Todo lo que Lorca sentía con la vista y el tacto
Una exposición reúne en Granada 140 obras del legado lorquiano y contemporáneas en torno a un dibujo del poeta
En una modesta cuartilla, un formato poco apreciado hoy día, explicó Federico García Lorca al mundo cuales eran sus dos sentidos predilectos. El poeta no recurrió para ello al texto y, sin embargo, no dejó de ser poeta también en ese momento. En un tenue dibujo a tinta, ocho manos y un ojo permitían a Federico dejar claro sus preferencias: la vista y el tacto se sitúan por encima de los demás sentidos. La vista y el tacto es el título de esa obrita, de 25 por 20 centímetros, y ahora, algo más de 90 años después, el nombre de la exposición que se muestra en el Centro Federico García Lorca de Granada y que puede visitarse hasta el 13 de febrero.
La muestra La vista y el tacto [ca. 1929-30] sitúa en el centro de su argumento a ese pequeño dibujo, para rodearlo de 140 piezas tanto del propio legado del poeta como actuales en torno a eso dos sentidos. La exposición sirve además, como explica su comisario, Francisco Ramallo, para enseñar numerosas obras del legado del autor que hace tiempo no salían a la luz. Tras un año de búsqueda y revisión en el legado, Ramallo ha seleccionado “todo lo relacionado con la vista y el tacto que hay en el archivo”, que incluye dibujos de Lorca o de sus amigos, y textos, ya sean cartas escritas o recibidas por él, revistas, poemas, ensayos o conferencias.
Para Laura García Lorca, presidenta de la Fundación Federico García Lorca, esta exposición “reúne cuestiones fundamentales dentro de los fines de nuestro proyecto. Una de ellas, además de ir mostrando los miles de documentos que conforman el archivo, es desarrollar nuevas visiones de la obra del poeta, y a su vez sugerir nuevas ideas en creadores contemporáneos. En este caso, a partir de un dibujo y una idea de Lorca se establecen vínculos con artistas de todas las épocas y nos ha permitido invitar a nuestros contemporáneos a crear nueva obra en torno a ideas del poeta. Dibujo, escultura, pintura, teoría, literatura, performance, vídeo nos permiten ofrecer múltiples visiones de los sentidos que nombra el dibujo central del proyecto”, concluye.
Con ese material ha diseñado Ramallo, como punto de partida, el “atlas” de la vista y el tacto lorquiano. Es el primer apartado de la exposición, que recoge, con material del legado lorquiano, la coreografía que trazan miradas y manos, momentos con los que Ramallo dibuja un mapa de la vida del poeta en momentos relacionados con esos dos sentidos: fotos en las que compañeros de viaje de Lorca se agarran y se tocan, una imagen de 1914 del poeta abrazando a su hermana mientras esta revisa una partitura... Entre los textos, una carta del poeta a sus padres y hermanos desde Nueva York, fechada en 1929, etapa en la que dibujó La vista y el tacto, en la que Lorca le explica a su familia que “mi cuarto y este sitio”, la habitación de la Universidad de Columbia en la que se aloja, “es una especie de huerta”, una mirada peculiar a aquel hábitat neoyorquino.
A partir de ese atlas, que funciona a modo de antesala de la muestra, Ramallo ha confeccionado ocho secciones, en las que ha reunido unas cuarenta piezas del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, así como de diferentes archivos, galerías y colecciones particulares. Esas obras, de las que dos han sido creadas expresamente para esta exposición, se unen al centenar del centro granadino, para terminar conformando un paseo por la vista y el tacto a partir de la mirada de García Lorca y de coetáneos suyos y nuestros, como Rafael Barradas, Salvador Dalí, Joan Miró, José Val del Omar, Benjamín Palencia o los contemporáneos Pablo Capitán del Río, Teresa Lanceta, Juliana Cerqueira o David Bestué.
Ciclo de ‘performance’
En paralelo a la exposición, el Centro Federico García Lorca de Granada ha organizado un ciclo de performances para este miércoles, y el viernes, 21 de enero. Niño de Elche, hoy, y Javiera de la Fuente, el viernes, protagonizan las dos sesiones, que ha comisariado Isabel de Naverán, tituladas Una niebla invisible. “La danza es una lucha que el cuerpo sostiene con la niebla invisible que lo rodea”, escribió Federico durante su estancia en Nueva York, en un texto dedicado a la bailarina Antonia Mercé y Luque, La Argentina. Tirando de ese hilo, esta investigadora y comisaria de artes en vivo del Departamento de Actividades Públicas del Museo Reina Sofía, ha convocado a los dos artistas para que “profundicen en una propuesta sobre la resonancia, la tactilidad, la percepción corporal, lo no visible y a posibilidad de un contacto físico distinto al conocido y practicado”, explica.
Niño de Elche comenta sobre su pieza, titulada Los aires llevan mentiras, que procede de una copla flamenca, que su intención es “generar un espacio de experimentación sobre lo que entendemos por la voz, en concreto por la voz como mentira”. Y añade: “La voz la hemos entendido siempre como la representación del yo más profundo y de lo más puro del ser”. El cantante, sin embargo, se muestra “en total desacuerdo con eso, que es un planteamiento totalmente conservador”. A partir de ahí, practica un ejercicio de improvisación “en relación con las voces, el espacio y el aire”.
Los artistas no se limitan, sin embargo, a su actuación. Niño de Elche debatirá con Fernando Colina, psiquiatra y ensayista, mientras que Javiera de la Fuente hablará con Andrea Rodrigo, filósofa, investigadora y comisaria en el ámbito de la danza y la coreografía contemporánea.
Horarios de la exposición
La vista y el tacto [ca. 1929-30]. Hasta el 13 febrero. Sala de Exposiciones del Centro FGL. Entrada: gratuita hasta completar aforo. Horario: de martes a sábado, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00. Domingos y festivos, de 11.00 a 14.00. Lunes cerrado.
Ciclo de performance: 19 y 21 de enero de 2022, a las 19.00. Teatro del Centro FGL. Entrada: Gratuita hasta completar aforo.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.