones
El público estaba entregado incluso antes de que el poderío de Mon Laferte (Viña del mar, 39 años) saliera al escenario. La telonera, Chlöe´s Clue, disfrutó de la pasión de los asistentes y cuando la chilena apareció, vestida con traje turquesa de artista de boleros, la sala La Riviera ensordeció con su euforia. Mon Laferte, ganadora de tres Grammy Latinos, está de minigira por España y ayer recaló en Madrid con todas las entradas vendidas.
La cantante no debió de echar de menos los grandes recintos de Latinoamérica a los que está acostumbrada. Las 2.500 personas que la recibieron este lunes rugían de tal manera que parecían multiplicarse. “Nunca había tocado ante tanta gente en Madrid”, confesó. Comenzó cantando Aunque te mueras por volver, Barquito de papel y La mujer, y no hubo nota que no entonaran sus fieles.
Horas antes del concierto, la chilena, comprometida con la política de su país, había compartido en sus redes sociales su voto favorable al cambio constitucional que había planteado el Gobierno de Gabriel Boric. Una amplia mayoría de chilenos tumbó el texto y la artista confirmó su decepción sobre el escenario. Si bien, afirmó que “el público tan increíble” le había levantado el ánimo. “Creo que la última vez que vine el público me cantó ‘ole, tú' y yo no lo entendía”, contó entre risas. A lo que los asistentes le respondieron coreando en varias ocasiones ese “ole, tú”.
Se abrió la camisa para cantar la ranchera Se me va a quemar el corazón y los mexicanos sacaron sus gritos charros. Mon Laferte, que tiene doble nacionalidad chilena-mexicana, trajo la furia del volcán Popocatépetl y los aires andinos a Madrid, también la cumbia, el bolero... Y todo lo gozó La Riviera.
Hubo sorpresas. La mexicana Silvana Estrada la acompañó cantando La trenza. La delicadeza y calidad vocal de Estrada, de 25 años, extasió al público. La canción elegida parecía una dedicatoria de la chilena para la joven artista: “Cuando te miro, mi reina, cuando te escucho cantar, yo sé, una estrella serás, la que más va a brillar”.
Al rato quién subió al escenario fue Rozalén. Mon Laferte comenzó a narrar cómo había surgido la canción que iban a interpretar, Amiga: “Hace unos años me fui despechada a casa de Rozalén y le dije: ‘saca un vino ya”. Y apareció esa palabra mágica: despechada. Así, Rosalía se coló en el concierto (por Despechá) y hasta la chilena hizo el amago de perrear levemente mientras tarareaban la canción. Pero ambas artistas retomaron su historia para describir la canción como “un brindis por la amistad de las mujeres”.
La cantante dejó sus éxitos más populares para un final en cola que llevó a los asistentes a tal exhibición pulmonar que, en ocasiones, la potentísima voz de la artista tenía que rendirse a la de sus seguidores. Y así cerró un concierto sin bises, pero con el público satisfecho.
Olé, tú, Mon Laferte.
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