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Feria de la Madeleine de Mont-de-Marsan
Crónica
Texto informativo con interpretación

‘Cuadris’ de inmenso trapío y justos de casta

Rafaelillo corta una oreja y Damián Castaño firma los mejores muletazos en la tercera de feria

Salida al ruedo del cuarto toro de Cuadri.
Salida al ruedo del cuarto toro de Cuadri.Philippe Gil Mir

No hizo falta conocer el peso de la corrida —en Mont-de-Marsan, al igual que en la mayoría de plazas francesas, no se anuncia ese dato en la tablilla—; uno a uno, los toros de Cuadri que saltaron al ruedo en la tercera de la feria de la Madeleine dejaron bien claro que en Comeuñas, la finca onubense en la que nacieron y se criaron, no se pasa hambre. Y, de paso, también demostraron que no hace falta saber cuántos kilos pesa un toro para quedar maravillado por su inmenso trapío.

¡Qué corridón de toros! Ejemplares de un cuajo descomunal, hondos como ellos solos, lustrosos, serios y bellos. Animales cuya mirada helaba la sangre. Lástima que en su interior no albergaran tan generosas dosis de casta brava. Sin ser ningún petardo, la corrida de Cuadri decepcionó. Siempre se espera más de un hierro tan querido y respetado por los aficionados.

De forma desigual, algunos con las manos por delante, se desplazaron de salida en los capotes y muy discretamente pasaron después el examen del tercio de varas. No sólo les costó arrancarse, sino que, después, bajo el peto, ninguno se entregó y apretó de verdad. La mayoría se limitó a empujar con la cara arriba, casi siempre con un solo pitón, y a la defensiva.

Complicados resultaron en banderillas. Casi todos esperaron, cortaron y pusieron los pitones por las nubes cuando los toreros de plata intentaron dejar los palos. Alguno de ellos, muy limitado de recursos, pasó un trago.

En el último tercio se comportaron de forma desigual, aunque predominó la nobleza y sosería. Había casta, pero no la suficiente. Del conjunto destacó el bueno, pero exigente cuarto, que embistió con mayor transmisión; y el sexto, justo de fuerzas, pero de una calidad superlativa. Y de auténtica pena fue lo del tercero, que apuntaba ser uno de los más encastados, hasta que se lastimó una pezuña y comenzó a dolerse.

Ese tercero, como el enclasado último, le correspondió a Damián Castaño, que firmó los mejores muletazos de la tarde, pero que volvió a demostrar que tiene un serio problema con la espada. Aunque su primera faena quedó interrumpida por la lesión de su oponente, el salmantino se desquitó con el que cerró plaza en una labor que comenzó acelerada, pero que fue templándose, y de la que sobresalieron un par de tandas en redondo y un pase de pecho infinito y soberbio. Seguramente habría obtenido algún trofeo, pero ¡ay la espada!

Sí paseó una oreja Rafaelillo, que cautivó a los tendidos en una faena emocionante frente al encastado y buen cuarto, el más completo. Aunque anduvo casi siempre despegado y abocado, extrajo tandas de muletazos largos y limpios por ambas manos de un astado listo que reponía y no regalaba nada.

Octavio Chacón, que desde hace un tiempo parece un alma en pena, dio muletazos, pero transmitió lo mismo que reflejaba su rostro: una total apatía.

No fue la corrida brava de Cuadri que todo el mundo esperaba, no; pero tampoco una de esas completamente aplomadas que hicieron saltar las alarmas hace un par de temporadas. Hay esperanza.

Cuadri / Rafaelillo, Chacón, Castaño

Toros de Celestino Cuadri, muy bien presentados por su gran seriedad, hondura y cuajo; mansurrones y a la defensiva en el caballo; y nobles, aunque justos de casta en el último tercio. El 4º destacó por su transmisión y el 6º, por su calidad.

Rafaelillo: dos pinchazos, estocada corta atravesada -aviso- y dos descabellos (saludos); estocada corta tendida (oreja con petición de la segunda).

Octavio Chacón: estocada muy atravesada y dos descabellos (silencio); estocada, un descabello -aviso- y dos descabellos (silencio).

Damián Castaño: tres pinchazos, espadazo bajo muy tendido y atravesado y tres descabellos (silencio); pinchazo y bajonazo (ovación de despedida).

Plaza de toros de Mont-de-Marsan (Francia). Tercera corrida de la Feria de la Madeleine. 22 de julio. Lleno.

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