Beyoncé volverá a grabar ‘Heated’, una de sus nuevas canciones, acusada de ofender a las personas con discapacidad
El tema, coescrito con el artista Drake, repite dos veces el término ‘spaz’, que en EE UU se usa de forma coloquial como “perder el control” pero también se traduce como un sustantivo injurioso, especialmente para quienes padecen parálisis cerebral
Seis años de espera para que saliera el nuevo álbum de Beyoncé, Renaissance. Y, sin embargo, apenas cuatro días después de su lanzamiento, Beyoncé ya volverá a grabar una de sus canciones, según confirmó su entorno a la emisora británica BBC. En concreto, el tema Heated, coescrito con el músico Drake, y criticado por su lenguaje ofensivo hacia las personas con discapacidad. La letra utiliza dos veces la palabra spaz: aunque en EE UU se emplea coloquialmente como verbo, que puede traducirse como “perder el control” o “enloquecer”, su raíz procede de la palabra spastic (espástico), que se usa desde el punto de vista médico para describir los espasmos que puede sufrir quien padezca parálisis cerebral, pero también como una referencia injuriosa hacia las personas con discapacidad, como resume la revista NME. Literalmente, la canción reza: “Spazin on that ass, spaz on that ass”, que probablemente, en las intenciones de la artista, debía traducirse como “perdiendo el control de ese trasero”.
Un portavoz de la cantante aseguró a la BBC que el término no fue “usado intencionadamente en un sentido hiriente” y que será “reemplazado en las letras”, sin que se concretara cuándo. A la vez, algunos seguidores salieron en defensa de su diva, recordando precisamente el matiz de que en EE UU la palabra puede emplearse con otro significado.
Hace apenas unas semanas, en todo caso, sucedió exactamente lo mismo con otra diva del pop. Lizzo también incluyó en su tema GRRRLS el mismo término, recibió idénticas críticas y reaccionó de igual forma: disculpas y cambios en la canción. Pero la coincidencia ha generado incluso más frustración en el colectivo afectado. “Estoy cansada de tener esta conversación de nuevo tan pronto, después de recibir una respuesta tan significativa por parte de Lizzo”, aseguró a la BBC Hannah Diviney, activista en defensa de los discapacitados. Varias fuentes consultadas por la emisora destacan otro concepto: el lenguaje es muy importante para cambiar o reforzar ciertos comportamientos y prejuicios, y más aún cuando se trata de una de las artistas y de los discos más escuchados del planeta. De ahí que expresen su sorpresa porque la herida llegue precisamente de Beyoncé, considerada una campeona de la lucha por la igualdad y la inclusión de otros colectivos, y en una canción que debe de haber pasado decenas de filtros sin que nadie se diera cuenta, justo tan pocos días después de lo sucedido con Lizzo.
Renaissance llega seis años después de Lemonade, uno de los álbumes más aplaudidos de la historia reciente del pop. Entretanto, la artista había publicado otro disco junto a su marido, Jay Z, la banda sonora de una nueva versión de El Rey León, centrada en el africanismo, y un largo en directo, Homecoming. Renaissance incluye 16 temas, a partir de Break My Soul, el sencillo que adelantó el álbum. En realidad, otra canción del disco, Energy, también ha recibido ataques, aunque por razones distintas: la cantante Kelis acusó a Beyoncé de “robo”, por “interpolar” (es decir, incluir en un tema una referencia a otra canción sin copiarla expresamente) su Milkshake, como relata la BBC. Kelis lamentó en un mensaje en la red social Instagram no haber sido informada con antelación y “la falta de respeto” que cree haber sufrido. Y afirmó que no hubiese sido tan complicado contactarla. “Es decencia común”.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.