‘Mitos de la moda’ descubre las biografías de los grandes modistas
‘Coco Chanel’ inaugura esta colección de diez libros en edición de lujo
Da igual si se es un experto del sector o un completo ignorante, sus nombres tienen tal envergadura que son un referente más allá de su propia industria: la moda. Coco Chanel, Cristian Dior o Cristóbal Balenciaga han hecho de sus apellidos un sello de lujo reconocible a nivel mundial. Transformaron la figura de la mujer, su manera de estar en el mundo, reflejaron su tiempo y marcaron la vanguardia, pero hay más. Detrás de cada una de sus firmas se esconde una biografía apasionante. Todas ellas, como la de Yves Saint Lauret, Giorgio Armani o Jean-Paul Gaultier, se reúnen en la colección Mitos de la moda, cuya primera entrega, Coco Chanel, llega a los quioscos el próximo domingo 2 de febrero con EL PAÍS y está disponible en la web de Colecciones.
“El punto de partida de la colección era contar las historias de las personas detrás de las marcas de moda más famosas del mundo. No es una biografía de la firma, sino del hombre que las fundó”, explica Dani García, director de la revista masculina ICON y autor de los textos de los libros. Cada uno de ellos, de un total de 10, se presenta en una edición de coleccionista de gran formato, con tapa dura y aproximadamente 45 fotografías. Los personajes elegidos son los más universales: Ralph Lauren, Valentino, Paco Rabanne, Hubert de Givenchy... nombres que, como apunta García, se han convertido en adjetivos al haber logrado definir unas claras señas de identidad: “Hoy decimos que algo es muy Chanel o muy Armani porque reconocemos su huella”.
Cada uno de los diseñadores de Mitos de la moda ha sido capaz de captar exactamente su momento histórico y, a la vez, resultar elemental para hacerlo avanzar. García lo ejemplifica: “Chanel, tanto la persona como la ropa, no puede deslindarse de la liberación de la mujer en los años 20; Dior y su colección New Look son inseparables de las ganas de alegría que había tras la Segunda Guerra Mundial. Sus mujeres flor—así las llamaba el propio modista— provocaron auténticas revueltas cuando salían a la calle porque usaban metros y metros de tela de máximo lujo en un tiempo en el que aún imperaba el racionamiento”. García relata un incidente en el que un grupo de modelos, que se disponía a posar en un mercado, fue increpado por las vendedoras ante la suntuosidad de sus vestidos. “Pero retrató los sueños de las mujeres de verse guapas y entregarse al capricho y el hedonismo que durante años se les había negado”, apunta.
Y es que la moda es más que ropa y por eso la colección no está concebida solo para quienes disfrutan de la industria, sino para los interesados en conocer biografías extraordinarias y el papel histórico que interpretó el sector. Tres de las ciudades más importantes de la moda son el escenario de estas historias: París, Nueva York y Milán. No hay diseñador que no haya pisado alguna de ellas.
La colección se inicia con Coco Chanel, “indudablemente” —califica García— la diseñadora más importante del pasado siglo. “Es posiblemente la más carismática y la que tiene una biografía que no por haber sido más contada es menos rica; sobre todo porque se inventaba sucesos de su vida”, argumenta el director.
Provocó fascinación en todo el que se encontró con ella, incluso entre la clase alta cultural, para quien la moda era poco más que un pariente lejano. Sus inicios humildes —fue criada en un orfanato— no hacen sino incentivar la admiración por una mujer libre, extraordinaria en lo profesional, con una vida afectiva marcada por la muerte de su principal amor, el empresario Arthur Edward Capel, de la que nunca se recuperaría. Conocido como Boy, el inglés fue quien le concedió el préstamo para abrir su primera tienda de sombreros. A los pocos años, mademoiselle Chanel se lo devolvió al completo, muestra de su carácter independiente.
Conocer sus vivencias personales es meterse de lleno en su obra, ya que explican los orígenes del tweed o las líneas simples que impregnaron sus diseños. De igual manera, no se puede obviar el contexto, pues la silueta de sus mujeres, que abandonan el corsé por una elegancia más cómoda, se debe también al acceso de la mujer a la vida activa: el trabajo, el ocio y nuevas actividades como el autovilismo, que requerían de ropa que permitiese más movilidad.
Babelia
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