La Berlinale abraza tanto el cine como las series
El certamen alemán inaugura mañana su sexta edición de la sección dedicada a la ficción episódica y selecciona 28 trabajos para su mercado especializado
Abrazados a las series, los festivales de cine de clase A –una quincena en todo el mundo- han decidido no darle muchas vueltas al debate sobre el audiovisual y sus fronteras. En una carrera en la que han entrado los certámenes, abriendo sus puertas a todos los creadores de contenidos (excepto Cannes, en guerra con Netflix), la Berlinale ha dado un salto adelante: en el evento germano hay sección Berlinale Series, que ya alcanza su sexta edición, a la altura de la otra sección grande no competitiva (Berlinale Special) y un mercado especializado en series y con conferencias con distintos participantes en esa industria. La proyección de las ocho series que entran en el festival comienza mañana; el mercado se celebra estos días dentro del EFM, el mercado de cine europeo de Berlín, el segundo más grande del continente después de Cannes.
Y curiosamente, esta apuesta entrelazada entre mercado y festival parece que funciona bien. En Cannes, las series tienen su propio festival, que se celebra en abril, y que el año pasado ganó la española Vida perfecta, de Leticia Dolera. Otro mercado potente, el francés Séries Mania, se desarrolla en Lille a finales de marzo. Para Julia Fidel, responsable de Berlinale Series, su acierto está en que forman parte del certamen de cine. Un día antes de que empezara el certamen de cine, aseguraba: “Cuando vienes a Berlinale Series recibes el mismo tratamiento que el resto de las estrellas de cine. Hay alfombra roja, público que quiere ver en pantalla grande tu trabajo en su estreno y prensa atenta a tus productos”. Fidel, que fue nombrada en septiembre, explicaba: “En mi selección he buscado mostrar un amplio panorama de lo que se está haciendo actualmente en televisión, que es mucho más que series policiacas o dramas de época. En televisión hay más diversidad, y por eso en esta selección de ocho series hay sexualidad femenina, repartos con intérpretes no caucásicos y todo tipo de duraciones en sus capítulos”. Tanto estas proyecciones como el mercado se desarrollan en el Zoo Palast, la antigua sede de la Berlinale, y sus alrededores, para dar prevalencia a su existencia.
En esas ocho elegidas para Berlinale Series aparece Stateless, con Cate Blanchett, un trabajo de seis episodios de NBCU que indaga en el sistema de inmigración australiano. Blanchett la protagoniza encarnando a la líder de una secta, y la creó junto a su amiga del colegio Elise McCredie, que ejerce de showrunner. Otro de los títulos más llamativos es Dispatches from Elsewhere, creada, producida, dirigida y protagonizada por Jason Segel para la cadena AMC, y que sigue el devenir de cuatro personas que buscan ganarse un lugar en el mundo y su respeto. Muestra del eclecticismo de este apartado lo refleja Sex, serie danesa de seis episodios que en total solo suman 75 minutos para narrar historias de amor entrecruzadas, relaciones que también alimentan la ficción británica Trigonometry, cuyos primeros cinco episodios, dirigidos por la productora y realizadora griega Athina Rachel Tsangari, se proyectarán en la gran pantalla en la capital alemana. En Berlín por fin verá la luz The Eddy, de Netflix, cuyos dos primeros episodios ha dirigido Damien Chazelle, y que retratan la historia de un club de jazz en París, un género musical que controla perfectamente el director de La La Land. Los alemanes esperan que Freud, de Netflix y ORF, ilustre bien la juventud de Sigmund Freud, y sus primeros pasos en la creación del psicoanálisis en la Viena de 1886.
En cuanto al mercado, el comité directivo, encabezado por Katharina Böndel, responsable del mercado, y Anna-Katharina Brehm, que se encarga del programa de conferencias, ha elegido 28 trabajos de todo tipo de géneros y tamaños, de entre 140 peticiones. Está pensado para compradores internacionales, y en él se pueden ver desde series como Las luminarias, protagonizada por Eva Green para BBC y la cadena neozelandesa TVNZ, que adapta la novela homónima de Eleanor Catton, ganadora del Man Booker en 2013; hasta la checa Sleepers, de HBO Europe, y seriales japoneses, canadienses, brasileños, nigerianos u holandeses. España participa con Foodie Love, creada por Isabel Coixet para HBO, y el plato fuerte es Hillary, serie documental de cuatro episodios de Hulu sobre la vida de la ex Secretaria de Estado y candidata presidencial demócrata Hillary Rodham Clinton, que se estrenó en Sundance, y que en Berlín se verá el martes dentro de la sección Special con la presencia de su protagonista.
Las series que también se han paseado por Cannes, Venecia y San Sebastián
Por el eco mediático, porque las fronteras se han diluido o porque es a donde se han trasladado muchos cineastas y actores. Muchos son los motivos que han podido llevar a los festivales de cine a abrirse a las historias narradas en episodios. Desde 2014 es habitual encontrar en los certámenes de primer orden estrenos de títulos que se emitirán en los canales de televisión o las plataformas de streaming. Pero es una posibilidad que no está al alcance de cualquier título.
El Festival de Venecia fue uno de los primeros en subirse al tren. Primero lo hizo con miniseries como en 2011 Mildred Pierce. La producción protagonizada por Kate Winslet se mostró como homenaje a su director, Todd Haynes. En 2014 fue Olive Kitteridge, otra miniserie protagonizada por Frances McDormand. Se presentó dentro de la sección oficial y como complemento a un premio a su carrera para la actriz. En 2016 fue el turno de The Young Pope, con el cineasta Paolo Sorrentino tras las cámaras. Todas ellas coincidían en contar con nombres muy respetados de la gran pantalla. Además, todas venían avaladas por el prestigioso sello de la cadena estadounidense de cable HBO. En 2017 ya entró en acción Netflix con la presentación de Suburra y Wormwood. Los últimos títulos televisivos que han pasado por Venecia fueron The New Pope, de nuevo con Sorrentino a los mandos, y ZeroZeroZero, adaptación del libro homónimo de Roberto Saviano.
El festival de Cannes, antes incluso de su enfrentamiento con Netflix al dejar fuera de su sección oficial las producciones que no se estrenaran en salas, también había apostado por reivindicar el formato seriado. En 2014 estrenó la miniserie francesa El pequeño Quinquin. En 2017, allí tuvo lugar la puesta de largo del regreso de Twin Peaks, la icónica serie de David Lynch, y también acogió el estreno de los primeros capítulos de Top of the Lake, dirigida por la también cineasta Jane Campion.
En 2017, Thierry Frémaux, delegado general de Cannes, definió los límites que el festival galo impone a la participación de series: “No abriremos todas las puertas a las series. Si mostramos algunas en Cannes es porque sus creadores proceden del cine, usan su lenguaje. Y en el cine conocemos los autores, pero en la televisión, ¿quién es el autor?”.
En ese mismo año, el festival de San Sebastián por fin se rindió a la potencia de las series. Lo hizo al tiempo que Movistar + arrancó su gran apuesta por la producción propia de ficción televisiva, para la que ha contado con muchos nombres propios procedentes del cine. Los primeros títulos en pasar por San Sebastián fueron las primeras temporadas de La peste, de Alberto Rodríguez, y Vergüenza, de Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero. En años posteriores han pasado por San Sebastián títulos como Gigantes, de Enrique Urbizu, o Vida perfecta, de Leticia Dolera.
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