El imparable auge de la formación en música clásica en España

Los protagonistas del vídeo que acompaña esta noticia no quieren emular a ningún ídolo del deporte ni hacen directos de Twitch. Son jóvenes españoles amantes de la música y forman parte del creciente número de estudiantes que aspiran a convertir la música clásica en su profesión. Solo en el curso 2020-2021 los alumnos de Enseñanzas Regladas de Música fueron 98.191 mientras que la élite de ese grupo, quienes se matricularon en Estudios Superiores de Música, fueron 9.258 (de ellos 6.871 en centros públicos y 2.387 en privados), el récord de matriculaciones registradas desde que existen datos (2005). En el vídeorreportaje, tres jóvenes de 17, 21 y 27 años, que atraviesan un momento crítico en su formación musical, charlan con EL PAÍS sobre las dificultades de acceder al Título Superior de Música y las salidas profesionales de su carrera en España.

Acompañamos a Julia García-Pelayo (Jerez de la Frontera, 2003) a las pruebas del Real Conservatorio Superior de Madrid (RCSMM), en las que tiene un 23,7% de posibilidades de conseguir una plaza en su instrumento, el piano, tras haber superado un examen en el Conservatorio Superior de Música Bonifacio Gil (Badajoz). Charlamos con Matteo Giulani (Madrid, 1999), que acaba de terminar el grado Superior y se prepara para cursar un máster en Austria o Alemania, tras haber obtenido los primeros logros en su carrera, como haber interpretado ya varios conciertos al piano en el Auditorio Nacional. Y conversamos con Milena Martinez (Valladolid, 1993), que ya cursó un máster en Ámsterdam, y ha sido seleccionada en el programa de becas de La Caixa y prepara su doctorado en Estados Unidos.

Víctor Pliego, vicedirector del Real Conservatorio Superior de Madrid, confirma el alza de estos estudios en España: “En el Real Conservatorio la demanda se mantiene al alza”, dice. De hecho, en el curso 2019-2020 (el más reciente con registros de matriculación por instrumento) se matricularon 753 alumnos en toda España en piano. “Los músicos no suelen estar en paro. Las ocupaciones más habituales son la enseñanza y la interpretación, muchas veces de forma simultánea, pues se paga muy mal. Pero también hay quienes se dedican a la gestión y producción, a la creación o la investigación”, señala Pliego, que recuerda que de los 9.258 alumnos (5.388 son hombres y 3.870 mujeres) demuestra el interés creciente en estios estudios desde hace 15 años, cuando en el curso 2005-2006 eran 7.038.