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Las viñetas de terror ya tienen a sus reinas

Emil Ferris, Julia Gfrörer y Emily Carroll apuestan en cómic por el género del miedo

Laura Fernández
Viñeta de Emily Carroll.
Viñeta de Emily Carroll.

El terror vuelve a estar de moda. No es solo que Drácula, el viejo y canónico vampiro de Bram Stoker al que Francis Ford Coppola parecía haber dado la última estacada en los 90, haya vuelto a televisión. Tampoco que la obra de Stephen King esté remontando el vuelo. Ni que se recuperen clásicos del terror escrito por mujeres visibilizando la importancia que siempre tuvieron para el género, como demuestran los casos de Shirley Jackson y Angela Carter. Es que hasta en la historieta se está abandonando la autoficción —el género por antonomasia más allá de los superhéroes—, para reformular el horror desde un punto de vista, sobre todo, femenino.

Ahí está la celebrada obra de Emil Ferris, Lo que más me gusta son los monstruos (Reservoir Books); Julia Gfrörer y su Devastación (a punto de aterrizar en España el 10 de febrero, vía la nueva colección Alpha Cómic); la dibujante de Pretty Deadly, Emma Ríos; o los aún más aterradores Cruzando el bosque y La noche que llegué al castillo (Sapristi) de Emily Carroll.

Viñeta de Emil Ferris.
Viñeta de Emil Ferris.

¿Coincidencia, o normalización en lo creativo de un género que se consumía de forma masiva en las décadas en las que estas creadoras se formaban? La obra de Ferris contiene una suerte de respuesta. La protagonista es una adolescente lobo que trata de investigar un asesinato ocurrido en su bloque de apartamentos, dejándose ayudar por —y a la vez intentando huir de toda la ficción de horror— que ha leído.

Emily Carroll (Londres, 36 años) remite a su infancia su querencia por el horror: “No recuerdo haber escrito o haber dibujado cosas que diesen miedo cuando era pequeña, pero sí que recuerdo ver un montón de pelis de terror y leer libros de miedo. Mi padre y mi hermano mayor eran súper fans del terror, y yo quería pasar el rato con ellos, así que acababa viendo esas pelis que les gustaban. Y siempre me gustaron los cuentos de miedo, y los de hadas que dan miedo, y por supuesto, empecé a leer a Stephen King antes de la cuenta”.

La nueva ola de inquietantes viñetistas rompe incluso el formato narrativo. Si Ferris utilizaba el bolígrafo, y una composición en la que la narración estaba al nivel del retrato de personaje y escena en Lo que más me gusta son los monstruos, Carroll apuesta por un híbrido que, a ratos, pasa por relato ilustrado, siempre con voz, y a ratos, por viñeta en expansión. El uso del color —su obra de compone de tres únicos colores: el blanco, el negro, el rojo— es también fundamental en la creación del desasosiego. El lector se enfrenta a cada nuevo libro de la dibujante como a una especie de temible contenedor de pesadillas. “No sé cómo lo hago. Intento pensar en la página como un todo repleto de posibilidades, no me cierro al patrón de la viñeta, y el texto, y sobre todo, la oscuridad, eso lo tengo muy presente”, dice Carroll al teléfono. Es un día de invierno en Londres. Está, dice, tomándose un café junto al ordenador. “Las historias a veces provienen de sueños que he tenido, o de cosas horribles que me acompañan desde hace tiempo y que quiero quitarme de encima”, afirma.

El género de terror es por eso, también, exorcismo. “La noche que llegué al castillo tiene ese aire desorientado y aterrador porque es un reflejo de la manera en que fue concebido. Atravesaba una mala época, estaba en mitad de una depresión horrible, y bebía muchísimo. El cómic es el resultado de mi lucha con eso”, confiesa la autora. Para Carroll, como para Ferris —tal y como explicó en su visita a España el año pasado—, el cómic es una forma de terapia. “Es bastante evidente en La noche que llegué al castillo que estoy a la vez luchando por darle sentido a lo que estoy creando y disfrutando mientras lo hago, pese a lo horrible que resulte por momentos”, añade. En una conversación entre las dibujantes Phoebe Glockner y Julia Gfrörer, esta última dice que si sigue dibujando es “para tratar de encontrar una explicación a aquello que no entiendo”. En su caso, su tono histórico viene de que “de pequeña, quería ser egiptóloga”.

Carroll, pese a compartir con Angela Carter tono narrativo y una obsesión por los hermanos Grimm, no la leyó hasta que empezaron a compararla con ella. Se dio cuenta luego de que una de las películas que más le impactaron de niña, En compañía de lobos, estaba basada en una novela de Carter. Su verdadero padre gráficamente hablando, explica, es alguien aún mucho más siniestro: el terrorífico Charles Keeping, autor de libros infantiles nacido en Londres en 1924.

“No sé qué es una edad de oro, o si estamos ante una, en lo que respecta al cómic de terror hecho por mujeres. Lo que creo es que debería prestarse atención al increíble trabajo que están haciendo y han hecho siempre las dibujantes, más allá de los premios y el reconocimiento mainstream. Hay gente ahí fuera haciendo cómics de terror, un montón, pero ¿hasta qué punto no han estado ahí siempre?”, apunta Carroll.

Obras

Obras

Cruzando el bosque / La noche que llegué al castillo, Emily Carroll (Sapristi): Parecen terroríficos cuentos de hadas sobre casas que se van quedando vacías y castillos endemoniados, pero son mucho más.

Lo que más me gusta son los monstruos, Emil Ferris (Reservoir Books): En la premiada obra hasta cierto punto autobiográfica de Ferris hay niñas lobo que sueñan con ser detectives en un Chicago escalofriante.

Devastación, Julia Gfrörer (Alpha Cómic): Un virus desata la barbarie y el fin de los tiempos en una época en la que ni siquiera parecían haber empezado. Un apocalipsis medieval en blanco y negro.

I. D., Emma Ríos (Astiberri): La dibujante de Pretty Deadly es más de ciencia ficción que de gótico, pero algo de terrorífica tiene esta distopía sobre el trasplante de cuerpos.

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Sobre la firma

Laura Fernández
Laura Fernández es escritora. Su última novela, 'La señora Potter no es exactamente Santa Claus' (Random House), mereció, entre otros, el Ojo Crítico de Narrativa y el Premio Finestres 2021. Es también periodista y crítica literaria y musical, y una apasionada entrevistadora de escritores y analista de series de televisión.

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