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Los Globos de Oro luchan contra el olvido en su edición más discreta

Los premios, considerados la antesala de los Oscar, se entregan este domingo sin público, sin estrellas ni emisión televisiva, y ponen en duda la relevancia de este tipo de ceremonias tras la pandemia

Luis Pablo Beauregard
Ceremonia Globos Oro 2022
Helen Hoehne, presidenta de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, durante la lectura de las nominaciones a los Globos de Oro, el 13 de diciembre en Los Ángeles.ROBYN BECK (AFP)

¿Qué pertinencia puede tener una entrega de premios sin celebridades, público ni emisión televisiva? Los Globos de Oro están obligados a responder a esta pregunta este domingo. Considerados durante décadas una de las citas más importantes del cine, los premios organizados por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA, por las siglas en inglés) se empeñan en demostrar en su edición 79ª que el show siempre debe continuar. La gala, que tampoco contará con presentador ni alfombra roja, ha sustituido el glamur por el control de daños. No solo ha sido la pandemia la que ha forzado los cambios, sino también el arrastre de un año de polémica por la falta de diversidad y sospechas de malas prácticas de algunos de los miembros de la organización. Los Globos luchan contra el olvido en su año con menos lustre.

Los ganadores del domingo serán leídos en una austera ceremonia que tendrá lugar a las seis de la tarde (hora local, las tres de la madrugada del lunes en España) en el Beverly Hilton de Los Ángeles. Inaugurado en 1955, el hotel es la casa de los Globos de Oro desde hace 45 años. Será inevitable que la discreta ceremonia de 2022 inunde de nostalgia a muchos de los que vivieron las noches de antaño: cena para 1.300 invitados y 900 botellas de champán. En 2017, el chef Alberico Nunziata hizo traer desde Italia casi 200 kilos de queso parmesano para los comensales, muchos de ellos miembros de la realeza de Hollywood.

Ser miembro de la HFPA era el mejor pasaporte a este mundo. El grupo, de solo 87 personas hasta hace unos meses, concentraba mucho poder. Eran cortejados por las agencias de relaciones públicas con regalos y acceso exclusivo a estrellas de cine, con la esperanza de que compensaran los favores con nominaciones. En 2015 estalló en Hollywood el movimiento #OscarSoWhite, el reclamo de las minorías por una mayor representación en el cine y la televisión. Los Globos y sus organizadores no supieron adaptarse a la velocidad que exigían los vientos de cambio. Hasta febrero pasado no contaban con ninguna persona negra entre sus miembros, algo que caló profundamente en medio del debate que mantiene Estados Unidos sobre el racismo. A este escándalo se unió por esa fecha otro provocado por una serie de revelaciones de corruptelas y malos manejos publicadas por Los Angeles Times.

La HFPA se ha puesto a sí misma en el centro de la ceremonia de este año. La organización, criticada porque pocos miembros se dedican a tiempo completo a hacer información de la industria, incluyó como parte de sus reformas a 21 nuevos periodistas y se reorganizó con un nuevo consejo. La asociación recordó también esta semana que en 25 años han donado 50 millones de dólares (unos 44 millones de euros) a más de 70 iniciativas vinculadas a la restauración de películas, becas y esfuerzos humanitarios.

Benedict Cumberbatch, en 'El poder del perro', de Jane Campion, que aspira a siete Globos de Oro.

“Aceptamos los errores del pasado, pero también hay un compromiso con el presente y con el futuro. Hubo sanciones y expulsados”, explica un miembro de la organización que se sumó en octubre y pide no ser citado por su nombre. El nuevo integrante, que tiene una trayectoria de varias décadas cubriendo cine, considera que la asociación ha hecho los ajustes correctos. “Se nos dijo desde el día uno que no podemos aceptar obsequios de los estudios”, señala, mientras defiende la tradición de los premios: “Creemos que hay que preservar un legado. Si la Segunda Guerra Mundial no interrumpió los Globos, ¿por qué hacerlo ahora? El espíritu es celebrar lo mejor del cine y la televisión. Eso es lo único que importa”.

El wéstern de Jane Campion El poder del perro parte como una de las favoritas en las categorías de cine junto a la más reciente obra de Kenneth Branagh, Belfast. Ambas aspiran a siete premios. Javier Bardem está nominado por su interpretación en Ser los Ricardo, de Aaron Sorkin, sobre la pareja de cómicos televisivos Lucille Ball y Desi Arnaz. Madres paralelas, de Pedro Almodóvar, ha sido seleccionada en el apartado de película de habla no inglesa junto a Fue la mano de Dios, del italiano Paolo Sorrentino. El compositor Alberto Iglesias también compite en la categoría de música por su trabajo en la cinta del director español. En los premios de televisión, Succession va a la cabeza con cinco nominaciones. La gran ganadora de los Emmy, Ted Lasso, le sigue con cuatro, al igual que la segunda temporada de The Morning Show.

En la ceremonia del domingo estará presente Kyle Bowser, encargado del capítulo de Hollywood de la NAACP, una organización contra la discriminación de los afroamericanos, quien hablará de los esfuerzos por la inclusión. Está por verse quién escuchará el mensaje. La NBC anunció en mayo que cancelaba su retransmisión por televisión (que llevaba haciendo desde 1996) y la asociación ha confirmado que en la ceremonia tampoco habrá público. Además, el medio especializado Variety informó de que ningún famoso había aceptado presentar la ceremonia, un signo más de que las estrellas han decidido dar la espalda a esta edición.

La crisis de los Globos este año ha dejado un vacío que está intentando ser llenado rápidamente. Los Critics’ Choice Awards han sido los primeros en levantar la mano ante la oportunidad. Su fundador, Joey Berlin, que inició en 1995 una agrupación con unos 500 críticos cinematográficos de radio y televisión, ha considerado que el momento es idóneo para el sorpasso. Berlin hizo que sus nominaciones, 14 más que sus competidores, se anunciaran pocas horas después de que la HFPA revelara las suyas, algo impensable en una circunstancia normal. También trató de celebrar su ceremonia en el Beverly Hilton. La pandemia, no obstante, ha puesto freno a sus fantasías. La organización anunció el pasado 22 de diciembre que el avance de la variante ómicron ha obligado a posponer la gala presencial a una fecha aún por definir.

El futuro de los premios

L. P. B.

Los años de la pandemia han dejado una paradoja. Han aumentado el consumo de horas de películas y series de televisión. Las cifras, sin embargo, señalan que los espectadores han perdido el apetito por las galas de premios. Casi todas han registrado sus peores datos de audiencia. Los Oscar sufrieron una caída del 51% respecto al año anterior, con solo nueve millones de espectadores. ¿Qué futuro dejará la pandemia para los premios? 

"Sabemos desde hace años que las audiencias están cayendo porque los jóvenes no se acercan a ese formato por sus hábitos de consumo. También porque sabemos que las películas más populares no siempre están representadas", afirma un nuevo integrante de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood. Para él, los premios, no obstante, deben seguir funcionando como descubridores de talentos. "Los Globos de Oro tienen un gran valor internacional. Los cineastas de otros países siempre están buscando vitrinas donde la gente pueda ver su trabajo y nosotros seguimos siendo esa vitrina". 

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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