_
_
_
_

Las voces de la insurgencia chilena se toman la fiesta del teatro sudamericano

Colectivos como Lastesis y Delight Lab, cuyas obras están marcadas por la contingencia política de Chile, estrenan piezas en el Festival Internacional Santiago a Mil

Rocío Montes
El colectivo feminista Lastesis.
El colectivo feminista Lastesis.Maca Jo

Dos de las principales agrupaciones artísticas del Chile de las revueltas, el colectivo feminista Lastesis y Delight Lab, que proyectaron su obra en las calles en las semanas álgidas del estallido, estrenan nuevas piezas en 2021, nuevamente con un fuerte contenido político. Lo hacen en el Festival Internacional Santiago a Mil, la fiesta del teatro sudamericano, que ha arrancado en Chile y que se desarrollará hasta el 24 de enero, en formato presencial y digital, dada la crisis sanitaria. Lastesis, cuya performence El violador eres tú se convirtió en un himno mundial contra la violencia sexual y el machismo, vuelve al trabajo colaborativo y a las teorías feministas, esta vez para reflexionar sobre el derecho a la aparición en el espacio público de mujeres, disidencias, migrantes o personas no documentadas.

“Es difícil que las y los artistas sean indiferentes a la situación que vivimos: a la violencia institucional, histórica, en las calles, de género. Difícil imaginar una obra que apele a la reflexión y a las emociones, que no tenga relación con lo que pasa, que es muy fuerte”, reflexionan Lastesis, que piden no ser individualizadas al citarlas: todo lo que digan representa a su colectivo. Al teléfono desde la ciudad en que todas residen, Valparaíso, a unos 100 kilómetros de Santiago de Chile, explican que prefieren los trabajos colaborativos, porque se trata de una postura política. En escena no solo estarán las cuatro integrantes de la agrupación, sino unas 80 personas. Sus voces y reflexiones se unirán a la estructura base de esta pieza, bautizada Resistencia o la reivindicación de un derecho colectivo.

Como en la performance que las hizo entrar en la lista de 100 influyentes de 2019, según la revista Time, Lastesis utilizan nuevamente teorías feministas para sus obras, que llevan a la práctica a través de performance y recursos sonoros, textiles y visuales. Si El violador eres tú estaba fundamentado en el trabajo de la activista argentina Rita Segato y en una mirada crítica hacia la forma en que los medios de comunicación abordan la violencia sexual contra las mujeres, en su nueva obra ocupan textos de Judith Butler (sobre la precariedad y las vidas que, de alguna manera, se consideran por algunos desechables), de Paul B. Preciado (que reflexiona sobre los mecanismos de control hacia los cuerpos) y de María Lugones (que pone en tensión la colonización, desde una perspectiva de género). Es su tercera obra, pero, a diferencia de la que las hizo mundialmente famosas, este trabajo tiene media hora de duración y no solo dos minutos.

“Ponemos al servicio del acontecer nuestra metodología o artefactos, todo aquello que deja vestigio y constatación de lo que ocurre. Es el arte y el oficio, que no solo está en las galerías”, cuentan Lastesis, que analizan el proceso político chileno, marcado fuertemente por el proceso constituyente. “Si no cambian los problemas más estructurales es muy difícil que veamos un futuro con diferencias notorias. Y la clase política, el monopolio de la violencia y todo lo que constituye este sistema, sigue siendo muy violento. Simbólicamente, materialmente. Hay cosas que tienen que cambiar más allá de la Constitución”, comenta este colectivo compuesto por Daffne Valdés y Sibila Sotomayor –ambas del mundo del teatro–, Paula Cometa –diseñadora y profesora de historia– y Lea Cáceres –diseñadora de vestuario–. Tienen un ambicioso plan para 2021: conseguir una casa para fundar una escuela feminista de artes y oficios en Valparaíso.

Lastesis irrumpen en el espacio público y sin permiso, como la ha hecho otro de los colectivos que están en esta edición del Festival Internacional Santiago a Mil, Delight Lab. Compuesto por los hermanos Octavio y Andrea Gana –artista y diseñador, respectivamente–, realizan intervenciones lumínicas en espacios públicos y naturales. La viralización de su trabajo los ha convertido en un símbolo de las revueltas chilenas, porque proyectaron palabras, imágenes y poesía no solo en edificios del epicentro de las protestas en Santiago de Chile, sino que en las cercanías a lugares como el Palacio de Gobierno, La Moneda.

“Usamos un lenguaje con demandas de país tercermundista con tecnologías de un país primer mundista”, explica Octavio Gana.

Aunque comenzaron a trabajar en 2009, su trabajo pronto se hizo conocido. Proyectaron el rostro del joven mapuche asesinado en 2018, Camilo Catrillanca, con un verso de Raúl Zurita en su honor: “Que su rostro cubra el horizonte”. Luego de las revueltas sociales que explotaron el 18 de octubre de 2019, Delight Lab marcó un hito al proyectar la palabra Dignidad, la palabra central que marcó las protestas por mayor igualdad. Una vez declarada la pandemia en Chile, en mayo pasado proyectaron: Hambre. Muchas veces han utilizado el edificio de Telefónica, ubicado en el epicentro de las manifestaciones, en una obra que a veces incomoda. En los últimos meses, han sufrido contra manifestaciones: luces proyectadas desde otros edificios que buscan censurar su trabajo.

“No nos interesa el arte de elite, ni la galería ni los coleccionistas. El arte debe seguir tomándose los espacios públicos y ganarle el espacio a la publicidad, que está obsoleta. La humanidad necesita que el arte, la poesía y la crítica desde las artes tome un papel relevante para los cambios que se vienen”, reflexiona el diseñador.

En la XXVIII edición del Festival Internacional Santiago a Mil, uno de los más importantes de la región, Delight Lab presenta Espíritu del agua, donde los hermanos Gana reflexionan sobre la importancia ancestral del bien natural y la necesidad de que su uso y propiedad sean uno de los asuntos centrales de una nueva Constitución.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Rocío Montes
Es jefa de información de EL PAÍS en Chile. Empezó a trabajar en 2011 como corresponsal en Santiago. Especializada en información política, es coautora del libro 'La historia oculta de la década socialista', sobre los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. La Academia Chilena de la Lengua la ha premiado por su buen uso del castellano.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_